La
crisis en México tiene varias dimensiones. Comprender la problemática
económica, la decadencia política, la explotación de los trabajadores, la
invasión de los territorios indígenas y campesinos, la violación sistemática de
los derechos humanos, la militarización de la seguridad, etcétera, requiere de
un análisis crítico de la sociedad. También es necesario un compromiso político
y una praxis con la diversidad de grupos con los que ésta se estructura, en el
contexto de la organización ciudadana. México se encuentra en el momento
preciso para restructurar su política económica interna y reorganizar su lugar
en la política económica externa.
El
proyecto no depende sólo de las grandes estructuras económicas, ni de la
política de profesión, sino de la participación política de las y los
ciudadanos mexicanos, como ya lo había señalado Antonio Gramsci en su momento
histórico. En su libro La modernidad de
Gramsci. Política y humanismo, publicado por el Centro de Estudios Sociales
Antonio Gramsci AC, el doctor Francisco Piñón ofrece una lectura del
pensamiento gramsciano, que pueda dar a nuestros tiempos de crisis una
perspectiva humanista. En él expone el pensamiento del filósofo italiano desde
su propio contexto histórico-social; es decir, no sólo busca exponer su
pensamiento, sino sobre todo lo material, lo humano del pensador mismo, pues,
como señala Piñón, la labor de Nino no fue sólo la de recrear la mera teoría
marxista, sino la de responder desde un punto de vista crítico a la
transformación de su presente; aquél atado al pasado europeo, al de la
tradición clásica griega, medieval y renacentista.