Massimo Modonesi
En este breve artículo desarrollaré algunas implicaciones del concepto gramsciano de revolución pasiva con la finalidad de afilar herramientas teóricas capaces de identificar y caracterizar una serie de procesos y proyectos de desmovilización que, con frecuencia, se implementan y despliegan desde arriba, en antítesis respecto a las dinámicas antagonistas y autónomas que se activan y se retroalimentan de los procesos de subjetivación política. Procesos y proyectos que si bien no alcanzan a ser propiamente de des-subjetivación, ya que el sujeto permanece –anclado en la resistencia–, impulsan y operan una (re) subalternización, pues tienden a desactivar, desmovilizar y pasivizar, reduciendo los márgenes de antagonismo y de autonomía. Se trata de procesos reactivos, reaccionarios, que surgen en respuesta –como contratendencia y antítesis– al surgimiento de movimientos antagonistas en el seno de las clases subalternas. Frente a la emergencia del principio antagonista se eleva siempre la contratendencia hacia la subalternidad, porque como lo señalaba Antonio Gramsci, “los grupos subalternos sufren siempre la iniciativa de los grupos dominantes, aun cuando se rebelan e insurgen” (1981-1999, tomo 6, 182).