José Eduardo Hermoso | La virtud del pensar que posee el ser humano
lo vuelve eminentemente peligroso a las formas de dominación del hombre sobre
el hombre, ya que, toda tesis de dominación tiene una antítesis de
emancipación, por tanto, la revolución conlleva 3 elementos necesarios para su
praxis y su desarrollo, ellos son: la educación, la filosofía y el ser
revolucionario, pero, ¿Qué papel juega el hombre revolucionario en la educación
y la filosofía?, para Antonio Gramsci “...hay que comenzar demostrando que todos
los hombres son “filósofos” definiendo los límites y las características de
esta « filosofía espontanea »”, así podemos iniciar definiendo al
revolucionario como el hombre que destaca su crítica y pensamiento sobre la
vida del ser y por el cual hace de su propia vida la praxis de su pensamiento,
que sobrelleva inevitablemente a formularse una filosofía de vida
revolucionaria; esto destaca sobre el pensamiento y actuar de un colectivo que
siente e identifica similitudes socio-cognitivas; por otra parte, la educación
debe ser el camino de emancipación, ya que el desarrollo del pensamiento pasa
inevitablemente por la madurez de un pensamiento crítico de las situaciones de
dominación.