Antonio Leal | Hace 57 años muere, después de 11 años de
rigurosa prisión, Antonio Gramsci, una de las figuras más relevantes del
pensamiento político del presente siglo. El Tribunal Especial Fascista para la
Defensa del Estado lo condena a 20 años, 4 meses y 5 días de prisión, bajo la
arenga del Fiscal Michele lsgró: "por veinte años debemos impedir a este
cerebro que funcione". La vida de Gramsci fue trágica, no sólo por la
cárcel y la destrucción gradual y dolorosa de su cuerpo, sino, también, por su
enorme soledad privada y especialmente política, derivada, esta última, de una
elaboración contracorriente, original, alternativa al marxismo-leninismo,
contraria, en sus fundamentos, a las concepciones stalinistas y al curso
general de la política de la Internacional Comunista -que condicionó incluso al
grupo dirigente del PC italiano- y que supera muchas de las propias tesis de
Marx, especialmente en el ámbito de la política pura y de los fenómenos
superestructurales.