Herwig Lerouge | Aunque hoy en día, la UE busca reducir
Grecia a la condición de neocolonia, la lucha del pueblo griego ha hecho
avanzar la resistencia social en Europa. Pero si esta lucha es esperanzadora,
la relativa debilidad de la solidaridad de otros pueblos de la Unión nos
preocupa. Una razón es, sin duda, la feroz campaña desatada por los poderosos
para tratar de aislar al pueblo griego en esta batalla.
Diciendo "no" dos veces a la política ciega de
estrangulamiento deseada por la UE, el FMI y el Banco Central Europeo, los
griegos han obligado a los líderes de la UE a romper ellos mismos con la
ilusión de una Europa social y democrática: su naturaleza no democrática, que
impone la ley del más fuerte, y el neoliberalismo, que desprecia cualquier
control democrático, son ahora más visibles que nunca, algo que hasta ahora
sólo los militantes y activistas conocedores denunciaban como la esencia misma
de la UE establecida en el Tratado de Lisboa.