► “No hay que ocultar a la clase obrera nada de
lo que a ésta interesa, ni siquiera cuando tal cosa pueda disgustarla, ni
siquiera en el caso de que la verdad parezca hacer daño en lo inmediato;
significa que hay que tratar a la clase obrera como se trata a un mayor de edad
capaz de razonar y discernir, y no como a un menor bajo tutela.” – Antonio
Gramsci, L’Ordine Nuovo, 17 de marzo de 1922
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Foto: Hugo Chávez, Evo Morales & Rafael Correa |
Massimo Modonesi | Por medio de la noción de intelectuales
orgánicos, Gramsci caracterizaba la labor de grupos específicos que cumplían funciones
de producción, reproducción, conexión y cohesión ideológica que habilitan a las
clases dominantes y las subalternas para sostener, respectivamente, la
hegemonía y la disputa contrahegemónica. Se trataba de una apreciación en
primera instancia descriptiva, que reconocía la existencia de estos grupos
detrás de la construcción del orden burgués y, en otro nivel, prescriptiva, que
sugería la necesidad de formar o reforzar una intelectualidad conforme a los
intereses y la visión del mundo de los trabajadores.