Marnie Holborow | A
Pablo Iglesias, dirigente de Podemos, el nuevo partido radical surgido en
España, le gusta citar al marxista italiano Antonio Gramsci. En un reciente
artículo suyo, titulado Guerra de
trincheras y estrategia electoral/1, Iglesias afirma que Gramsci fue el
primero en comprender la importancia estratégica de crear “narrativas
hegemónicas” capaces de generar consenso en todo el espectro social.
Podemos, el grupo político que surgió de las movilizaciones
masivas de los “indignados” en España, está buscando la manera de encaminar el
movimiento contra la austeridad en una estrategia acertada de cara a las
elecciones generales de otoño. Citar a Gramsci como una autoridad demuestra la
fuerza de la tradición de izquierda en España. Sin embargo, demasiado a menudo
se invoca a Gramsci para defender una vía que se aleja del radicalismo para
abrazar la normalidad política.