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Antonio Gramsci ✆ Kyass |
Salvador Orlando
Alfaro | Podría parecer paradójico a primera vista ir
a la búsqueda de la estructura básica de la sociología marxista en los escritos
anti-sociológicos de Antonio Gramsci. Sin embargo, los comentaristas y
analistas de su obra han puntualizado que su rechazo a la sociología
positivista no significa un rechazo a la posibilidad de la existencia de la
reflexión sociológica dentro de la tradición marxista. Lo que Gramsci critica
es la función abstracta, conservadora e ideológica del positivismo; por lo
tanto, la sociología, al mismo tiempo que tiene que renunciar a sus ambiciones
de elaborar un sistema absoluto de leyes sociales, puede contribuir a la
comprensión de los orígenes, condiciones e importancia de los sistemas
socio-culturales. Cada sociedad posee su propio sistema de racionalidad. La
sociología está llamada a descubrirlo, ideologizarlo y susituirlo por un
sistema de racionalidad que beneficie a la totalidad de la sociedad civil.
Precisamente en esto consiste la relevancia actual del pensamiento de Gramsci
en un período caracterizado por el abandono a la utilización de la teoría
crítica del capitalismo y por una gradual adhesión a las diferentes
“post-preocupaciones: post-idustrialismo, post-modernismo, post-colonialismo”
(Wallerstein 2000).