► Con Gramsci diríamos que la filosofía de la
praxis parte de la superficie, es decir, de la realidad efectiva para pensarla
y transformarla. Y al no ser de las alturas, ni de la caverna, la filosofía de
la praxis trabaja con conceptos abiertos
► Desde Gramsci, la filosofía de la praxis es
fundamentalmente una reflexión acerca de las condiciones de posibilidad para la
formación del sujeto político subalterno en vías de liberación
► Para Gramsci, la filosofía de la praxis además de
tener que estar históricamente arraigada en la realidad efectiva, ha de tener
un componente popular, es decir, arraigado en los grupos subalternos
Dante Ariel Aragón Moreno | Entre los aportes del pensamiento hegeliano interpretados por Gramsci podemos encontrar al método de la dialéctica, y en ese sentido, la importancia de la negación, de la superación o síntesis, así como la unidad dialéctica de contrarios. Ahora bien, será crucial para un marxista como Gramsci subrayar el lado activo del conocimiento, es decir, la presencia del sujeto en la interpretación y en la capacidad de modificación de la realidad, dialécticamente, se diría, sin volverlo su dueño absoluto, pero tampoco, en contra del economicismo de la época de Gramsci, como mero objeto determinado por la estructura económica. Gramsci llevará esta postura hasta sus últimas consecuencias al terreno político, para sostener la capacidad subjetiva de creatividad así como de transformación. De esta manera Gramsci podrá esbozar al objeto y al sujeto de la revolución. O dicho en otras palabras, Gramsci podrá esbozar tanto la estrategia revolucionaria, como el terreno de la práctica revolucionaria, el cual no determina, sino antes bien, posibilita su transformación.
Dante Ariel Aragón Moreno | Entre los aportes del pensamiento hegeliano interpretados por Gramsci podemos encontrar al método de la dialéctica, y en ese sentido, la importancia de la negación, de la superación o síntesis, así como la unidad dialéctica de contrarios. Ahora bien, será crucial para un marxista como Gramsci subrayar el lado activo del conocimiento, es decir, la presencia del sujeto en la interpretación y en la capacidad de modificación de la realidad, dialécticamente, se diría, sin volverlo su dueño absoluto, pero tampoco, en contra del economicismo de la época de Gramsci, como mero objeto determinado por la estructura económica. Gramsci llevará esta postura hasta sus últimas consecuencias al terreno político, para sostener la capacidad subjetiva de creatividad así como de transformación. De esta manera Gramsci podrá esbozar al objeto y al sujeto de la revolución. O dicho en otras palabras, Gramsci podrá esbozar tanto la estrategia revolucionaria, como el terreno de la práctica revolucionaria, el cual no determina, sino antes bien, posibilita su transformación.