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Gramsci, Mariátegui & Lenin ✆ Virginia Cuéllar |
Claudio Scaletta |
Esta semana se perfeccionó el bloqueo judicial estadounidense a los
pagos del casi 93 por ciento de la deuda reestructurada. Las expresiones
formales fueron las declaraciones de “default” de algunas de las
desprestigiadas calificadoras de riesgo y de la ISDA, la Asociación
Internacional de Swaps y Derivados, integrada no sólo por el mismísimo fondo
buitre Elliott Management sino por muchos de los principales bancos del mundo,
como el Citi, el Deutsche, el BNP, el Crédit Suisse y el JP Morgan, flor y nata
del sistema financiero global.
Extrañamente para el observador, esta suma de decisiones que
afectan a la Argentina fueron festejadas por parte de la sociedad local, desde
economistas ortodoxos a muchos dirigentes opositores. Algunos de manera
abierta, otros en sordina. Hay varias maneras de explicar la extrañeza. Antonio
Gramsci hablaba de clases Auxiliares; las que ayudarían a las Hegemónicas a
perpetuar su dominación sobre las Subordinadas.
Otro pensador marxista, pero
peruano, José Mariátegui, puso esta relación funcional entre clases en el
contexto latinoamericano. Explicó a mediados del siglo pasado que las
burguesías de la región funcionan en realidad como clases auxiliares de las
hegemónicas de los países centrales, como subsidiarias de su poder e intereses.
Las explicaciones de raíz marxistas pueden parecer algo esquemáticas, o
simplificadoras, pero en este caso brindan un modelo para entender el
comportamiento de buena parte de la burguesía argentina, al menos de la amplia
fracción que sigue militando a favor de “arreglar” con los buitres a cualquier
precio. Su argumento principal es un renacido fervor legalista, con
jurisdicción extranjera, que transformaría en mandato supremo al “fallo en
firme” del Poder Judicial estadounidense.
El extracto anterior forma
parte del artículo titulado “Millonarias maravillas”