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Antonio Gramsci ✆ A.d. |
Ello es así debido a que para Gramsci, desde sus primeros años de incursión en la militancia socialista y la labor periodística, la
pedagogía siempre debía entenderse desde una óptica política, y a la inversa, toda práctica política que pretendiese aspirar a transformar la realidad de raíz ameritaba ser concebida sí o sí en términos pedagógicos, vale decir, profundamente educativos.
pedagogía siempre debía entenderse desde una óptica política, y a la inversa, toda práctica política que pretendiese aspirar a transformar la realidad de raíz ameritaba ser concebida sí o sí en términos pedagógicos, vale decir, profundamente educativos.
Solo así cabía pensar en una verdadera liberación integral del
género humano. Pero a diferencia de las tradiciones más ortodoxas del marxismo,
esta praxis emancipatoria no debía ser realizada a
posteriori de la -toma del poder., sino que comenzaba a ser ensayada en
diversos espacios de autoeducación proletaria y popular gestados por las
propias masas durante su lucha! A esta propuesta innovadora que conjuga medios
y fines la llamaremos pedagogía prefigurativa.
En función de esta caracterización, el presente capítulo
tiene por propósito realizar una lectura crítica tanto de la
producción teórica como de las experiencias prácticas que
impulsa Antonio Gramsci durante su estancia juvenil en la ciudad italiana de Turín, consideramos que en sus escritos periodísticos y en los proyectos que lo ligan almovimiento
obrero y a diversos ámbitos de educación militante, formula notables aportes
para la elaboración de una praxis pedagógica liberadora, la cual se enmarca a su vez en
una estrategia de transformación social integral y de
largo aliento, que debe ir construyéndose ya desde ahora en
los múltiples territorios en los que se desenvuelve la lucha de clases, y no
una vez que se haya conquistado el poder político.
Si bien los Cuadernos
de la Cárcel suponen un desarrollo original aunque ambiguo y
desarticulado de determinadas hipótesis de trabajo ligadas a la problemática
educativa, creemos que el joven meridional que participa de la vida social y
política de la fría Turín realiza una gran contribución a una concepción
crítica y anticapitalista de la práctica pedagógica. Nuestro objetivo es,
pues, potenciar el debate en torno a la inconclusa obra de Antonio Gramsci,
entendida no como un cuerpo teórico cerrado y monolítico, sino en términos dinámicos
y sobre la base de una dialéctica del cambio. Si bien resultan evidentes
ciertas reformulaciones efectuadas en su fase carcelaria, o incluso en la inmediatamente previa, consideramos que
no existe un corte tajante entre aquel militante revolucionario de L’Ordine
Nuovo y el pensador insurgente de los Cuadernos.
Así pues, comenzaremos realizando una breve reseña de su
itinerario biográfico y político juvenil, para luego adentrarnos en
profundidad en las diferentes lecturas y propuestas que formula
en torno a la cuestión educativa, planteando algunas conjeturas sobre la
original relación que establece entre praxis pedagógica y
transformación socialista de la realidad. A este intenso derrotero de Gramsci
podría aplicársele lo dicho por José Carlos Mariátegui en las palabras
preliminares de sus Siete Ensayos “… mi
pensamiento y mi vida constituyen una sola cosa, un 1nico proceso”. Es por ello
que siguiendo a Manuel Sacristán, entenderemos a la obra gramsciana como la
conjunción de “lo pensado y actuado” por el, por lo que en los sucesivos apartados intentaremos combinar el análisis de ciertas
iniciativas educativas y culturales desplegadas en Turín por el joven
sardo, (tales como el Club de vida moral y
la escuela de cultura y propaganda),
con los textos publicados en diversos periódicos de izquierda que apuntan
a problematizar la cuestión pedagógica. De esa
amalgama, creemos, surgirá una concepción dialéctica, tanto del vínculo enseñanza aprendizaje como de la construcción de conocimiento, que podemos denominar prefigurativa,
en la medida en que además de impugnar las prácticas escolares
propias del orden social dominante, intenta anticipar en los diferentes
espacios que configuran a la vida cotidiana, los embriones o gérmenes de la
educación futura.