
“En suma, no se trata solamente de leer a Gramsci después de Althusser, sino de leer a Gramsci después de todo el Siglo XX y sus consecuencias históricas y teóricas.” | Peter D. Thomas y la filosofía del marxismo
Pero volviendo al costado teórico de la cuestión, me parece
que hay que seguir haciendo el cruce entre la lectura que planteara
Portantiero allá por los finales de los '70 y la propuesta de Thomas, cuyo
libro fue
publicado en 2009 y viene siendo tema de debate en la izquierda europea, ya que si bien son distintas, tienen algunos puntos de contacto.
publicado en 2009 y viene siendo tema de debate en la izquierda europea, ya que si bien son distintas, tienen algunos puntos de contacto.
En primer lugar, Portantiero y Thomas coinciden en que
Gramsci aporta como elemento nuevo la cuestión del análisis en los cambios de
las formas estatales. Para Thomas, Portantiero podría ubicarse entre los que
tienden a ver la hegemonía como una teoría del poder político y en particular
de los cambios en las formaciones estatales (y se refiere a Los Usos de Gramsci en tal
sentido).
Sin embargo, el hincapié de Portantiero en la idea de que
Gramsci es el único marxista que percibió los alcances de los cambios en
las formas estatales en la entreguerra ("neo-corporativismo"
combinado con "autonomía de la política", expresados en estados con
base de masas que daban más poder a los sindicatos reformistas y a la vez daban
mucho peso a la intervención estatal en la economía), coincide con el rescate
que practica Thomas de la categoría de Estado Integral que redefine el
significado y las relaciones entre la sociedad política y la sociedad
civil.
En este punto, Thomas es bastante eficaz cuando polemiza
contra Perry Anderson acerca del tratamiento de esta cuestión en Gramsci.
Sostiene que Gramsci supera los "modelos" relativos a la
distribución de "consenso" y "coerción" exclusivamente en
la sociedad civil o exclusivamente en el estado, planteando el
concepto del Estado integral en el cual las distinciones entre sociedad
civil y sociedad política son relativas dentro de una nueva forma de
relación entre ambos términos en la cual lo central es su unidad.
Si bien Portantiero estaba más cerca de la idea de
"Estado ampliado" de Buci-Glucksmann, no hubiera estado en desacuerdo
con esto. Aunque tienen diferencias en la forma de analizar la cuestión de la revolución
pasiva. Thomas la ve como época a partir del post-1848 y Portantiero como un
proceso más propio del período de entreguerras, aunque contradictoriamente éste
último planteaba la revolución pasiva más como capacidad de respuesta del
capitalismo y Thomas más como fracaso de la hegemonía proletaria ([Para leer] acerca
de la cuestión de la revolución pasiva y Trotsky: La
Tercera Internacional y la "revolución pasiva" (sobre la Lección
Séptima de José M. Aricó) […] y sobre los problemas de la tendencia a
generalizar más o menos la categoría: Anderson,
Gramsci y algunas claves de lectura.
Retomando entonces lo del principio, yo destacaba que contra
la visión supuestamente más estratégica de Portantiero, que termina diluyendo
la lucha de clases en los "tiempos largos" de la guerra de
posiciones, había que rescatar la centralidad de la teoría de la hegemonía (que
a su manera propone Thomas) como forma de superar el sindicalismo y el
electoralismo.
En la práctica, ese rescate de la lucha por que la clase
obrera asuma una posición "hegemónica" es lo que nos permite -al PTS
y la corriente internacional de la que forma parte- intervenir en distintos
movimientos sociales o establecer relación con ellos (de mujeres, pueblos
originarios, por cuestiones ambientales, inmigrantes) con la perspectiva de la
unidad con el movimiento obrero; en el movimiento obrero con la perspectiva de
tomar las demandas del pueblo pobre y todos los sectores oprimidos (como
los antes señalados); y en los parlamentos con una política "por
arriba" que une ambas líneas de acción, ligando estrechamente los planos
social, sindical y político a la intervención activa en la lucha de clases.
Ahora bien, en el enfoque de Thomas y su relación entre revolución
pasiva y hegemonía como "antítesis vigorosa" se expresa una cierta
afinidad con el punto de vista de Portantiero, o mejor dicho, puede llegar a un
resultado parecido. Thomas sostiene que la revolución pasiva es una forma de duración
(es decir, continuidad sin progresividad histórica) del sistema
capitalista, y que mientras el proletariado no construya su propia hegemonía se
impone la revolución pasiva.
Sin embargo, esta idea de la construcción de un aparato
hegemónico está planteada sin establecer una relación con la experiencia de la
clase obrera y sus organizaciones en la lucha de clases (lo cual a su vez
incide en el tipo de instituciones a través de las cuales pensamos que la clase
obrera puede conquistar la hegemonía). De esta forma, frente a la
"duración" de la revolución pasiva los tiempos de la
construcción de la hegemonía pueden volverse también "vacíos". Esto
guarda relación con una tendencia para mí constante en la interpretación de
Thomas que es la de exacerbar las aristas de "superación del aspecto
económico-corporativo" que contiene la teoría de la hegemonía, como en la
interpretación que hace de la NEP.