
Cuando un individuo hace a otro individuo un perjuicio tal
que le causa la muerte, decimos que es un homicidio. Si el autor obra
premeditadamente, consideramos su acto como un crimen. Pero cuando la sociedad
[*] pone a centenares de proletarios en una situación tal que son
necesariamente expuestos a una muerte prematura y anormal, a una muerte tan
violenta como la muerte por la espada o por la bala, cuando quita a millares de
seres humanos los medios de existencia indispensables, imponiéndoles otras
condiciones de vida, de modo que les resulta imposible subsistir, cuando ella
los obliga por el brazo poderoso de la ley a permanecer en esa situación hasta
que sobrevenga la muerte, que es la consecuencia inevitable de ello, cuando
ella sabe, cuando ella sabe demasiado bien que esos millares de seres humanos
serán víctimas de esas condiciones de existencia, y sin embargo permite que
subsistan, entonces lo que se comete es un crimen.