
Gramsci, nos compromete también a pensar en clave dialécticamente crítica abandonando cualquier intento dogmático y mecanicista, de lo que Lukács gustaba llamar el marxismo vulgar.
Si Hegemonía significó el punto a alcanzar por el
proletariado a partir del trabajo conjunto con otras clases explotadas en pos
de terminar con la sociedad de clases y la consecuente explotación social,
hegemonía significó también para Gramsci el complejo entramado a partir del
cual las clases dominantes ejercen su dominio, no sólo desde el diseño y la
administración de un proceso económico que define el campo de juego sino
también, y de manera abiertamente dialéctica, el conjunto de articulaciones
políticas, culturales y sociales que hacen posible tanto la emergencia de la
dominación como su sostenimiento en el tiempo, amoldándose a los cambios y
transformaciones en el concurso de fuerzas en disputa.
De la rica y vasta gama de categorías de análisis que se
desprenden de los escritos de Gramsci, “hegemonía” y sus conexas “dominación”,
“consenso y coerción”, “bloque histórico”, “sociedad civil y sociedad
política”, “intelectuales orgánicos” y la relación “infraestructura-superestructura”
serán aquellas a las cuales más se apelará para pensar las problemáticas
puntuales trabajadas en este libro, el cual constituye uno de los primeros
resultados del trabajo de un equipo multidisciplinario y de relativamente
reciente formación. Es que las preocupaciones fundamentales, pensando en cómo
se reconfiguran los conflictos sociales en el presente, están puestas en la
correlación fundamental de éstos con la compleja red de procesos de acumulación
y desarrollo que constituye la tesis fundante de la relación dialéctica. En
este sentido, entender los procesos de construcción de hegemonía y dominación,
aparece como una primera e indispensable necesidad para comenzar a estudiar y
reflexionar acerca de una realidad cambiante pero que, sin embargo, no deja de
tener sus raíces y conexiones múltiples en la rica historia de cambios y
conflictos del pasado más próximo.
La unidad dialéctica de los opuestos conforma, sin lugar a
dudas, una clave nodal tanto para leer a Gramsci como para entender y explicar
los procesos sociales (entendidos como procesos socio-históricos, políticos y
culturales), retomando así una tradición crítica olvidada en estos días de
fragmentación intelectual, premura institucional-académica y culto al
“prestigio y la excelencia”. Dicha clave resulta indispensable para poder
aceptar el desafío de reflexionar sobre la realidad a partir de una mirada
compleja, rigurosa y, fundamentalmente, comprometida. Pensar, a la luz de la
obra de Gramsci, la función articulada que cumplen el consenso y la coerción en
la construcción de hegemonía, resulta de vital importancia a la hora de
descifrar las claves del proceso de dominación en la Argentina contemporánea. A
su vez, la noción de bloque histórico, en tanto concepto palpable que reúne
toda la complejidad de la relación infraestructura-superestructura, junto al
papel de los intelectuales en relación a su dimensión política, como creadores
parciales y a la vez legitimadores de una realidad orgánica, constituyen
elementos primordiales para completar una mirada que se pretende integral,
evitando así caer en economicismos e idealismos que desvirtúan la composición
dialéctica. Es que la cultura, entendida como un proceso material-ideal, ya no
puede ser relegada a un segundo o tercer plano, entendida sólo como resultante
de otras determinaciones primarias, ni tampoco como una entidad autónoma,
merecedora incluso de ramas disciplinares específicas, tan en voga en este
presente. Es así como el ejercicio de la hegemonía permite mirar, entonces, la
realidad a partir de esta integración de los opuestos, en tanto praxis
abarcadora cuya guía se constituye desde una más profunda y omnipresente mirada
dialéctica, aquello que Karel Kosik prefería definir como totalidad concreta,
en tanto momento fundamental de la praxis humana.
En este libro, por lo tanto, hemos querido reunir resultados
de investigaciones puntuales, analizados todos a la luz de las definiciones y
debates implícitos en la categoría hegemonía. Pero los textos intentan ir un
poco más allá, ya que constituyen el producto de un proceso de discusión
continuo entre todos los autores, enmarcado en un proyecto de investigación
colectivo con sede en la Universidad Nacional de Quilmes. Si bien en cada
capítulo se configuran lecturas particulares, donde cada autor vuelca su propia
impronta, este libro constituye un intento de un real trabajo en equipo a
partir de ciertos ejes en común que han sido la clave del debate y del armado
final de los artículos. Es decir, desde el comienzo se tuvo la intención de no
hacer una simple compilación sobre una determinada temática sino que a partir
de un eje teórico, central a la perspectiva de trabajo del equipo, se
analizaron los casos elegidos en pos de ejercitar colectivamente lecturas e
interpretaciones que hicieran foco en la articulación entre teoría y estudios
de caso. El proceso dialéctico de construcción de hegemonía se constituyó en un
andarivel esencial para comenzar a recorrer este camino de construcción
colectiva de conocimiento, en un intento por acercarse a los postulados básicos
de la filosofía de la praxis.
El primer capítulo, tendrá como objetivo el comenzar a
descifrar y caracterizar las relaciones entre acumulación y hegemonía en los
distintos entramados que se constituyen en el proceso de construcción
sociohistórica en relación al desarrollo productivo y territorial de la
Patagonia. “Acumulación y hegemonía en las tres Patagonias. Una lectura crítica
sobre la historia regional” parte del cruce entre bloque histórico (entre
clases hegemónicas) y territorio patagónico en tanto que este fue visto como un
“vacío” a ser ocupado. Entendiendo a la hegemonía como un ejercicio dialéctico
entre coerción y consenso, se analizan las prácticas, en algunos casos en
pugna, de las propias clases hegemónicas en su intento por llenar este vacío,
prácticas que muchas veces se fueron dando sin demasiada planificación sino a
partir de iniciativas aisladas de ciertos grupos e intereses, pero que en otros
casos contó con cierto diseño productivo-territorial, ya sea del Estado central
o los Estados provinciales más la participación amplia del capital, siendo
estas últimas aquellas que determinaron el perfil característico del proceso de
acumulación patagónico hasta el presente. Es así que se fueron conformando
diferentes intentos de ocupación y establecimiento poblacional y productivo
hasta que finalmente se comienzan a consolidar procesos más extensos y de
cierta constancia histórica conformando patrones y sistemas con características
bien particulares pero basados todos en la extracción de ciertos potenciales
naturales para su mayoritaria exportación extrarregional. Se reconocen y
analizan a lo largo del capítulo a la “Patagonia Ganadera” primero, la
“Patagonia Energética” luego, para finalizar el estudio con la más actual
“Patagonia Minera”, poniendo el énfasis en descubrir en cada una de ellas la
particular correlación dialéctica entre acumulación y hegemonía.
El siguiente capitulo, “Concepciones hegemónicas sobre la
Revolución Sandinista en los diarios argentinos: La Nación, La Prensa y Clarín,
1979-1982” se propone realizar un acercamiento a las visiones hegemónicas sobre
la Revolución Sandinista de Nicaragua en la Argentina dictatorial. Para esto se
analizan las concepciones presentadas por los principales diarios nacionales
(La Prensa, La Nación y Clarín) en su tratamiento del tema, resaltando su
carácter de intelectuales orgánicos de las clases dominantes, en el sentido
amplio propuesto por Gramsci en su análisis de la superestructura. Se
establecen los puntos de acuerdo y divergencia entre los discursos de los
distintos periódicos, así como con la concepción propuesta por la Junta Militar
gobernante, basada en la Doctrina de la Seguridad Nacional y justificadora de
la intervención clandestina que los militares argentinos llevaron adelante en
el conflicto centroamericano. Se puede observar entonces que, si bien la
emergencia de la Revolución Sandinista fue vista con preocupación por las
clases dominantes argentinas, esta preocupación no cobró la misma forma en
todos los casos y las conclusiones que se sacaron sobre lo que ocurría no
fueron las mismas. El análisis de las posiciones de los principales diarios
nacionales sobre el tema permitirá vislumbrar cómo en este punto aparecen
tensiones y discursos hegemónicos superpuestos que, en consonancia con las
tensiones presentes entre distintas fracciones de las clases dominantes
argentinas, son expresión de concepciones políticas más generales sobre el
conflicto social, la situación internacional y el lugar de la Argentina en el
mundo.
El capítulo “La condición de la agro-biotecnología.
Producción de conocimiento y construcción de hegemonía en la región pampeana
argentina (2002-2010)” busca rastrear las huellas de los principales
cuestionamientos realizados recientemente a ciertos procesos y elementos
vinculados a la agro-biotecnología, en el marco de un conjunto de estrategias
desarrolladas por grupos de intelectuales orgánicamente vinculados a los
principales grupos de poder del agro pampeano. Dichos cuestionamientos han sido
realizados por una serie de organizaciones sociales de distinto tipo. A
lo largo del capítulo, la noción de agro-biotecnología va mutando desde sus
acepciones más frecuentes, asociadas al ámbito de la ciencia, la tecnología y
la producción de semillas, hasta aquello que constituye uno de los principales
aspectos a estudiar: los modos en los cuales la agro-biotecnología forma parte
esencial de un conjunto de prácticas, expectativas, significados y valores que
se constituyen en un sentido predominante de la realidad, desempeñando un papel
clave en el proceso de construcción de lo hegemónico en el agro pampeano actual
. Es por ello que en dicho capítulo la noción de agro-biotecnología se
encuentra emparentada y es considerada como sinónimo de ese sentido predominante
y hegemónico del agro pampeano que se pretende analizar.
El cuarto capítulo, “Todas las voces, ¿todas?: discurso
hegemónico en el conflicto campo-gobierno por las retenciones móviles en
2008” propone un análisis del conflicto desatado en marzo de 2008 a raíz
de la Resolución 125 que planteaba un freno a las exportaciones a través de la
implementación de retenciones móviles a los principales productos de
exportación (soja, girasol, trigo y maíz). Para ello indagará hasta qué punto
la apelación a una identidad de “nación-campo” funcionó como legitimadora del
discurso y las prácticas de los productores nucleados en la Mesa de Enlace y
cómo apelando al mismo discurso el gobierno intentó generar consenso y
legitimidad respecto a la Resolución 125. Sostendremos que los sectores
nucleados en la Mesa de Enlace, manejándose en un equilibrio entre consenso y
coerción lograron el consentimiento de la clase media urbana a una situación
que no resultaría objetivamente positiva para dicha clase. También se analiza
la situación y discursos del Movimiento Nacional Campesino Indígena, partiendo
de considerar que se trata de una organización que busca ser visibilizada por
la clase media como una postura alternativa, para lo cual apela no sólo al
componente campesino sino a la identidad indígena de muchas de las
organizaciones que lo componen. Para realizar este análisis es que se vuelve
a tomar el concepto de hegemonía entendiéndolo como un equilibrio entre
consenso y coerción, pudiendo haber momentos en los cuales predomina uno u otro
pero actuando generalmente el consenso como “revestimiento” de la coerción, ya
que para que la hegemonía funcione como tal debe darse un cierto equilibrio
aunque más no sea “de compromiso”.
En el último capítulo, “Transnacionales mineras y
estrategias hegemónicas de producción de consenso y legitimidad social en
contextos de disputa territorial. Apuntes de investigación para la construcción
de una tipología analítica”, se abordarán las prácticas hegemónicas ejercidas
por las transnacionales mineras, a fin de contrarrestar la emergencia y/o
proliferación de resistencias sociales respecto de sus operaciones en las
localidades donde afincan. Durante los años ´90, el Estado argentino desarrolló
el marco jurídico-político-administrativo propicio para la expansión sin
precedentes de la inversión extranjera directa en el sector minero, iniciando
un acelerado desarrollo de la minería metalífera a gran escala en el país. No
obstante, la emergencia y multiplicación de resistencias sociales una década
más tarde, abrió un período de incertidumbre que puso en entredicho la
continuidad de esta actividad en Argentina, modificando la correlación de
fuerzas sociales, y alertando a Estados y transnacionales mineras sobre la
necesidad de (re)construir una hegemonía política y cultural acorde al modo de
acumulación extractivo-exportador con base minera. En este sentido, la
hipótesis central del trabajo es que en escenarios de disputa por el territorio
y los recursos naturales, donde empresas transnacionales mineras y poblaciones
movilizadas pugnan por la definición y control de las formas de producción y
reproducción de la vida, las primeras despliegan una serie de estrategias que,
de conjunto, apuntan a configurar sentidos, producir subjetividades y organizar
relaciones sociales de nuevo tipo. Identificamos, por lo menos, tres tipos de
estrategias: 1)- comunicacionales, 2)- de intervención social directa, y 3)- de
monitoreo y gestión participativa; cuya función general consiste en contemplar
las tendencias y necesidades de los grupos sobre los cuales se ejerce la
hegemonía, haciendo ciertos compromisos simbólicos y concesiones materiales,
pero sin poner en cuestión los intereses fundamentales del grupo dominante.