Adamito Smith | Gramsci
atribuye un papel central a la relación infraestructura (fuerzas de producción
y relaciones sociales de producción) con la superestructura
("ideología": creencias de una sociedad), a partir del concepto de
"bloque hegemónico". Según él, el poder de las clases dominantes
sobre el proletariado, no está dado simplemente por el control de los aparatos
represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería relativamente
fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada equivalente o superior
que trabajara para el proletariado); dicho poder está dado fundamentalmente por
la "hegemonía" cultural que las clases dominantes logran ejercer
sobre las clases sometidas, a través del control del sistema educativo, de las
instituciones religiosas y de los medios de comunicación.
A través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Por ejemplo, en nombre de la "nación" o de la "patria", las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de identidad con aquellas. Se conforma así un "bloque hegemónico" que amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués.
A través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad revolucionaria. Por ejemplo, en nombre de la "nación" o de la "patria", las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento de identidad con aquellas. Se conforma así un "bloque hegemónico" que amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués.
La supremacía de un grupo social se manifiesta en dos modos,
como dominio y como dirección intelectual y moral. Un grupo social es dominante
de los grupos adversarios que tiende a liquidar o a someter hasta con la fuerza
armada y es dirigente de grupos afines y aliados. Un grupo social puede y debe
ser dirigente desde antes de conquistar el poder gubernamental (ésta es una de
las condiciones principales para la conquista del poder); después, cuando
ejercita el poder se vuelve dominante pero debe continuar siendo dirigente.
Las clases
subalternas
La hegemonía es, por lo tanto, el ejercicio de las funciones
de dirección intelectual y moral unida a aquella del dominio del poder
político. El problema está en comprender como puede el proletariado volverse
clase dirigente y ejercitar el poder político y así convertirse en clase
hegemónica.
Las clases subalternas, proletariado urbano, rural y pequeña
burguesía, no están unificadas, su unificación ocurre solo cuando “se
convierten en Estado”, cuando llegan a dirigir al Estado, de otra forma
desarrollan una función discontinua y disgregada en la historia de la sociedad
civil de los estados singulares. Su tendencia a la unificación “es despedazada
continuamente por la iniciativa de los grupos dominantes” de los cuales ellas
“sufren siempre la iniciativa, aún cuando se rebelen y se insurreccionen.
La hegemonía es ejercitada unificando un bloque social creando
una alianza política de un conglomerado de clases sociales diferentes, que por
sí misma no es homogénea, mediante una política, una cultura y una ideología o
un sistema de ideologías que impidan que los contrastes de intereses,
permanentes hasta cuando sean latentes exploten, probando desde el principio la
crisis de la ideología dominante y luego una consiguiente crisis política desde
el interior del sistema de poder.
La crisis de la hegemonía se manifiesta cuando, aunque
manteniendo el propio dominio, las clases sociales políticamente dominantes no
logren más ser dirigentes de todas las clases sociales, o sea no logren
resolver los problemas de toda la colectividad e imponer a toda la sociedad la
propia concepción del mundo. La clase social subalterna si logra indicar
concretas soluciones a los problemas dejados irresueltos se vuelve dirigente e,
incrementando su propia cosmovisión también a otros estratos sociales, crea un
nuevo bloque social, volviéndose hegemónica. El momento revolucionario es inicialmente
a nivel de superestructura, en sentido marxista, es decir, político, cultural,
ideal, moral, pero traspasa a la sociedad en su complejidad, embistiendo hasta
su estructura económica, o sea embistiendo a todo el bloque histórico, término
que para Gramsci indica el conglomerado de la estructura y de la
superestructura, las relaciones sociales de producción y sus reflejos
ideológicos.
Gramsci atribuye un papel central a la relación
infraestructura (fuerzas de producción y relaciones sociales de producción) con
la superestructura ("ideología": creencias de una sociedad), a partir
del concepto de "bloque hegemónico". Según él, el poder de las clases
dominantes sobre el proletariado, no está dado simplemente por el control de
los aparatos represivos del Estado, pues si así lo fuera dicho poder sería
relativamente fácil de derrocar (bastaría oponerle una fuerza armada
equivalente o superior que trabajara para el proletariado); dicho poder está
dado fundamentalmente por la hegemonía cultural que las clases dominantes
logran ejercer sobre las clases sometidas, a través del control del sistema
educativo, de las instituciones religiosas y de los medios de comunicación. A
través de estos medios, las clases dominantes "educan" a los
dominados para que estos vivan su sometimiento y la supremacía de las primeras
como algo natural y conveniente, inhibiendo así su potencialidad
revolucionaria. Por ejemplo, en nombre de la "nación" o de la
"patria", las clases dominantes generan en el pueblo el sentimiento
de identidad con aquellas. Se conforma así un "bloque hegemónico" que
amalgama a todas las clases sociales en torno a un proyecto burgués.
La supremacía de un grupo social se manifiesta en dos modos,
como dominio y como dirección intelectual y moral. Un grupo social es dominante
de los grupos adversarios que tiende a liquidar o a someter hasta con la fuerza
armada y es dirigente de grupos afines y aliados. Un grupo social puede y debe
ser dirigente desde antes de conquistar el poder gubernamental (ésta es una de
las condiciones principales para la conquista del poder); después, cuando
ejercita el poder se vuelve dominante pero debe continuar siendo dirigente.