
En este sentido, Thompson también es buen lector de Marx;
sus Manuscritos del 44 no dan eso y su concepto de fetichismo de la mercancía
de El Capital no da para eso; ni, creo, hubiese sido posible, desde su
hegelianismo, llegar a eso: Hegel –leído también por Gramsci y otros de su
grupo: Togliatti había llegado a traducir al italiano 150 páginas- con toda su
metralla, a pesar de todo su “espesor chocolate a la española” defiende el a
priori antropológico de la "experiencia" del sujeto inherente al
vivir, y esta es la misma irreductibilidad que ponen Gramsci y Thompson. Giulia
Adinolfi [1], en tiempos, me aconsejaba zamparme el capítulo V de la Fenomenología
[2] .
Hegemonía es cerco mutuo, admisión de las reivindicaciones
de los subalternos, reciprocidades y sometimiento a cambio de que se integren
las exigencias propias, no eliminación de la autonomía cultural y experiencial.
Y por último, y estelar entre los estelares, cómo se
construyó la clase burguesa a fines del XVIII, la cual-o mejor dicho, cuyos
trozos, que luego darían una clase-, se habían estado enfrentando en guerra
social implacable durante la primera mitad del XVIII, e integrándose en las dos
polaridades hegemónicas y contra hegemónicas existentes, tal como explican los
trozos de texto que envié. Incluso la burguesía terrateniente –gentry- no solo
llega a abrigar y apoyar las movilizaciones plebeyas en contra de decisiones de
la corte y de luchas contra comerciantes mediadores de granos y lanas, etc.,
sino que, según Thompson, se llega a integrar en el bloque plebeyo –integrar,
ahí queda eso: ¡hegemonía!- en determinados momentos.
Fracciones en guerra: la corte patricia y los capitalistas
corruptos –barones ladrones, b robbers-, gentry whig, que consiguen contratos
así, la compañía de Indias, el tráfico ultramarino, el ejército y la escuadra,
la ampliación de sus propiedades agrarias a costa de la otra gentry -tory- y
odiados por esa gentry –la “Vieja Corrupción-.
Son formas de enriquecimiento mucho más azarosas que la
tierra, pero mucho, mucho más rentables. Los “clases medias urbanas” que sirven
el lujo de la corte: carruajes, ropas, joyas, muebles, alimentos friandisses,
etc –por cierto que en Francia habían llegado a ser noblesse de robe, algunos: tapiceros ennoblecidos -¿el padre de
Moliére?-; clientes lameculos del patriciado, sin autonomía. Los intermediarios
de los productos agrarios que exportan: odiados por la gentry tory, que se
siente esquilmada por ellos, y los grandes arrendatarios que toman en alquiler
“tierras gentry” y las explotan, también odiados por la gentry tory
“paternalista”
O sea, desde 1688 la propiedad de la tierra es totalmente
alodial [3] , y la propiedad en general, -relaciones sociales de producción
capitalistas- pero la burguesía no existe.
Un abrazo jacobino y comunista, de este vuestro gramsciano
en Marx, amén.
Notas
[1] Hispanista italiana, esposa de Manuel Sacristán.
[2] Fenomenología del Espíritu de Hegel. “En tiempos”
refiere a mediados de los setenta en la UAB
[3] Libre de cargas señoriales.
Título original: “Patricios y
plebeyos en E. P. Thomson”