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Gramsci pintado a lápiz [a la manera de Mondrian] |
- “Me place ser el ácido corrosivo sobre la imbecilidad.” | Gramsci
- “Siamo noi marxisti? Esistono marxisti? Buaggine, tu sola sei immortale… Eppure cosí è: tutti sono marxisti, un po', inconsapevolmente.” |Gramsci
- “La carrera revolucionaria no conduce a los banquetes y títulos honoríficos, a investigaciones interesantes y sueldos de profesor, sino a la miseria, a la calumnia, que sólo una fe casi sobrehumana puede iluminar.” | Max Horkheimer, ‘Dammerung’
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N. González Varela |
Otro compañero de prisión señalaba que “a Gramsci en la cárcel… solo le permitían tener cuatro libros a la vez,… leía, escribía, caminaba por la celda concentrado en su pensamiento. De pronto, de improviso, se paraba, escribía rápidamente unas pocas líneas sobre uno de su cuadernos y volvía a caminar…”, así le recordaba vívidamente Gustavo Trombetti,[1] otro preso político en Turi, que en 1932 convivía diariamente con él para cuidarle de su mal estado de salud. Así componía los famosos Quaderni, su Nachlass inédito, que muchos han definido como un texto de “fragmentación formal”, y además Gramsci podía pertrecharse de una buena provisión de libros y revistas gracias a la generosa ayuda de su amigo el economista neoricardiano Piero Sraffa.[2] Cuando debía consultar bibliografía extra, se dirigía al almacén carcelario (conocido como il magazzino) en el cual se guardaban las pertenencias excedentes de los presos, allí Gramsci almacenaba en un robusto baúl inglés (el bauletto inglese que menciona en sus cartas),[3] su peculiar biblioteca de la cárcel y los cuadernos que completaba. Los Quaderni se escribieron en este curioso circuito panóptico mussolinianne: un derrotero de la celda al almacén y del almacén a la celda. Sin quererlo cumplía aquella máxima de Nietzsche que sentenciaba “solamente las ideas que se tienen caminando tienen algún valor.” Gramsci, que al principio pretendía escribir für ewig, para la eternidad, sin ninguna pretensión de actualidad o de intervención en la coyuntura, comienza a desarrollar un método de escritura adaptado a las condiciones materiales de su emprisionamiento. Y su horizonte es la recomposición del pensamiento de Marx.
Nicolás González Varela | Especial para Gramscimanía
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Y ahora desde el punto de vista
temporal, se puede esbozar paralelamente a la anterior la siguiente
periodización:
I) Primer período: del 8 de
febrero de 1929 (recordemos la datación de Gramsci en el Quaderno 1) a noviembre de 1930, que abarcan once cuadernos (cuatro
de traducciones y siete dedicados a apuntes y misceláneas), de los cuales solo
completa dos: el 1 y el 3;
II) Segundo período:
noviembre-diciembre de 1930 a marzo-abril de 1932, se abre con el Quaderno 8, y se completan algunos del
primer período, Gramsci aquí reformula programáticamente su tarea
político-intelectual (tal como la había esbozado primitivamente en el Quaderno 1), etapa en el cual empeña su
trabajo en nueve cuadernos, tres de ellos de traducciones y seis de trabajo
teórico propiamente dicho, de los cuales cinco provienen del período anterior
(se completan los Quaderni 5 y 7, el Quaderno 2 prácticamente queda completo
y queda por terminar el Quaderno 8);
III) Tercer período: abril de
1932-diciembre de 1933: Gramsci abandona por completo sus trabajos de
traducción, aparecen los cuadernos especiales (los sucesivos Quaderni 10-11-12-13) y puede
considerarse la fase más intensa y fatigosa en su trabajo teórico-político en
las cárceles, trabajando simultáneamente en ¡diez cuadernos!, seis de
misceláneas (se concluyen los Quaderni 4
y 8, y se abren los Quaderni 9, 14,
15 y 17);
IV) Cuarto y último período:
enero de 1934- Gramsci trabaja en trece cuadernos “especiales”, dos de
“misceláneas” y dos monográficos, de los cuales alcanzará a completar el Quaderno 16, mientras el resto de ellos
(18-29) quedarán incompletos o semivacíos: por ejemplo en el Quaderno 14 escribirá tan solo diez
notas y en el Quaderno 17 cerca de
una veintena de parágrafos.[5]
Togliatti: ¿el Stalin de
Gramsci? [6] | Dado el estrecho entrelazamiento y evidente interconexión de todos los temas y
rúbricas, además de tener en mente el tempo
político, se puede concluir que no puede proponerse en el caso de Gramsci más
que una lectura unitaria de sus Quaderni.
Unidad de inspiración, dentro de la fragmentaridad formal, la inconclusión
física y la asistematicidad no-sustancial. No existe en Gramsci “secciones” o
compartimientos estancos en sus meditaciones carcelarias, en absoluto, ya que
podemos ver que el propio Gramsci reorganizaba constantemente su propio
trabajo, y derivaba las cuestiones extrañas a su corpus razonado, que consideraba desbordaban sus reflexiones
actuales (o bien por ser periféricas o bien por ser demasiado extemporáneas) a
los Quaderni especiales y
monográficos. Los Quaderni poseen una historia interna, cuya reconstrucción adecuada
es una operación necesaria y preliminar a todo intento hermenéutico de
recomposición sistemática y lógica del orden y contenido de su discurso. Indispensable
para evitar todo “uso” de Gramsci. Publicados por primera vez parcialmente
entre 1948 y 1951, con una edición polémica, plagada de muchas lagunas,
omisiones y censura,[7]
mutilada en ridículas secciones estancas monográficas, tuvieron que esperar
para una más o menos exacta y correcta comprensión (teórica, política) hasta la
edición de Gerratana de 1975. Lo mismo ocurrió con otra herramienta esencial
para entender su pensamiento, su vital correspondencia. Publicada en una sobria
pero elegante edición tipográfica con el título de Lettere dal carcere, en el décimo aniversario de su muerte en 1947,[8]
al cuidado del infaltable curatore Felice
Platone, en ella numerosos pasajes que contenían referencias a Bordiga,
Trotsky, Rosa Luxemburg y otros “heréticos” incómodos al tardostalinismo,
fueron eliminados sin notas editoriales ni advertencias, en una vergonzosa
intervención censora.[9]
Más de treinta años después de este acto de represión sobre el legado literario
de Gramsci, el insospechable de izquierdismo Giorgio Améndola recordando el
suceso, reconocía en la censura togliattiana una bicefalía perversa: al error
de “critica histórica” en la hermeneútica marxista se le sumaba un error
político grave (aplicación a la edición de la línea “ufficiale”), lo que
generaba una dinámica en la cual se contaminaba uno con otro, en un rizo
ideológico que bloqueaba la auténtica interpretación de sus ideas.[10]
Lo mismo sucedió con su biblioteca personal en la cárcel: expurgada sin pero ni
contemplaciones; sabemos que Gramsci poseía al día de su muerte 257 volúmenes
de libros y 170 fascículos de periódicos y revistas, un primer catálogo no
exhaustivo de todo este precioso material fue hecho por Giuseppe Carbone en
1951.[11]
Del elenco original fueron separados títulos “comprometedores” para la nueva
imagen de un Gramsci “Dia-Mat” ante
litteram, entre ellos los más notorios como Bordiga, Bujarin, Korsch, Luxemburg,
Trotsky y Tasca, con el argumento que se le daría indirectamente a través de su
figura una “inútil publicidad” en Italia, como reconocía el mismo Togliatti.[12]
Dos años después, en una balance del famoso Instituto Gramsci, creado en 1950,[13]
su director Ambroggio Donini, un estudioso de las religiones, comunicaba a
Togliatti la actualización del catálogo del mismo, ahora acrecentado por más de
un centenar de títulos utilizados por Gramsci donados por familiares, amigos y
compañeros, subrayándole la eliminación y omisión de “elementos deteriorados o
provocadores (como el de Tasca)”.[14]
Gramsci debía esperar mejores tiempos políticos para merecer una lectura
honesta y legítima.
En este laberinto
ideológico-filológico es muy fácil perderse accidentalmente, “dejarse perder”
por razones de manipulación ideológica o tener una incomprensión total de su
organicidad, extraviándose no solo su auténtico acento teórico sino incluso su
lógica interna y su no-sistematicidad sustancial. En 2007 aparece una nueva
edición crítica a cargo de Edizione
nazionale degli scritti di Antonio Gramsci integrada en el Istituto della
Enciclopedia Italiana, dirigida por Gianni Francionni, pensada en cuatro
grandes secciones (cada una de los cuales se divide en varios tomos que
sumarían un total de veinticinco)[15]
destinada exhaustivamente a recoger todos los cuadernos de los que hablamos: quaderni di traduzioni, quaderni miscellanei y los quaderni «speciali» monografici. Ya han
aparecido varios volúmenes, como los inéditos Quaderni di traduzioni y el fundamental Epistolario 1-2,[16]
en el que puede verse inequívocamente la estrecha relación entre su evolución
anterior a 1926, en especial la fase del Ordine
Novo, su nuevo programa teórico carcelario y los temas fundamentales que
giran sin duda en torno a la teoría del retorno a Marx y la temática sobre
Americanismo y Fordismo. Finalmente en 2009 tenemos la preciosa e invaluable
edición anastática (o fotoestática) de los Quaderni,[17]
es decir: los cuadernos gramscianos tal cual se escribieron, en el orden
cronológico, “così come sono”, y “come Gramsci li ha scritti”, incluidas la
prolija grafía, las cubiertas originales, un aporte definitivo, sin
mediaciones, para la correcta apropiación con el merecido rigor filológico que
amerita un pensador del calibre de Gramsci.
Primado de la Kritik de la Economía Política: un
estudioso francés de Gramsci, André Tosel, no sin razón afirmó que todos los
conceptos principales del Marxismo en Gramsci deben ser formulados partiendo
del centro de gravedad del concepto de Americanismo
para evitar toda manipulación, sea “eticista” o “politicista”.[18]
Las contratendencias del Capital en América y Europa (de las que el Fascismo
era una expresión) cuestionaban toda la vulgata
marxista oficial, teórica y práctica, en especial la dominante en la IC.
Gramsci intenta un ritorno a Marx a
través de una reactivación y regreso, controlada filológicamente y exterior a
toda razón de partido, a sus propios textos, tanto los incluidos en el canon oficioso
como aquellos desconocidos y reprimidos. ¿Gramsci no reconocía a Marx en las
líneas generales de la izquierda comunista europea? La tarea no era menor:
recuperar la valencia política de la Kritik
a la Economía Política marxiana para traducirla en práctica política, eficaz y
revolucionaria. Y la lucha recompositiva se transformaba en Gramsci en una
lucha en dos frentes, uno interno, cercano, doloroso, en el mismo campo de la
izquierda italiana, europea e internacional; el otro contra la propia Ideología
burguesa, contra la evidente egemonia
americana. Y es en este trabajo crítico que el pensamiento gramsciano alcanza
cotas de vanguardismo y sofisticación solo comparables, en la época, a la
Escuela de Frankfurt o a pensadores aislados del Dia Mat oficial. Es el caso del desarrollo de la categoría de
Americanismo se encuentra estrechamente ligada al desarrollo más maduro de
Marx, al IIIº tomo de Das Kapital. Como
señalaba Rosdolsky, difícilmente haya otro principio del edificio
crítico-teórico de Marx que la crítica académica y no-académica rechace tan
unánimemente como su Gesetz de la
baja tendencial de la Ganancia. Y tiene su porqué, tanto explicar la motivación
ideológica de su rechazo in toto así
como su incomprensión metodológica conduce a explicar traducciones políticas
erróneas. Esta Ley precisamente, en realidad la otra cara de la Acumulación
acelerada que expresa el desarrollo de las fuerzas productivas, se encontrará
en el centro de gravedad de las reflexiones gramscianas en la cárcel. La Ley tendencial
de baja de la tasa de Ganancia, desde el punto de vista histórico, señalará
Marx, es la Ley más importante, “el misterio en torno a cuya solución gira toda
la Economía Política desde Adam Smith”[19],
un auténtico enigma para la moderna ciencia económica, el pons asinorum del Capital. Sin estridente elocuencia, Marx presenta
de esta manera su Teoría de la Crisis. Para Marx, por supuesto, la burguesía no
se derrumbará automáticamente por el imperio abstracto de la Ley, sería una
lectura tosca de Das Kapital, sino
que funcionando en la materialidad histórica, el Capital actúa (desde la forma
estado) creando lo que llama Entgenbwirkende
Ursache, “Causas Contrarrestantes”. Hasta tal punto son decisivas estas
medidas contratendenciales que Marx le dedicará un entero capítulo a explicar
algunas en el tomo III, señalando que “la dificultad que se nos presenta no es
ya la que ha ocupado a los economistas hasta el día de hoy –la de explicar la
baja de la tasa de Ganancia- sino a la inversa: explicar por qué esa baja no es
mayor o más rápida.” Continúa Marx, afirmando que si esto es comprobable
históricamente, es que “deben actuar influencias contrarrestantes
(gegenwirkende Inflüsse) que interfieren la acción de la Ley general y la
anulan, dándole solamente el carácter de una tendencia, razón por la cual
también hemos calificado a la baja tendencial de la tasa general de Ganancia de
caída tendencial (tendenzielle Fall).”, y a continuación Marx describía las más
generalizadas hacia fines del siglo XIX: I) Elevación del grado de explotación
del trabajo (incluido la introducción del trabajo femenino e infantil); II)
Reducción del salario por debajo del valor de la Fuerza de Trabajo (la causa
más importante de contención de la tendencia a la baja de la tasa); III)
Abaratamiento de los elementos del Capital constante; IV) Sobrepoblación
relativa; V) Comercio exterior (incluido el fenómeno colonial); VI) Aumento del
Capital por acciones. Por supuesto, nada de esto deroga la vigencia histórica
(y lógica) de la Ley, pero debilitan sus efectos, sin ello resultaría
incomprensible “no la baja de la tasa general de Ganancia, sino a la inversa, la
relativa disminución”, ya que la Ley sólo obra en la Historia real en cuanto
tendencia (Tendenz), cuyos efectos solo se manifiestan en forma contundente
bajo determinadas circunstancias y en el curso de períodos prolongados. Gramsci
sabía que la tasa de valorización del Capital global (tasa de Ganancia) es el
verdadero “acicate” de la producción capitalista, y la valorización del Capital
su único objetivo. La baja de dicha tasa torna más lenta la formación de nuevos
capitales autónomos, apareciendo así como una amenaza para el mismo desarrollo
del proceso capitalista de producción, promoviendo la sobreproducción, la
especulación, la crisis y el capital superfluo. El Capital crea una barrera a
sí mismo, atestiguando la posibilidad de situaciones revolucionarias, pero
también de reacciones burguesas, de revoluciones pasivas, ya que es la prueba
viviente de la limitación y el carácter solamente histórico y transitorio del
modo capitalista de producción; Marx dixit:
“que éste no es un modo de producción absoluto para la producción de la
riqueza, sino que, por el contrario, llegado a cierta etapa, entra en conflicto
con el desarrollo ulterior de esa riqueza.”
El desarrollo de esta aplicación
creativa de la Kritik marxiana se
realizará en torno a dos categorías fundamentales en la obra gramsciana
carcelaria como ya señalamos: Americanismo y Fordismo.[20]
Expresión paradigmática de Gramsci en sus Quaderni,
aparece seis veces en ellos, de las cuales cuatro en momentos estratégicos,
nodales de su pensamiento: es el undécimo de los “argomenti principali” al
inicio del Quaderno 1; titulo de un
fragmento denso y de amplia resonancia en el Quaderno 4; 52; apéndice en el catálogo de “ensayos principales”
ideados para la famosa “historia de los intelectuales italianos” al inicio del
Quaderno 8; título de un Quaderno
especial, el numerado con el “22”. Las categorías críticas que conforman ambos
términos se transforman en uno de sus puntos nodales en el programa definitivo
de los Quaderni. Lexicógraficamente,
Gramsci apunta a un triple ataque polémico a la Ideología burguesa hegemónica
en forma de el desarrollo de argumenti:
una crítica a la Política (historia de los intelectuales), una crítica a la
Filosofía en tanto Ideología (teoría de la Historia y la Historiografía) y
finalmente una Kritik a la Economía
Política (Americanismo, Fordismo, Idea-Ford, modelo Meccano).[21]
En realidad Gramsci está cumpliendo su propio motto metodol´lógico
materialista: “Filosofia-Politica-Economia… come elementi costitutivi di {…} un
circolo omogeneo” (Q 4; 72).[22]
La reconstrucción y recuperación de la valencia crítica de Marx pasa por
descomponer en la lucha ideológica, teórica y política los elementi
costitutivi de
la hegemonía capitalista triunfante. Incluso cuando a partir de 1932,
fecha de reprogramación de todo su trabajo teórico-político, e inicio de su
etapa más productiva e intensa, Gramsci piense en cuadernos especiales, enumera
veinte posibles ensayos autónomos, la rúbrica elíptica de “Americanismo y
Fordismo” seguirá estando entre sus proyectos maduros. Gramsci es sensible a su
importancia estratégica, se trata de la hegemonía americana como modelo del
capitalismo europeo, considera estos argumentos como los más fundamentales que
está desarrollando en esos momentos sobre el plano intelectual y en especial en
el Marxismo.[23] En
torno a esta urbanización de Marx en las condiciones específicas de Italia y en
el contexto internacional del mercado mundial, en el dramático escenario de una
derrota general de la izquierda frente al ascenso del Fascismo y el
Nacionalsocialismo, es que Gramsci inicia, paralelamente a su recuperación del
Marx auténtico, unos intensos y trabajosos estudios paralelos “americanos”, que
incluyen libros del empresario Henry Ford, análisis de sus invenciones
productivas así como emprende la fatigosa traducción del alemán de un número
especial de la revista Die literarische
Welt dedicada a la nueva literatura realista en los EEUU,[24]
en la cual aparecían obras literarias de Sinclar Lewis y Upton Sinclair sobre
la nueva realidad en la explotación racional del sistema de fábrica, con
trasfondo en los trabajadores fordistas, los Blue Collar.[25]
América será para Gramsci lo que Inglaterra fue para el Marx de Das Kapital. La contratendencia epocal
del Capital para enfrentarse a su crisis tendencial es la “Idea Ford”. Y aparte
el mismo Gramsci reconoce una línea roja de Ariadna, de coherencia y
continuidad argumental, entre sus nuevas reflexiones carcelarias y la práctica
teórico-política en el Ordine Nuovo.[26]
Siguiendo el rastro filológico que
hemos intentado esbozar, podemos determinar que Gramsci retoma esta dimensión
de la Kritik marxiana muy temprano, ya
en el Quaderno 1 (XVI) de 1929, en un
fragmento titulado “Americanismo”. Como se puede ver, desde el mismo inicio de
sus escritos, Gramsci “internacionaliza” la cuestión de la revolucion italiana,
incluso la cuestión meridional misma. Allí, comentado la tesis sobre el
neocorporativismo de Fovel,[27]
teórico del Stato Sindicale del
Fascismo italiano, que sostenía que el elemento neocorporativo debía ser
premisa para la “americanización” ex post
de la economía capitalista italiana, única vía posible de aumentar su
racionalización, eficiencia y competitividad, o sea: para injertar la
contratendencia dominante que se desarrollaba en los EEUU con éxito. Gramsci
señala que la solución corporativa como preámbulo o ablandamiento de las
relaciones de producción italianas es un grave error, y anota que cualquier
elemento contratendencial a la Gesetz de
baja de la tasa de ganancia descripta por Marx, incluso bajo la forma estatal fascista,
“exige un ambiente determinado, una determinada conformación social y un cierto
tipo de Estado. El Estado es el Estado liberal, no ya en el sentido del
Liberalismo aduanal, sino en el sentido más esencial de la libre iniciativa y
del individualismo económico, llegado por medios espontáneos, por el mismo
desarrollo histórico, al régimen de los monopolios”, contexto que no existe en
la formación económico-social italiana por razones históricas y de la propia
dinámica de la lucha de clases. La gegenwirkende
Inflüsse que describía Marx para ser efectiva depende del “ambiente”, de la
materialidad e historicidad de cada formación económico-social, del diseño
institucional de la forma estado (a su vez una resultante del paralelogramo de la
lucha de clases), cada burguesía nacional adapta la solución de la crisis a su
situación histórica determinada, y a una fuerza de trabajo determinada (Gramsci
denomina a estos presupuestos materiales como “razionalizzazione della
popolazione”, racionalización de la población, o sea: la re-composición social
de la clase obrera).[28]
La recomposición capitalista, la superación del cortocircuito de la crisis,
solo es posible con un nuevo grado de subsunción del Trabajo al Capital, por
eso Gramsci está planteando la relación estratégica en el dominio capitalista
entre hegemonía y economía. Y a su vez esta temática reconduce a un tema
gravitatorio de los Quaderni: la
relación entre población nacional, “Pueblo” (concepto burgués, jacobino) y
clases trabajadoras (Proletariado). Lo que estaba en juego era la posibilidad
de una revolución en el Occidente más avanzado en la crisis más grave del
Capitalismo. (Continuará...)
Notas
[1] Su testimonio: “In cella con la
matricola 7047 (Detenuto politico A. Gramsci)”; en: Rinascita, III (1946), 9, p. 233 y ss.
[2] Sraffa pagaba los libros
solicitados por Gramsci a la librería de Milán “Sperling & Kupfer”, que
será la principal proveedora del material bibliográfico desde la cárcel de San
Vittorio, pasando por Turi y la última estación en Formia. Sobre la profunda
amistad entre Gramsci y Sraffa, un lazo tan profundo y leal como el de Engels y
Marx, véase: Nerio Naldi: “The friendship between Piero Sraffa and Antonio
Gramsci in the years 1919–1927”, en: The
European Journal of the History of Economic Thought, 7:1, Spring 2000, pp. 79–114.
[3] Francioni, G.; “Il bauletto
inglese. Appunti per una storia dei ‘Quaderni’ di Gramsci”; en: Studi storici, XXXIII, n. 4, 1992, pp.
713-741.
[4] Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, edizione critica
dell’Istituto Gramsci a cura di V. Gerratana, Einaudi, Torino, 1975, 4 voll. Con
numeración continua de las páginas (el volumen IV está enteramente dedicado al
aparato crítico y filológico).
[5] Diferimos aquí, a partir del
tratamiento de los propios Quaderni,
de la datación propuesta por Gerratana en la introducción a la edición crítica,
que enumera tres fases fundamentales, véase: Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, edizione critica
dell’Istituto Gramsci a cura di V. Gerratana, Einaudi, Torino, 1975,
“Introduzione”, p. XXII y ss.
[6] En el sentido de la relación de
deformación-dogmatización de Stalin sobre Lenin, irónica fórmula usada por
Constanzo Preve en su libro: Ideologia
italiana. Saggio sulla storia delle idee marxiste in Italia, Vangelista, Roma,
1993.
[7] La edición “togliattizada”
1948-1951: A. Gramsci, Opera. Quaderni
del carcere: 1, Il materialismo
storico e la filosofia di Benedetto Croce, Einaudi, Torino, 1948; 2, Gli intellettuali e l’organizzazione della
cultura, ivi, 1949; 3, Il Risorgimento,
ivi, 1949; 4, Note sul Machiavelli, sulla politica e sullo Stato moderno,
ivi, 1949; 5, Letteratura e vita nazionale, ivi, 1950; y finalmente 6, Passato
e presente, ivi, 1951; tal cual fue traducida por primera vez al español en
Argentina por el Partido Comunista Argentino: el PCA producirá, a través de la
editorial Lautaro y bajo la coordinación general de Agosti, la primera
publicación en América Latina de los Cuadernos
de la Cárcel, siguiendo (parcialmente ya que publicó sólo cuatro títulos)
la edición italiana organizada temáticamente por Platone y Togliatti en seis
libros: en 1958 fue publicado El
materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce, con traducción de
Isidoro Flaumbaum y prólogo de Agosti; en 1960, Los intelectuales y la organización de la cultura, traducido por
Raúl Sciarreta; en 1961, Literatura y
vida nacional, traducido por José Aricó con prólogo de Agosti; y, en 1962,
las Notas sobre Maquiavelo, sobre la
política y sobre el Estado moderno, con traducción, prólogo y notas de José
Aricó. Aquí se interrumpe. Posteriormente, en 1966, Lautaro se disuelve y vende
los derechos de la traducción a la editorial Nueva Visión. En la mitad de los
años 70, la editorial mexicana Juan Pablos Editor comienza una reedición
completa de los Cuadernos a partir de la traducción argentina y completa los
dos volúmenes restantes, siguiendo la edición en seis libros de la editorial
Einaudi: en 1977 fue publicado Pasado y
Presente, con traducción de Gabriel Ojeda Padilla, y en 1980, El risorgimento, con traducción y notas
de Stella Mastrangelo. Finalmente, en 1981 la editorial ERA de México inicia la
publicación de la edición crítica de Gerratana de los Cuadernos de la Cárcel que culminará 20 años más tarde, en 2001.
[8] Gramsci, Antonio; Lettere da carcere, Einaudi, Torino, 1947.
[9] Liguori, Guido; Gramsci conteso. Storia di un dibattito
(1922-1996), Editori Riuniti, Roma, 1996, p. 49 y ss. El primero en notar y
criticar las ediciones “mutiladas” de Gramsci fue Luigi Dal Pane, que estaba
preparando una biografía sobre Antonio Labriola, véase su artículo: “A.
Gramsci. Lettere da carcere”, en: Giornale
degli Economisti; VIII, 1947, 11-12, pp. 672-676.
[10] Améndola, Giorgio; “Rileggendo a
Gramsci”; en: Critica Marxista, 3,
maggio, 1967, pp. 3-45.
[11] Carbone, Giuseppe: “Il libri del carcere
di Antonio Gramsci”, en: Movimento
Operaio, II, 4, 1952, p. 640-689.
[12] Carta de A. Donini a P. Togliatti, del
18 de noviembre de 1951; en: Chiara Daniele, Togliatti editore di Gramsci, con una introduzione di Giuseppe
Vacca, Roma, Carocci, 2005, p. 123.
[13] Definido oficialmente como “un centro
nacional para la profundización, la popularización, la irradiación cultural del
Marxismo-Leninismo en nuestro país”, utilizando a Gramsci como instrumento y
mediación.
[14] Carta de A. Donini a P. Togliatti, del 4
de febrero de 1954; en: Chiara, Daniele, ibidem,
pp. 123-124.
[15] Las cuatro grandes secciones serían: “Scritti
1910-1926” (sezione diretta da Leonardo Paggi, siete tomos); “Quaderni del
carcere” (sezione diretta da Gianni Francioni, seis tomos); “Epistolario
1906-1937” (sezione diretta da Chiara Daniele, doce tomos) y “I documenti
(1891-1937)”. En relación con la edición Gerratana, se ha mantenido la
numeración arábiga original de Gramsci, y no la romana de la cuñada Tania
Schucht, además de modificarse no solo la secuencia de los manuscritos sino
muchas notas internas dentro de ellos y una datación más exacta de las notas.
[16] Sucesivamente: Quaderni di traduzioni (1929-1932); a cura di Giuseppe Cospito e
Gianni Francioni, Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2007; Epistolario 1. 1906-1937-Gennaio
1906-Dicembre 1922; a cura di David Bidussa, Francesco Giasi, Gadi Luzzatto
Voghera e Maria Luisa Righi con la collaborazione di Leonardo P. D'Alessandro,
Benedetta Garzarelli, Eleonora Lattanzi, Luigi Manias e Francesco Ursini, Istituto
della Enciclopedia Italiana, Roma 2009; y: Epistolario
2. 1923-Gennaio-Novembre 1923 a cura di David Bidussa, Francesco Giasi e
Maria Luisa Righi con la collaborazione di Leonardo P. D'Alessandro, Eleonora
Lattanzi e Francesco Ursini; Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma 2011.
[17] Gramsci,
Antonio; Quaderni del carcere.
Edizione anastatica dei manoscritti, a cura di Gianni Francioni, vol. 1, Cagliari, Istituto per
l’Enciclopedia Italiana–L’Unione Sarda, 2009, pensada en dieciocho volúmenes.
[18] Véase: Tosel, André: “Americanismo,
razionalizzazione, universalità secondo Gramsci”, en: AA. VV., Tempi moderni. Gramsci e la critica
dell’americanismo, a cura di G. Baratta e A. Catone, Edizioni Associate, Roma,
1989, pp. 237-252, ahora en: L’esprit de
scission. Études sur Marx, Gramsci, Lukács, Annales Littéraires de
l’Université, Besançon, 1991.
[19] Marx, Karl; Das Kapital, Band III,
Ullstein, Krankfurt, 1980, p. 202; en español: El Capital; Tomo III, Vol. 6, Siglo XXI, México, 1984, p. 272.
[20] La importancia de estos dos conceptos y
sus categorías secundarias fue destacada por primera vez por F. De Felice
centrándose en el Quaderno 22: “Una
chiave di lettura in ‘Americanismo e fordismo’”: en: Rinascita (supplemento “Il contemporaneo”), 1972, Nº 42; y la
siguiente edición crítica: Antonio Gramsci, Quaderno
22. Americanismo e fordismo, Introd. e note di F. De Felice, Einaudi,
Torino, 1978. El testimonio de un camarada de cárcel, Ercole Piacentini,
también confirma este juicio, recordando que Gramsci en sus cursos de formación
daba una clase centrada precisamente en Americanismo y Fordismo; rememoraba que
una vez Gramsci inauguró una de sus clases con estas palabras: “Compagni, oggi
parleremo di americanismo e fordismo. Tenete a mente che dopo l’avvento
dell’americanismo tutto è cambiato. Di lì dobbiamo partire se vogliamo fare non
come in Russia, ma come è necessario per costruire il socialismo in Occidente.”
[21] Carta a Tania Schucht del 25 de marzo de
1929, en ella Gramsci le comunica la decisión, modificando su primera intención
exclusivamente literaria, de ocuparse “prevalentemente e di prendere note su
questi tre argomenti: –1° La storia italiana nel secolo XIX, con speciale
riguardo della formazione e dello sviluppo dei gruppi intellettuali; –2° La
teoria della storia e della storiografia; –3° L’americanismo e il fordismo”.
[22] Dice Gramsci: “Filosofia politica economia. Se si tratta di elementi costitutivi
di una stessa concezione del mondo, necessariamente ci deve essere, nei
principii teorici,convertibilità da uno all’altro, traduzione reciprocanel
proprio specifico linguaggio di ogni parte costitu-tiva: un elemento è implicito
nell’altro e tutti insie-me formano un circolo omogeneo”.
[23] Carta a Tania Schucht, 25 de Marzo, 1929;
en: Gramsci, Antonio; Lettera dal Carcere;
Sellerio, Palermo, 1996, p. 248.
[24] Cfr. Gianni Francioni, L’officina gramsciana. Ipotesi sulla
struttura dei “Quaderni del carcere”, Bibliopolis 1984, Napoli, p. 140 y
ss.
[25] Traduce del francés el libro de
Henry Ford, Aujourd’hui et demain (ed.
S. Crowther), Payot, Paris, 1926, introductor de las nuevas relaciones de
producción y racionalización en la fábrica y dos novelas realistas también del
francés: Le Pétrole, Michel,
Paris, 1929 de Upton Sinclair y Babbit, Librairie
Stock, Paris, 1930, de Sinclair Lewis; además Gramsci trabaja los siguientes
textos: prefacio de V. Cambon al libro biográfico de Ford: Ma vie et mon oeuvre, y los artículos: L. Bondini, “L’idea Ford”, en:
La Nuova Italia, 7,
1932, pp. 256-263; el de G. A. Borgese, “Strano interludio”, en Corriere della Sera, 15 marzo, 1932; A. Capasso, “Un libro di Daniel
Rops”, en La Nuova
Italia, 2,
1933, pp. 68-72, una fuente importante del análisis gramsciano y el uso
marxista de estas fuentes es el número especial del 14 de octubre de 1927 de la
revista Die literatische Welt,
dedicado a la literatura realista y social de EEUU, que Gramsci tradujo
íntegramente en el curso del año 1929, correspondiendo al cuaderno de
traducciones Quaderno A. Véase: De Felice, Franco:
“Libri e articoli indicati da Gramsci”,
en: Gramsci, Antonio; Quaderno 22.
Americanismo e Fordismo; Einaudi, Torino, 1978, pp. 121-124.
[26] Aunque allí la crítica se asumía sobre
la anterior forma de hegemonía en la fábrica, el “Taylorismo”.
[27] Natale Massimo Fovel; Economia e corporativismo; SATE,
Ferrara, 1929.
[28] De hecho Gramsci utiliza
alternativamente el término “composizione”, por ejemplo: Q 21, I, 2140.
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