
El salto mortal, que cada mercancía debe hacer, es la
realización de su valor, llamado en lenguaje común, su venta. Marx analiza en El
Capital el problema de la realización del valor:
“Las mercancías deben realizarse como valores antes de que puedan hacerlo
como valores de uso. Por otra parte, deben probarse como valores de uso antes
de que puedan realizarse como valores.”
El problema no podría ser formulado de forma más precisa. Es
entonces más que sorprendente que Marx no investigara su solución práctica. Es como
si hubiese "olvidado" el problema después de formularlo. En cualquier
caso, en el contexto de El Capital desplaza el problema a otra contradicción,
cuya forma de movimiento es el dinero.
Investiguemos esta contradicción que Marx "olvidó"
un poco más de cerca, con el objeto de comprender su "forma de
movimiento" (Marx: Bewegungsform). Uno puede realizar el valor de uso de
una Mercancía extraña sólo después de haber realizado su valor para su
propietario. De modo que no puede ser la satisfacción real de las necesidades
individuales, es decir, no es el valor de uso lo que causa la compra. Sin
embargo, la compra continúa constantemente. ¿Por qué? Obviamente, porque el
comprador se promete a sí mismo la satisfacción de una necesidad a través del
bien. Él no hace esto en el vacío sino sobre la base de la
"significación-objeto" que la mercancía le presenta. Llamamos a esta
parte del proceso la promesa objetiva del valor de uso, a la otra la promesa
subjetiva del valor de uso. Lo que motiva la decisión de comprar no es el valor
de uso sino la promesa del valor de uso. Un individuo con dinero se convierte
en comprador cuando se promete el valor de uso sobre la base de la promesa
objetiva del valor de uso del bien.
El modo en que existe la promesa del valor de uso es el modo
estético en el sentido más amplio. "En el sentido más amplio"
significa, entre otras cosas, que comprende todos los modos impersonales de la
presentación del valor de uso y el modo personal de su presentación de la parte
de los vendedores – pero también la recepción estética de la parte del
comprador potencial. Llamaremos a este complejo reino de fenómenos y relaciones
funcionales que se desarrolla para solucionar el problema cualitativo de realización4
de valor, el reino de la estética de la mercancía.