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Karl Marx ✆ Dzhemma Semenovna Benina |
Jordi Mundó / Traductor
- 1. Falta poco para que se cumpla el segundo aniversario de la edición en lengua persa de El Capital, Vol. 1, traducida por Hassan Mortazavi. ¿Puedes explicar las diferencias entre la edición francesa y las ediciones inglesa y alemana?
Se trata de un asunto muy interesante. A su muerte, Marx
dejó dos ediciones del primer volumen de El Capital que eran muy
diferentes entre sí. Una era la segunda edición alemana de 1873 y la otra la
francesa de entre 1872 y 1875. La edición francesa se publicó en fascículos en
una revista, en parte porque el editor no tenía dinero suficiente para publicar
el texto de una sola vez. De modo que en ese periodo la edición francesa fue la
última en aparecer al no completarse su traducción hasta 1875.
Marx dominaba perfectamente la lengua francesa. En su
juventud escribió algunos libros en francés, como La pobreza de la filosofía.
Los alemanes tienen que leer este libro traducido del francés. Las cartas de
Marx tanto a la revolucionaria rusa Vera Zasulich en 1881, como a Annenkov en
1846 sobre el método materialista y contra Pierre-Joseph Proudhon también
estaban escritas en francés. Marx escribía en lengua francesa casi con la misma
naturalidad con la que escribían en alemán, y luego también en inglés. De modo
que aunque El Capital fue traducido del alemán al francés, Marx
realizó modificaciones casi en cada párrafo de la versión francesa.
Introdujo un gran número de cambios; en este sentido, podría
decirse que constituye la tercera edición del primer volumen de El Capital.
Y lo que la convierte en particularmente interesante es que se trata de la
última edición que Marx preparó personalmente con el propósito de publicarla.
Las diferencias entre la edición alemana –en muchas ocasiones se trata sólo de
una palabra o de una frase aquí o allá– suelen referirse a aspectos técnicos de
economía política, y la mayor parte de las mismas consisten en precisiones y
aclaraciones. Sin embargo, los dos ejemplos que mencioné en el prefacio que
preparé para la edición persa deEl Capital se refieren a la importancia de
los movimientos revolucionarios y a su desarrollo social fuera de Europa, o al
menos fuera de la Europa occidental. En dos pasos muy importantes Marx modifica
una frase y añade una nueva formulación. El cambio se refiere al modelo
económico desarrollado en la parte dedicada a la acumulación primitiva del
primer volumen de El Capital, en la que examina el hundimiento del
feudalismo en Inglaterra, la consolidación de las grandes concentraciones de la
propiedad de la tierra y el desarrollo de la agricultura comercial. En la
edición francesa, Marx precisa que esta es la trayectoria histórica que seguirá
Europa occidental, puesto que ésta experimenta una gradual transformación del
feudalismo al capitalismo.
Sin embargo, deja sin especificar el itinerario que pudiera
seguir el resto del mundo. Hay dos fragmentos en los que puede verse esto
claramente. Uno está al principio del libro, donde escribe que el país más
desarrollado está mostrando al menos desarrollado cómo va a ser en el futuro.
En la edición francesa hay un cambio importante al añadir la frase: “para aquellos países que han empezado el
proceso de industrialización”.
Esta recalificación dice muchas cosas, puesto que en la
década de 1870 muy pocos países podían considerarse propiamente en proceso de
industrialización: Alemania, Francia, Estados Unidos, etc. En ningún caso puede
aplicarse la calificación a Rusia o India. Aun cuando India fuera una colonia y
por eso mismo constituyera una parte del sistema capitalista global, en la
década de 1870 no puede calificarse de país en proceso de industrialización.
Esta modificación es un hecho; de lo que no podemos estar seguros es de si la
hizo con el fin de precisar mejor su idea inicial o si se trataba de un cambio
en su punto de vista sobre el asunto.
En otro fragmento de uno de los capítulos dedicados a la
acumulación primitiva ocurre algo parecido. Este paso es muy conocido, puesto
que lo cita en su carta a Vera Zasulich. Y lo cita también en una carta de 1877
publicada en la revista rusa Otechestvennye Zapiski [Notas de la
patria]. Ésta es la carta en la que Marx escribe que él no tiene una teoría
histórico-filosófica general para interpretar todas las sociedades. Sostiene
que debe analizarse sistémicamente cada una de las sociedades. Luego se refiere
a la edición francesa de El Capital. Y cita este segundo párrafo. Sólo por esto
queda claro que también deberíamos conocer bien este paso, pero lo cierto es
que la mayoría lo omite. En este párrafo habla de la acumulación primitiva, del
desarraigo del campesinado y de la consolidación de la propiedad en manos de
una nueva burguesía comercial y agraria. Sostiene que esto ocurre de formas
diversas en distintos países. Hay variaciones, escribe, pero en Inglaterra de
da en la “forma clásica”. Esto es lo que dicen las ediciones alemana e inglesa
de El Capital. En la edición francesa, que es la que cita en sus cartas
rusas, elimina la frase referida a Inglaterra como forma clásica. En vez de
eso, escribe que todos los países europeos occidentales siguen ese camino. De
nuevo, limita a un puñado de sociedades el alcance de su modelo referido a la
acumulación primitiva. La idea consistiría en que si una sociedad empieza a
transformarse en sentido capitalista, entonces se verá afectada por las leyes
del desarrollo capitalista, la teoría del valor y los demás aspectos analizados
en el primer volumen de El Capital.
En cambio, si no ha empezado a industrializarse su patrón de
desarrollo futuro es contingente. Existen distintas posibilidades. A mi modo de
ver, esto resulta particularmente interesante para la reflexión sobre el método
marxista, el método de la dialéctica marxista. No se trata de un método formal.
Mediante el método dialéctico, la concreción del análisis puede llevar a
conclusiones distintas para una sociedad precapitalista o para una que sea
capitalista. Marx afronta de un modo creativo estos problemas y es muy concreto
cuando se trata de analizar el desarrollo social de sociedades tan distintas
como la Rusia y la India de su tiempo. También examina China, pero India y
Rusia fueron las sociedades no pertenecientes a Europa occidental y América del
Norte de las que se ocupó con más detalle durante su vida.
Otras preguntas a las que responde
Kevin Anderson
- 2. ¿Por qué Engels ignoró u omitió los cambios que Marx incorporó en el primer volumen de la edición francesa de El Capital?
- 3. La primera versión de El Capital se publicó en vida de Marx, en 1867. La edición francesa se publicó entre 1872 y 1875, y en la misma el propio Marx realizó algunos cambios ya mencionados. El segundo y tercer volúmenes fueron editados por Engels a partir de borradores de Marx. ¿En qué medida crees que Engels pudo sesgar el sentido de estos dos volúmenes de El Capital? ¿Hasta qué punto podemos confiar en que los volúmenes segundo y tercero de El Capital contienen el auténtico trabajo de Marx?
- 4. Embarcados como estamos en la crisis económica más profunda desde la década de 1930, ¿qué relevancia puede tener Marx en el siglo XXI?
- 5. Eres co-editor de The Rosa Luxemburg Reader [Compilación de textos escogidos de Rosa Luxemburgo], que Hassan Mortazavi también ha traducido al farsi. ¿Por qué has considerado necesario editar este libro y por qué lo has hecho en este formato? ¿Qué puede aprenderse hoy de Rosa Luxemburgo?
- 6. En mi opinión, el estalinismo no apareció de improviso. Creo que sostienes que se puede seguir su pista hasta llegar al leninismo. ¿Es así?
- 7. Tú eres miembro de los marxistas-humanistas de Estados Unidos. ¿Por qué marxista-humanista, y no sólo marxista?
- 8. Algunas personas piensan que Marx era un humanista en sus primeros escritos pero que en etapas posteriores ya no pude describirse a Marx como escritor humanista. ¿Qué responderías a esta aseveración?
- 9. Louis Althusser, en un paso de su crítica a los escritos de juventud de Marx sostiene que debemos ignorar la discusión sobre el fetichismo del primer capítulo de El Capital, vol. 1, por ser demasiado hegeliana.

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Kevin Anderson |
Kevin B. Anderson es profesor
de sociología, ciencia política y estudios feministas en la Universidad de California,
en Santa Bárbara. Autor de varios libros, entre ellos: Lenin, Hegel and Western
Marxism: A Critical Study (1995) y Gender and the Seductions of Islamism (2005).
Editor
de Marx on Suicide (1999, co-editado con Eric A. Plaut), The Power of
Negativity: Selected Writings on the Dialectic in Hegel and Marx by Raya
Dunayevskaya (2002, co-editado con Peter Hudis) y The Rosa Luxemburg Reader (2004,
co-editado con Peter Hudis). Su tercera monografía en
solitario ha sido: Marx at the Margins: On Nationalism, Ethnicity, and
Non-Western Societies (University of Chicago, 2010), libro por el que recibió
el Paul Sweezy Book Award de 2011 que otorga la sección marxista de la
Asociación Americana de Sociología. Ha publicado un buen número de artículos en
Marx and Marxism durante los últimos 25 años.