
Del libro ‘Angelus
Novus’, Walter Benjamin (Editorial Sur, Barcelona / 1971)
Toda manifestación de la vida espiritual humana puede ser
concebida como una especie de lenguaje y esta concepción plantea –como todo
método verdadero- múltiples problemas nuevos. Se puede hablar de una lengua de
la música y de la escultura, de una lengua de la jurisprudencia, que no tiene
directamente ninguna relación con aquellas en que son redactadas las sentencias
de los tribunales ingleses o alemanes, de una lengua de la técnica, que no es
la especializada de los técnicos. Lenguaje significa en este contexto el
principio encaminado a la comunicación de contenidos espirituales en los
objetos en cuestión: en la técnica, en el arte, en la justicia o en la
religión. En resumen, toda comunicación de contenidos espirituales es lenguaje.