
Pocos textos presentan las dificultades de lectura
observables en la obra de Gramsci. Escrita su parte fundamental en las
intolerables condiciones carcelarias de la Italia fascista, bajo la presión de
la censura y el aislamiento, en una época de agudas conmociones políticas y
virajes en el movimiento comunista, con el agobio de la enfermedad que lo mataría
breve tiempo después, los Cuadernos de la cárcel asumen la forma de notas
semiaforísticas, verdaderos apuntes redactados para un posterior desarrollo sistemático
jamás logrado.
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Las publicaciones accesibles hasta hace poco (en lengua española
hasta la fecha) fueron organizadas conforme a criterios más o menos arbitrarios
decididos por los editores, alterando el orden original de los Cuadernos. La
lucidez del pensamiento gramsciano y el vigor de sus intuiciones geniales se
oscurecen por tales desacostumbradas circunstancias de escritura e impresion.
Si toda lectura es una intervención en el texto y nunca la asimilación pasiva
de significaciones, ya dadas de manera inalterable, los escritos de Gramsci
ofrecen más posibilidades aun de lecturas diferenciadas.