
En Grecia, las viejas estructuras políticas, representadas
por los partidos de siempre, y por las familias de siempre, las prebendas y
clientelismos con la clase dominante, las estafas millonarias a la Hacienda
Pública de estamentos como los grandes empresarios armadores navales o la
iglesia ortodoxa, la austeridad asesina dictada desde las grandes capitales
financieras de Europa: Bruselas y Frankfurt, se resiste a morir, utiliza los
elementos de represión del Estado y las estrategias de difamación que le
proporcionan los medios que manejan con ese mismo clientelismo.
Eso 'viejo' que no termina de morir está creando monstruos
en la sociedad griega, hambre como nunca se había visto desde la II Guerra
Mundial, exclusión social, suicidios de personas desclasadas y desesperadas,
exacerbación del nacionalismo a través del racismo, la xenofobia y el fascismo,
registrando incluso nostalgias de barbaries pasadas como el régimen nazi.