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@ Robert Romanowicz |
[…] Badiou fue discípulo de Jean-Paul Sartre, de Louis
Althusser, de Jacques Lacan. Rivalizó, entre muchos otros, con Jacques Derrida,
con Richard Rorty y, especialmente, con Gilles Deleuze. Su conciencia del lugar
que ocupa en la filosofía contemporánea se pondrá de manifiesto hacia el final
de esta entrevista cuando, precisamente hablando de Deleuze, diga con una
sonrisa plena de satisfacción: "Él
fue el gran filósofo de la vida; yo soy el gran filósofo del concepto".
Badiou es un típico filósofo moderno. En sus textos todo está
perfectamente ordenado, desde los cimientos hasta los pisos más elevados; todo
se apoya en un fundamento sólido y cada paso responde a una rigurosa
argumentación. Poco le importó que, durante las últimas décadas del siglo XX,
cuando floreció el discurso posmoderno, lo tildaran de "anticuado".
Él insistió hablando de temas como el ser, la verdad (la verdad universal, en
la que no hay ningún lugar para el relativismo), el sujeto, la revolución, la
razón. En pleno imperio del pensamiento
light él continuó escribiendo
tratados de 600 páginas.