![]() |
La vida en blanco y negro y un toque de color @ Rery |
Especial para Gramscimanía |
El término imaginario se utiliza en la filosofía y
en las ciencias sociales con la misma ambigüedad que en el lenguaje coloquial.
La cuestión me parece especialmente grave si consideramos que esta confusión es
inadmisible en disciplinas que por su rigor deben utilizar una terminología precisa.
En este sentido hay un giro terminológico muy sutil cuando
se empieza a traducir l’imaginaire por el
imaginario, en lugar de por lo imaginario y este cambio de
matiz en la traducción recoge un cierto desplazamiento conceptual que le da un
sentido más sustantivo y menos adjetivizante. Hay un viejo libro de
Jean-Paul Sartre, L’imaginaire, que puede ser un buen punto de partida. Contiene un
análisis fenomenológico de la imagen
mental a la que, en contra de la la teoría de las facultades de los escolásticos y de la teoría
asociacionista de los empiristas, le da un estatuto propio
diferenciado del de la percepción. Sartre considera la imagen mental y la percepción como dos formas de conciencia
paralela, en la que la primera tiene como referencia los objetos mentales y la
segunda los objetos físicos.