Alberto Cruz
El ajedrez es un juego fascinante y, además, se deriva del
viejo shatranj persa. El gran poeta
Hakim Abul-Qasim Firdusi (935-1020/1025, se desconoce la fecha exacta de su
muerte pero fue entre esos años) en su obra Shahnama (“El libro de los reyes”)
se hace eco del origen indio de este juego, el chaturanga, y explica que fue
debido a una polémica sobre el enfrentamiento entre dos hermanos al trono que
fue resuelta por un grupo de sabios al reproducir sobre el suelo una batalla
entre ellos. Los sabios ordenaron la construcción de estatuillas de madera
oscura y marfil representando al rey, su general, dos elefantes (“fil”, en
farsi), dos carruajes y dos caballeros junto con sus respectivos soldados.
Reprodujeron la batalla y sus variantes, en términos reducidos, y así llegó el
juego a Persia, hoy Irán, de la mano de Firdusi.