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Ludwig Wittgenstein @ David Levine |
Uno de los filósofos más importantes del siglo XX es sin
duda Ludwig Wittgenstein (1889-1951), prueba de ello es su obra el Tractatus
logico-philosophicus que escribió durante su estancia como prisionero
durante la primera Guerra Mundial y que se publicó en 1921.
El propósito
de esta obra es establecer límites al lenguaje[2], es decir que para Wittgenstein existen
límites en las expresiones del pensamiento, o sea en las palabras, porque no
todo puede ser expresado a través de ellas. En palabras del propio
Wittgenstein: “lo que en cualquier caso puede decirse, puede decirse claramente;
y de lo que no se puede hablar, hay que callar la boca”.[3]

Para Wittgenstein “el mundo es el caso y el caso es la
totalidad de los hechos y no de las cosas” (1)[4]. Un hecho se compone de “estados de
cosas”, el cual es una combinación o conexión de objetos entre sí. La
diferencia entre un hecho y un estado de cosas es que un hecho tiene como
constituyentes estados de cosas, que a su vez están compuestos de objetos;
mientras un estado de cosas no puede descomponerse en otros estados de cosas,
sino sólo en objetos o cosas.[5] Por lo tanto, “lo que es el caso, un
hecho, es la existencia de estados de cosas” (2).[6]