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Foto: Manuel Sacristán |
Especial para Gramscimanía |
En conversación con Marc Saint-Upéry [1], Joan Martínez
Alier ha recordado que a su regreso a Barcelona en 1975 observó que entre los
economistas universitarios había un sector muy hostil a la ecología. Para los
economistas neoclásicos, algunos de ellos muy competentes en la materia, la
ecología era algo que simplemente no existía. Sobre los marxistas, añade el
autor de Los huacchilleros del Perú, en medio “del gran desierto que fue
la Universidad española durante el franquismo estaba Manuel Sacristán, un
hombre extraordinario”.
Años antes, durante su estancia en Perú con Verena
Stolcke, JMA conoció en 1971-1972 al antropólogo usamericano de Amherst Brooke
Thomas, un estudioso de las calorías que circulan entre los diferentes pisos
ecológicos.