
El presente artículo polemiza con la ponencia de Norberto
Bobbio sobre Gramsci y la sociedad civil, pero no, como es usual, con la
interpretación de Gramsci y sus relaciones con el marxismo, sino con la del
marxismo y sus relaciones con el jusnaturalismo. Se intenta mostrar cómo, en
efecto, es ahí más bien que en los planteamientos sobre Gramsci donde se gestan
los equívocos de fondo de este discutido trabajo de Bobbio.
En abril de 1967 Norberto Bobbio presentaba en la ciudad de
Cagliari, capital de Cerdeña, una ponencia inteligente y polémica sobre la
concepción de la sociedad civil en Gramsci. El análisis arrancaba desde Hobbes
y culminaba resaltando la originalidad de la posición gramsciana frente a Marx.
Desde ese entonces el trabajo de Bobbio no ha dejado de ser el centro de
apasionadas discusiones. Allá en el mismo Congreso Internacional de Estudios
Gramscianos, Jacques Texier vio en la interpretación de Bobbio una rotunda
negación del carácter marxista de las tesis de Gramsci y reaccionó con fuerza
ante ello. Iring Fetscher replicó entonces con palabras que Bobbio citaría años
después, identificándose plenamente con ellas: "Lo que Bobbio quiso decir
es que hay algo nuevo en el pensamiento de Gramsci, que no se halla ni en el
pensamiento de Marx ni en el de Lenin; y si hay algo nuevo, hay también
necesariamente una diferencia. Me parece esencial recalcar -aunque sea obvio-
que la grandeza de un pensador nunca consiste en su cercanía o lejanía de otro
autor, sino únicamente en la cercanía entre su pensamiento y la realidad contemporánea,
en la precisión y la amplitud con las que él da una imagen de esa realidad. Y
la grandeza de Gramsci me parece consistir en el hecho de que supo interpretar
la historia actual de Italia y del mundo entero, diciendo cosas que otros no
habían dicho antes" '.
En 1976 se publicaba bajo el título ‘Gramsci y la concepción
de la sociedad civil’ una serie de ensayos de Bobbio, cuya Introducción retornaba
abiertamente la polémica con Texier y de paso con toda una corriente ortodoxa
que seguía reivindicando, en una "atmósfera de devoción filológica"
la plena fidelidad de los Cuadernos gramscianos a las tesis de Marx sobre el
Estado y la sociedad civil. Todavía en 1990 Feltrinelli volvía a publicar la Introducción
de 1976 de Bobbio junto a varios ensayos de éste sobre Gramsci, incluyendo
naturalmente la ya célebre ponencia del Congreso de 1967 2, desde entonces
fuente de una polémica que se ha prolongado hasta nuestros días. Y si bien no
puede negarse que también ha sido explorado el camino tan oportunamente
indicado por Fetscher, tampoco podemos ignorar la tendencia reiterada a
culminar toda discusión sobre la sociedad civil en Gramsci en una polémica
acerca del carácter más o menos ortodoxo de sus tesis.