
Resulta paradójico pensar a Gramsci en Bolivia, sobre todo
si uno considera que éste es un país con una crónica inestabilidad
institucional y una práctica política dominante basada en la «guerra de
movimiento». Es difícil de explicar por qué algunos intelectuales recogieron
las ideas gramscianas de cultura nacional popular, bloque histórico y
hegemonía, pero lo hicieron.
Aunque claro está que si uno piensa que en un país
como Bolivia, pleno de pluralidades culturales, con una sociedad civil
relativamente fuerte y creativa (Central Obrera Boliviana, comités cívicos,
confederaciones de campesinos, etc.) y con una de las experiencias
revolucionarias más fantásticas de este siglo, resultan también particularmente
útiles los pensamientos gramscianos sobre culturas subalternas, la cuestión meridional,
el cesarismo, la revolución pasiva y la política de posiciones y, muy
especialmente, sobre la dirección ética y cultural de la sociedad, pero ni los
intelectuales, ni menos aún los políticos, lo hicieron.
Posiblemente la cultura «guerrero-mercantil» de la clase
política boliviana permita explicar mejor estos avatares. La Tesis de Pulacayo
elaborada por los trotskistas (Lora) y el Manifiesto de Ayopaya creado por los
nacionalistas (Guevara), hace alrededor de 40 años sentaron las bases del tipo
de prácticas y proyectos políticos dominantes en el país hasta hoy en día. La
primera, inspirada en el concepto de revolución permanente de Trotsky,
consideraba al proletariado minero y a sus aliados pequeño-burgueses, incluidos
los campesinos, como los motores de los cambios revolucionarios, utilizando el
método de la guerra de clases y la destrucción del enemigo. La segunda,
inspirada en el aprismo, buscaba la autonomía nacional del imperialismo
mediante un frente amplio de clases, donde el Estado sustentado en prácticas
políticas verticales y clientelares realizaba las metas buscadas. Así el «otro»
era considerado como destructible o comparable; en realidad, trotskistas y movimientistas
mismos se destruyeron, compraron y vendieron.
