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Baruch Spinoza & René Descartes |
Luis Roca Jusmet
Especial
para Gramscimanía
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En todo momento hay una explicación paralela de los procesos
cerebrales que sustentan cada proceso mental o consciente. Aquí nos encontramos
entonces con una cierta ambigüedad que se manifiesta en la última nota del
apéndice final, que trata sobre la equivalencia entre mente y cerebro. La
ambigüedad reside en que Damasio acepta la identificación entre los dos
términos como haría un materialista reduccionista pero al mismo tiempo sigue
manteniendo el término mente cómo de una realidad diferente al
cerebro. Aquí parece acercarse más a las teorías emergentistas que aunque
consideran que el cerebro y las actividades neuronales son la base física de la
mente, los estados mentales no pueden reducirse a los anteriores. Pero en el
fondo Antonio Damasio sigue manteniendo un materialismo reduccionista. Damasio
nos da una imagen muy interesante del cerebro : es como una estructura física,
donde cada elemento ocupa un lugar que esta relacionado con otros, en la que se
teje una red neuronal. Como bien nos dice la gran paradoja del cerebro humano
es que es al mismo tiempo universal ( la organización y los patrones de
conexión neuronal siguen unas pautas con pocas variaciones) y singular, ya que
cada cerebro es distinto entre un humano y otro gracias a nuestra plasticidad
neuronal. El ser humano es un cuerpo y lo es en el único mundo real, que es el
físico. La mente es una imagen del cuerpo que tiene los animales que tienen
memoria y emociones. La conciencia es un nivel superior de la estructura
cerebral, que tenemos los humanos exclusivamente ( que se sepa, por lo menos) y
que nos permite una idea del cuerpo. Para Damasio la conciencia es el
resultado de una combinación de determinados circuitos cerebrales capaces de
unir las percepciones con los recuerdos, que se mantiene porque tiene una
función evolutiva.
Damasio contrasta la intuición errónea de Descartes (
dualista) con la genial de Spinoza, que anticipa el monismo materialista.
Analizamos como como lo plantea Damasio. Parte, por supuesto, de la lectura de
Spinoza. Damasio considera que la tesis básicas de Spinoza es que “la mente es
la idea del cuerpo”. Idea es representación o imagen de lo que pasa en el
cuerpo, sus afecciones. Las emociones son para Spinoza modificaciones del
cuerpo. Pero Spinoza profundiza más y dice que la mente es una idea de la idea.
Esto le viene bien a Damasio porque para él la conciencia es el yo que se da
cuenta de estas imágenes o representaciones. Salvando la cuestión de que para
Damasio todo forma parte del cuerpo y en este sentido la mente ( en su doble
sentido de conjunto de representaciones y de conciencia son el doble efecto de
la actividad cerebral que genera representaciones y conciencia). La conciencia
es la percepción de las imágenes : idea de las ideas. ¿ Podríamos decir
entonces que las imágenes y representaciones son las ideas confusas de Spinoza
y la conciencia la idea de las ideas ? Esta sería la primera duda. Porque para
Damasio los animales que tienen memoria y emociones tienen representaciones, es
decir mente pero no consciencia. ¿ Cuando Spinoza habla de mente se refiere a
la conciencia ?
El gran filósofo francés Gilles Deleuze no está de acuerdo.
Veamos lo que dice. La filosofía de Spinoza, dice, es una filosofía
materialista radical porque es una filosofía sobre el cuerpo. El pensamiento es
un atributo que se corresponde con el cuerpo: es la idea de cuerpo. Pero el
pensamiento y sus ideas son básicamente inconscientes. La conciencia es el
elemento más superficial y el lugar de la ilusión. La conciencia produce ideas
inadecuadas ( tercer grado, el inferior, de conocimiento). Son confusas y
parciales porque ignoran las causas o, lo que es peor, toman los efectos por
causas. De esta forma creemos que ilusiones de la conciencia como las causas
finales o el libre albedrío son las causas de las acciones humanas. Actuamos
por las afecciones que nos causan los objetos. Las afecciones son los modos
como somos afectados por los atributos de la sustancia.: son los estados del
cuerpo y de la mente. Un afecto es un cambio de estado. Para Deleuze se trata
entonces de que la conciencia, la función más compleja y humana del cerebro
según Damasio, es una fuente de ideas inadecuadas.
Podemos enlazar este planteamiento con otro diferente, que es
el del psicoanálisis. Hay un libro excelente, escrito conjuntamente por un
psicoanalista (François Ansermet) y un seudocientífico (Pierre Magistretti) que
se llama ‘A cada cual su cerebro’. Plasticidad neuronal e inconsciente que
nos servirá de referencia que establece un encuentro mucho más profundo y
fecundo entre las dos disciplinas. La percepción deja huella transformándose en
memoria. La memoria se organiza en el hipocampo. Se transforma entonces en una
representación o imagen (un significante, según Lacan). Puede ser consciente,
preconsciente o inconsciente. Es un proceso de inscripción y reinscripción que
pierde el sentido originario de la percepción. El inconsciente está formado por
las huellas censuradas por la represión. Estas huellas forman parte de la
memoria declarativa. Es diferente de lo no-consciente, que forma parte de la
memoria procedimental. Estos significantes forman la red asociativa que
conforma la realidad psíquica. La realidad psíquica es independiente de la
física porque combina y distorsiona la percepción, convirtiéndose en la
fantasía del sujeto. Rige la ley del deseo y al mismo tiempo participa en la
constitución del mundo real, es decir condiciona nuestra interpretación de la
percepción. El cerebro tiene una fuente de información externa, que es la
percepción, y una interna, que es el recuerdo desde la fantasía. La emoción es
el marcador somático de la representación (el término es de Antonio Damasio).
Lo que se reprime es la representación, no la emoción. La realidad psíquica
marca un dualismo en la concepción psicoanalítica introducida por Freud.
Inicialmente Freud intenta reducir el psiquismo a una red neuronal pero fracasa
y esto le lleva a este planteamiento, que sin ser dualista no se queda en un
monismo materialista reduccionista .En realidad este planteamiento de Freud,
dicen estos autores no entiende la representación como imagen sino como
significante. El significante es una palabra con un significado. El lenguaje
está ausente en Descartes, en Spinoza pero también en Damasio. Esto limita sus
planteamientos, que se mueven en un círculo de
percepción-memoria-representación-consciencia. Es lo que plantea Lacan cuando
critica a Merlau-Ponty al afirmar que el sujeto de la experiencia del cuerpo,
sentando las bases para lo que luego dirán neurocientíficos como Damasio. Le
dice que confunde el sujeto del enunciado con el de la enunciación. Porque el
sujeto que habla es vacío, existe porque hay lenguaje. Este es el mérito que
tienen Descartes, sentar esta primacía del sujeto. Por esto lo reivindica, por
ejemplo, Žižek. Pero Descartes se equivoca porque luego también confunde este
sujeto vacío con el yo, que es tiene determinadas propiedades y se convierte en
sustancial.
Es decir, que aunque Descartes introduce el sujeto de la
modernidad lo hace introduciendo un dualismo que hoy no se sostiene, como dice
Damasio. Spinoza intuye la complejidad del monismo-dualismo a partir de su
teoría de que hay una sola Sustancia y dos atributos. Critica el dualismo pero sin
caer en un monismo materialista reduccionista. La frase es perfecta: “la mente
es la idea del cuerpo”. Con esta afirmación desmiente el que haya un cuerpo que
sea simplemente extensión y una mente paralela que le corresponde. El cuerpo
es, en sí mismo, una extensión pensante. Lo que quiere decir pensante es, me
parece, el problema planteado en los término actuales.
Resumiendo: ni monismo ni dualismo. Es más complejo. Hay un
cuerpo que crea un lenguaje, que es una realidad diferente, la de los
significantes. El lenguaje crea el sujeto que habla. Pero el sujeto que habla
se sostiene en un sujeto empírico, que es el cuerpo pensante. Este es el que
intuyó, genialmente, Spinoza. El debate continua.