
La filosofía, dice Heidegger en su Introducción a la
Metafísica, se trata de un saber superior a las respuestas del mundo histórico
actual. Es un saber más esencial, que "enciende todo conjeturar y todo
constreñir". Filosofía, para Heidegger, es habitar en un mundo de
búsquedas superiores. O quizás inferiores. Subterráneas, múltiples. En ese
camino de interioridad y sospecha, la filosofía es ante todo una pregunta. Una
pregunta que es, para Heidegger, ante todo, un “querer-saber”.
La pregunta interroga, pero interroga no sólo acerca de lo dado, sino también de la pregunta misma. El pensamiento de Gramsci no comparte del todo la definición de filosofía que intenta Martín Heidegger. Pero en sí mismo, como pensamiento escrito y abierto a nosotros, es como la filosofía que esperaba encontrar Heidegger en los filósofos. Conjetural, extraordinario.
La pregunta interroga, pero interroga no sólo acerca de lo dado, sino también de la pregunta misma. El pensamiento de Gramsci no comparte del todo la definición de filosofía que intenta Martín Heidegger. Pero en sí mismo, como pensamiento escrito y abierto a nosotros, es como la filosofía que esperaba encontrar Heidegger en los filósofos. Conjetural, extraordinario.
La filosofía de Gramsci es ante todo, política. Su
preocupación central es la vida política de los hombres y las mujeres. Esto me
parece inevitable en un hombre como Gramsci. Su vida estuvo cruzada por la
política y él mismo, antes que un filósofo, fue un político. El oficio del
filosofar sólo lo adquirió en la Cárcel, cuando seguramente las preguntas lo
trastocaban y la vida misma se le mostraba como una angustiosa experiencia en
la que se veía derramado, derrotado por las circunstancias y consecuencias de
una práctica política que sin querer (o por la fuerza de sus propios errores),
cedió ante el “ogro” del fascismo italiano.
La política para Gramsci no era una actividad privativa de
los políticos. No se forjaba en las asambleas parlamentarias ni en las
discusiones elitistas acerca de la vida “del común”. Tampoco en la
des-participación y exclusión de cientos de individuos que no se manejaban en
las máquinas del lenguaje político. Su pensamiento era “relacional-sistémico”.
Su sentido está en el relacionar los espacios que configuran la sociedad y
entenderlos todos juntos como un bloque sistémico, dialéctico. Mediante algunos
conceptos esenciales, Gramsci desarrolló una filosofía política que revolucionó
los esquemas tradicionales del marxismo y combatió las interpretaciones
soviéticas sobre el pensamiento de Marx. Interpretaciones que, ante todo, estuvieron
ahí para defender el socialismo totalitario y los abusos de poder (en los
sentidos amplios que el término poder pudiese adquirir) del estalinismo.
Gramsci considera especialmente el papel que juega la
subjetividad en el mantenimiento del capitalismo, o de cualquier “bloque
histórico” de producción. En torno a este tema, formuló su conocida teoría
sobre la hegemonía que los grupos de poder ejercen a través de la sociedad
civil para mantener sus privilegios. El término sociedad civil en Gramsci alude
a los distintos espacios a través de los cuales un sistema de producción (por
ejemplo el capitalismo) mantiene sumida (o sujetada) la subjetividad de los
hombres. La sociedad civil de Gramsci son las escuelas, los medios de
comunicación, la Iglesia, la universidad etc.
Nuestro filósofo-filólogo italiano no pensaba, como los
marxistas rusos, que el capitalismo caería inevitablemente por efecto de sus
contradicciones internas, o de su propia “naturaleza”. Gramsci tenía un poco
más en cuenta las fuerzas sociales que los hombres podían forjar a lo largo de
su constitución como sujeto histórico de la revolución anti-capitalista. Este
tener más en cuenta a los hombres implicaba aceptar la idea de que todos éramos
capaces de pensar con cabeza propia. Creo que en éste contexto se sitúa el tema
de las concepciones del mundo, que atraviesa con profundidad el fragmento
analizado de los Cuadernos de la Cárcel.
Más arriba decía que Gramsci no compartía la definición
heideggeriana de filosofía como “saber esencial a través de la pregunta por la
pregunta”. A diferencia del filósofo alemán, Gramsci definía la filosofía en
función de las concepciones del mundo y el pensar. La filosofía para Gramsci se
haya contenida en el lenguaje, en el sentido común y en el sistema de creencias
de una sociedad X. ¿Qué implica que la filosofía se halle contenida en el
lenguaje? Que todo lenguaje encierra un tipo particular de concepción del
mundo. Todo hombre es filósofo por que todo hombre piensa, y piensa a través de
un lenguaje. Aunque sea a través de uno que no se encuentra lo suficientemente
desarrollado, que impone trabas, que sujeta al hombre mismo a una ideología
(Gramsci tenía una concepción peyorativa de éste término), el ser humano sigue
pensando. “Pensar es propio del hombre como tal”, dice en Los cuadernos de la
cárcel.
Para Gramsci la lengua no es algo dado. Algo existente en
los hombres, pre-construido. El hombre, en su acto mínimo de nombrar y
designar, crea lenguaje y desde ese momento está construyendo una concepción del
mundo. Y al mismo tiempo, está encerrándose en esa nueva fuerza creada y
producida. Está encarcelando su modo de pensar en el lenguaje. Al modificarse y
adquirir, a través de su propio desarrollo, nuevos significados y palabras, el
lenguaje se diversifica y tiende a veces a esconder, a ocultar los procesos de
anulación del pensamiento auténtico que Gramsci denunció como necesidad del
capitalismo. Foucault señala en una de sus conferencias que “el lenguaje no
siempre dice lo que dice”. Expliquémonos: La lengua no es algo inmediato, sino
que está mediado por una serie de factores en los que también cuenta la
hegemonía de la que Gramsci nos habló.
Podríamos poner un ejemplo. El caso de la palabra mujer en
las lenguas occidentales. Siempre que nombramos mujer a la hora de referirnos a
la humanidad como género queda un vacío. Una ausencia de algo. Para historiar
el desarrollo del “género humano” y referirnos a él como una totalidad hablamos
de “hombre”. Decimos “el hombre está solo”. “En la historia de los hombres…”.
Esto implica una invisibilidad de lo femenino en la historia y en la filosofía,
disciplinas ambas en las que el hombre es el que piensa y escribe la historia.
El lenguaje, además, ha hecho variar varios de los significados originales de
las palabras (por ejemplo, la palabra ser, o el término griego fisis) y en esto
hay no poco de intención modificadora, para reforzar un pensamiento
determinado.
Lo que nos quiere decir Gramsci, en el fondo, es que el
lenguaje juega un papel crucial en los esquemas de dominación que teje el
capitalismo. Pero no nos da ninguna respuesta definitiva acerca de cómo el
lenguaje, en el pensar que es propio de todo filósofo, y por tanto de todo
hombre (esto es lo que podríamos llamar el silogismo esencial en el pensamiento
gramsciano), aumenta o disminuye las posibilidades de un pensar crítico,
auténtico y autónomo. El pensador sardo no construía sistemas acabados y llenos
de respuestas necesarias. Esto es porque Gramsci es ante todo un montón de
preguntas, esparcidas a través de su pensamiento como pruebas irrefutables de
lo que la soledad y la intimidad del pensamiento piden a gritos: Preguntas. En
el punto fundamental de la pregunta, y en la experiencia filosófica de la
soledad, se encuentran Heidegger y Gramsci. Aunque Heidegger haya apoyado al
III Reich, y Gramsci haya sido apresado por sus defensores, y el primero haya
experimentado la soledad en una solitaria cabaña bien equipada, y el segundo en
una derruida cárcel. Ambos preguntan. Y lo peor de todo es que ambos, en pocas
ocasiones, responden definitivamente.
Bibliografía
1.- Sociedad civil y Hegemonía. Jorge Luis Acanda.
2.- http://www.gramsci.org.ar/
3.- A propósito de la “fuerza expansiva” del pensamiento político de Antonio Gramsci. Jaime Massardo.
4.- Marx en su (Tercer) Mundo, Néstor Kohan.
5.- Introducción a la Metafísica. Martín Heidegger.
6.- Marx, Nietzsche y Freud. Michael Foucault.
2.- http://www.gramsci.org.ar/
3.- A propósito de la “fuerza expansiva” del pensamiento político de Antonio Gramsci. Jaime Massardo.
4.- Marx en su (Tercer) Mundo, Néstor Kohan.
5.- Introducción a la Metafísica. Martín Heidegger.
6.- Marx, Nietzsche y Freud. Michael Foucault.