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Zygmunt Bauman ✆ Luca del Baldo |
Este trabajo presenta las ideas clave de Zygmunt Bauman,
respecto de sociedades sólidas y líquidas, y sus opiniones acerca de la
modernidad y la posmodernidad, la lógica del miedo, la sociedad sitiada, el
tiempo-espacio y la velocidad. Los tiempos que estamos viviendo son complejos.
Aunque tal vez siempre lo han sido. Lo que sí es que no siempre se han visto
con una conciencia crítica tan desesperanzadora o tan pesimista como ahora que
las promesas de la modernidad no se han cumplido ni parecen hacerlo. La promesa
de una sociedad perfecta que iba implícita en la utopía moderna está lejos de
ser real, y frente a ello tenemos nuevos agregados humanos –incluso globales–,
nuevas “totalidades” que ponen en entredicho aquella totalidad que hemos
conocido como la “sociedad moderna” y que ha sido objeto de estudio de nuestras
ciencias sociales. En realidad la modernidad siempre ha supuesto complejidad,
contradicción, paradoja, incertidumbre y nostalgia de lo perdido.1
La modernidad ha unido a toda la humanidad de manera
paradójica; “unión de la desunión: nos
arroja a un remolino de desintegración y renovación perpetua, de conflicto y
contradicción, de ambigüedad y angustia. Ser modernos es ser parte de un
universo en el que [...] ‘todo lo solido se evapora en el aire’” (Berman,
1993).
Modernidad “sólida” que se evapora no bien se ha materializado. Ámbito
del instante y de lo evanescente. Lo moderno es aquello que, de inmediato, se
vuelve caduco (Baudelaire dixit). No
es sólo conciencia de una continuidad histórica, sino también conciencia que
asume radicalmente una “presentización” del tiempo cuando, a la par, supone una
estigmatización del pasado (Le Goff, 1997). Para Váttimo (1987), “la época de la reducción del ser a lo novum”.
Jorge E.
Brenna Becerril es profesor-investigador en el Departamento de Relaciones
Sociales de la UAM-Xochimilco.