En su reflexión [Fernando Rosso] hace referencia [en su
trabajo “El
estalinismo y la estabilidad de la democracia occidental”] a unos pasajes
del libro de Perry Anderson, Las antinomias de Antonio Gramsci, en el que se
dice lo siguiente:
"Paradójicamente, no obstante, Gramsci nunca produjo ninguna relación comprensiva de la historia o estructura de la democracia burguesa en sus Cuadernos de la cárcel. El problema que confiere su significado más profundo a su trabajo teórico central sigue siendo el horizonte más que el objeto de sus textos. Parte de la razón por la que las ecuaciones iniciales de su discurso sobre la hegemonía fueron mal calculadas se debió a esta ausencia. Gramsci no estaba equivocado en su reversión constante al problema del consenso en Occidente: hasta que no se comprenda toda la naturaleza y el papel de la democracia burguesa, no se puede entender nada del poder capitalista en los países industriales avanzados en la actualidad".
Creo que hay varios temas para discutir o tener en cuenta.
En primer lugar, que la afirmación de que Gramsi nunca produjo ninguna relación
comprensiva de la historia o estructura de la democracia burguesa en los
Cuadernos, no es del todo exacta, desde mi punto de vista (que desde ya es el
de un investigador amateur).
Digo que no es del todo exacta por lo siguiente (van las
referencias con la letra "C" de Cuaderno, número de Cuaderno y
parágrafo): Gramsci no solamente hace un esquema general de la diferencia entre
Oriente y Occidente, que toma de la Tercera Internacional y lo generaliza en
forma bastante estática (C13 § 24, donde alude a un discurso de Trotsky en el
Cuarto Congreso, aunque plantea que Trotsky no dio indicaciones de carácter
"práctico" más allá de esa exposición, lo cual es falso) también
analiza el rol central de los sindicatos y partidos políticos en la
construcción del "sistema de trincheras", las tendencias cesaristas
(C13 § 7 y § 27) de Occidente, analiza asimismo el problema de las crisis
orgánicas (C13 § 23) que hacen que las masas se separen de sus partidos, toma
nota de las crisis políticas en Francia en 1914, 1925 y 1934 (C13 § 37), de la
particularidad del sistema presidencialista yanqui en el cual "el jefe del
gobierno se identifica con el jefe del Estado" (C14 § 11), por poner
algunos ejemplos.
Contra lo que dice Anderson, creo que para Gramsci no era
necesario profundizar en una explicación más específica de la democracia
burguesa en tanto ilusión en el sufragio universal, porque más allá de sus
vacilaciones o cambios en las formulaciones en las relaciones entre sociedad
civil y estado, el mecanismo del sufragio no era necesariamente más importante
que la existencia de los sindicatos y partidos de masas, sobre todo en un
contexto de fuertes tendencias bonapartistas que limitaban los derechos
democráticos por un lado y de masas encuadradas en partidos (en vez de votantes
sueltos) por otro.
Para resumir, creo que Gramsci dijo muchísimo menos que
Trotsky (quien hizo análisis mucho más completos y precisos sobre los
regímenes, coyunturas y situaciones políticas de Alemania, Francia, Inglaterra
o España y analizó las tendencias bonapartistas, el fascismo y el Frente
Popular) pero más de lo que le reconoce Anderson, que parecería exigir una
formalización teórica mayor al autor de los Cuadernos de la Cárcel y olvidarse
en ese trámite de lo que efectivamente dijo de forma más bien dispersa (y no
tanto porque varias referencias son del C13).
Creo además que el planteo de Anderson sobre la relación
entra la "guerra de posición" gramsciana y la "guerra de
desgaste" de Kautsky, aunque pone de relieve el gradualismo de Gramsci, es
limitado en el sentido de que para Gramsci se plantea una situación distinta,
aunque no termina de ir hasta el final en el diagnóstico: una posible
generalización de los mecanismos de revolución pasiva, es decir de cambios en
las formas del Estado para resolver las contradicciones del capitalismo
evitando la revolución social (versión medio libre pero que engloba los
fenómenos a que hacemos referencia más abajo).
En el C10 § 9 se pregunta si el fascismo no constituye una
forma de revolución pasiva: "La
hipótesis ideológica podría ser presentada en estos términos: existiría una
revolución pasiva en el hecho de que por medio de la intervención legislativa
del Estado y a través de la organización corporativa, fuesen introducidas en la
estructura económica del país modificaciones más o menos profundas para
acentuar el elemento 'plan de producción', y se acentuaría la socialización y
cooperación en la producción sin por ello tocar (o limitándose sólo a regular y
fiscalizar) la apropiación individual y de grupo de la ganancia. En el cuadro
concreto de las relaciones sociales italianas, ésta podría ser la única
solución para desarrollar las fuerzas productivas de la industria bajo la
dirección de las clases dirigentes tradicionales, en concurrencia con las más avanzadas
formaciones industriales de países que monopolizan las materias primas y han
acumulado capitales imponentes".
En el § 11 del C15 se pregunta "... existe una
identidad absoluta entre guerra de posición y revolución pasiva? O al menos
existe o puede concebirse todo un período histórico en el cual los dos
conceptos deban identificarse, hasta el punto en el cual la guerra de posición
se transforma en guerra de maniobra?"
En el C22 § 1 se pregunta: "¿Puede el americanismo
constituir una 'época' histórica?, vale decir, ¿puede determinar un desarrollo
gradual del tipo, ya examinado en otro lugar, de las 'revoluciones pasivas'
propias del siglo pasado, o representa solamente la acumulación molecular de
elementos destinados a producir una 'explosión', es decir, una subversión de
tipo francés?"
A esto se suma que si bien las condiciones de la
"guerra de posición" se aplicarían por igual a Europa y Estados
Unidos, la puesta de relieve de la fortaleza del fordismo y el americanismo
respecto del "atraso" europeo complejiza la cuestión de Occidente,
estableciendo una cierta diferencia entre un Occidente Europeo (del que ya se
habló de sobra) y otro Norteamericano, en el cual se pueden abrir dos
variantes: considerar que está más planteado el problema de la revolución por
la ausencia de clases parasitarias y de intelectuales tradicionales o que está
menos planteada aún la cuestión de la revolución por el nexo
hegemonía-producción industrial.
La tensión entre la búsqueda de la especificidad de
Occidente y la tendencia a generalizar la revolución pasiva en tres fenómenos
totalmente distintos (fordismo/americanismo, fascismo y desvío socialdemócrata
del ascenso 17-21, por decirlo de algún modo) es uno de los puntos que hacen
que los esquemas de Gramsci se vuelvan más abstractos y estáticos en cuanto a
la cuestión del régimen burgués y la revolución en Occidente.
En fin, al final se me hizo medio largo y no retomé lo del
stalinismo.