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Karl Popper ✆ David Levine |
Especial para Gramscimanía |
En líneas generales, la tradición anglosajona en filosofía
de las ciencias tomó como referencia a las ciencias naturales para desarrollar
sus conceptualizaciones. En este sentido, en la producción bibliográfica de
aquellos intelectuales alineados con el empirismo lógico, existe muy poca
producción teórica elaborada con el objeto de reflexionar sobre el status
científico de las ciencias sociales, temas como la objetividad de sus estudios,
a la metodología mediante la cual elaborarlos y demás problemas epistemológicos.
De algún modo, fue Otto Neurath quien más se esforzó por incluir a la
sociología en el esquema de la ciencia unificada apelando a la reducción al
fisicalismo y proponiendo una sociología conductista que fuera capaz de
construir leyes sociales que permitan elaborar predicciones acerca de los
grupos humanos. Desde este punto de vista, el sociólogo realizaría predicciones
apelando a leyes pero hablando siempre de estructuras que estén dadas en el
tiempo y en el espacio. La sociología, como toda ciencia fáctica, buscará
descubrir correlaciones causales que puedan ser utilizadas para realizar
predicciones. Neurath, como miembro destacado del Círculo de Viena y
representante del positivismo lógico, expresa claramente el ideal de ciencia
propio del empirismo lógico discutiendo la distinción entre ciencias naturales
y ciencias del espíritu. Desde su punto de vista, estas últimas carecen de
sentido por estar construidas sobre bases metafísicas. Desde la postura
neopositivista, las teorías científicas expresadas como un conjunto de
enunciados pueden contener conexiones oscuras entre los mismos, sentidos
equívocos o poco precisos que no se definen rigurosamente. Surge entonces, la
necesidad de depurar el lenguaje científico obteniendo uno formalizado, lo más
transparente posible. Se distinguen los términos fundados en la experiencia o
con contenido empírico de los términos metafísicos carentes de dicha relación.
Lo que sigue es que todos los enunciados que contienen términos provistos de
contenidos empíricos pueden ser controlados en la experiencia. Aquellos no
controlables empíricamente no serán considerados científicos a excepción,
claro, de los lógico matemáticos puesto que por su estructura implican
consecuencias surgidas de un grupo de axiomas.
Como quiera que sea, con el derrumbe de las posturas más
fuertes del empirismo lógico, la dispersión de sus miembros y el cambio de
perspectiva en la filosofía de las ciencias en general, el fisicalismo fue
dejado de lado para dar paso a reflexiones que apuntaban más a describir lo que
los científicos hacen que a prescribir cómo deben hacer ciencia.
No obstante, ya por fuera de la perspectiva neopositivista
pero aún lejos de las epistemologías naturalizadas, fue Karl Popper quien
esbozó un método específicamente ideado para ser puesto en práctica en los
estudios sociales inspirado en su propuesta de conjeturas y refutaciones,
tomando como referencia a la economía quien para él era la única disciplina
social que había adquirido estatus de ciencia. El mismo Popper reconoce que su
perspectiva metodológica de las ciencias sociales resultan a partir de su
admiración personal por la economía y su pretensión de generalizar su método
para ser aplicado a todos los estudios sociales. Según Popper, el escaso
grado de desarrollo de las ciencias sociales se debe al uso de métodos
esencialistas, a la influencia de la filosofía idealista de corte hegeliano, a
falsas interpretaciones de los métodos de las ciencias naturales, a un marcado
verbalismo, a la falta de publicidad de resultados y metodologías y al
psicologismo.
Popper propondrá una unidad metodológica con ciertos
matices, que en el caso de las ciencias sociales, permitiría la construcción de
una ciencia objetiva distinta o independiente de la subjetividad de los
sujetos. La preocupación por la constructión de una ciencia social lejana al
subjetivismo no es nueva y puede rastrearse hasta Durkheim quien preocupado por
las prenociones construye su sociología desde el modelo organicista
funcionalista. Popper, como Durkheim, preocupado por depurar las prenociones,
olvida la ideología y cae en por pretender anclar la objetividad en el método.
Por otro lado, pierde de vista cuestiones estructurales del orden de las
relaciones sociales y del desarrollo de las fuerzas productivas que nos obligan
a ir en el análisis más allá de la cuestión metodológica y que actúan como
supuestos que no pueden soslayarse a la hora de construir un modelo para
fundamentar es estatus de las ciencias sociales.
Popper criticó el empirismo neopositivista argumentando que
no puede darse a las teorías científicas un carácter indiscutido capaz de
colocarlas por encima de toda duda. Como sosteníamos más arriba, no le interesa
el análisis lógico de las teorías sino más bien, la elaboración de una
epistemología objetiva que supere el subjetivismo. La justificación del
conocimiento no apunta a tratar las teorías como productos terminados o su
estructura sino a analizar su comportamiento racional y método de construcción.
Se trata de buscar una formulación canónica del método y establecer la
falsabilidad como criterio de demarcación para distinguir ciencia de la pseudo
ciencia.
Aunque formado en el ámbito neopositivista, Popper criticó
fuertemente el principio de inducción y el fisicalismo aceptado por el
empirismo lógico negando que las observaciones empíricas puedan verificar los
descubrimientos científicos. Este intelectual consideraba al principio de
inducción como superfluo y como promotor de contradicciones lógicas puesto que
no puede sostenerse una verdad respecto a un enunciado general a partir de un
número determinado de observaciones particulares. Por demás, al apelar al
principio de la regularidad de la naturaleza el inductivismo necesariamente cae
en justificaciones metafísicas. Popper sostiene que no sólo debe sostenerse una
postura metafísica para justificar la existencia de dicha regularidad sino
también, para explicar el origen de las teorías dirigidas a describir un orden
específico a cada sector de la naturaleza. Según Popper, puesto que observar
todos los hechos es imposible, siempre se observa lo que se considera relevante
respecto a un tema. Se puede inferir entonces, que existe una carga teórica o
una influencia de los conocimientos previos antes de realizar el relevamiento
de datos a partir de la observación.
Como criterio de demarcación, Popper sostiene el
falsacionismo. Mientras que nunca puede establecerse cognitivamente la verdad
de un enunciado científico o de un supuesto conocimiento sino su aceptabilidad
provisoria, siempre es posible determinar su falsedad. Es notable la influencia
del racionalismo en su postura puesto que para este autor cualquier
conocimiento es cuestionable y solo puede considerarse completamente cierto
aquello de lo que no puede dudarse. El falsacionismo da sustento al método
hipotético deductivo tal como lo veremos a continuación.
Popper sostuvo el método hipotético deductivo para la
construcción del conocimiento científico. Desde su mirada, el científico
intenta explicar el mundo a partir del planteo de problemas y respuestas
tentativas a las preguntas que les dieron origen. Como puede verse, para este
intelectual la teoría guía la observación. Según este método fuertemente
sostenido por la lógica deductiva, se puede demostrar haciendo uso de los
resultados experimentales que una teoría es falsa pero de forma asimétrica no
es posible demostrar que sea verdadera. Esto es lo que Popper llama
racionalismo crítico.
Básicamente entonces, el método funcionaría de la siguiente
manera: luego de formular un problema se plantea una hipótesis. Se ponen a
prueba las consecuencias observables (enunciados derivados de la hipótesis y
cuya verdad o falsedad pueden comprobarse empíricamente) que esta hipótesis
trae aparejadas mediante un proceso de contrastación. Una vez contrastada, la hipótesis
puede o bien ser refutada (cuando las consecuencias observables son falsas) o
bien ser corroborada (cuando las consecuencias observables son verdaderas).
Nótese que hablamos de corroboración y no de verificación puesto que no se
puede sostener la verdad sino la verosimilitud de una teoría. Por otro lado y
este no es un dato menor, es importante destacar que en la obra de Popper, no
existe una explicación acerca del cómo se origina la teoría. Para él, no es
relevante entender cómo se da el camino que lleva a la hipótesis entendiendo
que pueden mediar en dicho camino, intuiciones, creatividad o la inspiración
del investigador. Este aspecto no es tematizado explícitamente por el autor
para quién el contexto privilegiado es el de justificación y no el de descubrimiento.
Popper elabora el método cero para las ciencias
sociales basándose en la economía marginalista y, como expresáramos más arriba,
resulta de extender a las ciencias sociales el método de las conjeturas y
refutaciones con ciertos refinamientos. Popper contrapone su propuesta
metodológica a las metodologías psicologistas en las ciencias sociales que
llevan a la pérdida de objetividad. Para Popper, la lógica situacional
garantiza la objetividad en la construcción de conocimiento social puesto que
todo en ella es contrastable. De lo que se trata es de realizar un recorte de
los social para atender aquellos fenómenos dados en las instituciones, de
modelizar situaciones típicas. Estos modelos propuestos a partir del análisis
situacional son susceptibles de ser llevados a una contrastación empírica.
Para Popper, existe una distinción entre las explicaciones
en ciencias naturales y las ciencias sociales. No es lo mismo explicar
acontecimientos singulares por medio de leyes universales que explicar clases
de acontecimientos; explicaciones en las que necesariamente, debe apelarse a la
construcción de modelos teóricos. Las ciencias sociales pueden comprender pero
no explicar o predecir. Aquí, Popper se acerca a la visión weberiana. Un modelo
está compuesto por las condiciones iniciales típicas más leyes generales
adecuadas a cada caso. Todos los modelos funcionan como teorías pero no todas
las teorías son modelos. La investigación, entonces, se desarrollará a partir
de la construcción de modelos por medio del análisis de las situaciones
sociales típicas. Popper construye un modelo de objetividad basado en el
principio de racionalidad. Desde su perspectiva, los sujetos llevan a cabo
acciones orientadas a fines y las decisiones que toman tienen por objeto la resolución
de problemas puntuales tal como los agentes los ven. Si bien, Popper acepta que
cualquier modelo es una simplificación puesto que omite mucho y exagera otro
tanto, la puesta a prueba empírica del mismo hará que el modelo sea corroborado
o refutado debiéndose abandonar uno luego de una serie de refutaciones clara y
persistente. El problema es que tanto el motivo de las acciones en Weber y su
modelo individualista y la racionalidad para la solución de situaciones en
Popper no pueden explicarse sin caer en el subjetivismo psicologísta, cosa que
el epistemólogo inglés no está dispuesto a conceder. Paradójicamente, Popper
repite con su método cero aquello de los cual quiere distanciarse. Tira por la
puerta la subjetividad pero esta se le cuela por la ventana.
Concretamente, el método de investigación propuesto por
Popper consiste en el cumplimiento de tres pasos los cuales, pueden darse en
tres momentos:
Lógica situacional
Tecnología social fragmentaria
Ingeniería social
Tecnología social fragmentaria
Ingeniería social
El objetivo de toda investigación en el campo de las
ciencias sociales es, entonces, resolver los problemas sociales. Los problemas
sociales siempre suceden en un ámbito concreto: la escuela, el hospital, la
cárcel, etc. Justamente, las acciones sociales se desarrollan en un ámbito concreto
con el objeto de resolver problemas o situaciones específicas de los agentes.
Con lo cual, para Popper un problema social es específico y es posible ubicarlo
temporal y espacialmente en un lugar concreto: en una institución. Para hacer
que dicho problema sea tratable desde el punto de vista de las ciencias
sociales, hay que separar analíticamente al agente, los objetivos del agente y
las variables que hay que considerar.
Las acciones de los sujetos deben considerarse como acciones
orientadas a metas puntuales. No importa el aspecto subjetivo ni ninguna
cuestión psicológica que exprese emociones, etc. Para hacer posible el
tratamiento de los problemas sociales, es necesario suponer que los agentes
actúan racionalmente. ¿Qué significa que los agentes actúan racionalmente?
Significa que actúan de modo tal de maximizar la consecución de ciertos
objetivos. Para Popper, actuar racionalmente es actuar siguiendo la lógica de
mercado.
El científico social procederá, entonces, abstrayendo los
motivos de las acciones y dejando las variables relevantes; es decir: razones
que requieren acciones y se agregará el supuesto racional. A esta altura debe
quedar claro que todo esto tiene cierto “tufillo” weberiano. Es clara la
influencia del individualismo metodológico acerca de la investigación social en
la postura popperiana que llega de la mano de la economía, la primera de las
ciencias sociales en apelar a dicho modelo epistemológico. Como en toda
variante del modelo individualista se parte de la hipótesis de que los fenómenos
sociales se comportan como los sujetos individuales. Desde esta perspectiva, la
lógica situacional pretende mediante el empleo de modelos teórico – prácticos
construidos a partir del principio de racionalidad y el análisis situacional
comprender los fenómenos sociales a partir de las conductas individuales.
Popper sigue la lógica hempeliana de la explicación
científica; sólo que introduce modificaciones específicas, dadas por la
característica que las ciencias sociales adquieren al no poder explicar y
predecir acontecimientos individuales y tener que apelar a modelos que sí
permitan explicar clases de acontecimientos. Desde esta perspectiva, no se debe
hablar de leyes en ciencias sociales ni buscarlas puesto que las mismas no
pueden ser empleadas en las explicaciones de hechos sociales. Por su parte,
propone que debe apelarse al análisis situacional, el principio de racionalidad
y los modelos teórico-prácticos para realizar las explicaciones. Popper pone el
análisis situacional en las condiciones iniciales reformulando el modelo
nomológico de la explicación científica hempleliana puesto que como sugiere, el
científico no puede sino mantener un principio metodológico similar al de la
causalidad. Se trata de no resignarse y tomar esta regla como base para el
método. Las teorías sociales no deben expresarse, exclusivamente, en términos
de causas y efectos pudiendo adquirir importancia también las metodologías que
apelan a las estadísticas. Para Popper el principio de racionalidad es lo que
tenemos y si bien es dudoso, constituye una buena herramienta para acercarnos a
la verdad.
Es preciso remarcar esta apelación popperiana a dar por
supuesto el principio de racionalidad y detenernos un poco para aclarar que no
criticamos el principio de racionalidad puesto que es indiscutible que los
seres humanos actúan siguiendo este principio. El tema es cómo lo llevamos
a cabo y cuándo, en qué contexto opera la ideología en la toma de
decisiones. Popper no ignora el hecho de que los sujetos no siempre siguen tal
principio. Fundamentalmente, no puede ignorar el hecho empírico de que no
siempre lo siguen cuando se trata de cuestiones sociales. Lo que Popper no
quiere aceptar es que los sujetos ven el mundo desde cierta forma y que esta
forma de ver el mundo se encuentra íntimamente ligada a un posicionamiento
ideológico consecuente con la posición que el sujeto ocupa en la estructura
social.
Pero aún hay otra cuestión relacionada con el proceder de la
ciencia. Lo que los científicos, y específicamente, lo que los economistas
hacen es sustituir casos reales por un modelo ideal. Tampoco podemos criticarle
a Popper el argumento de la importancia metodológica dada por la utilización de
un modelo ideal porque dicha crítica nos llevaría a no reconocer gran parte de
la actividad científica. En realidad, creemos que el eje de la crítica debe
girar en torno al uso que Popper hace del principio de racionalidad.
Habría que comenzar por considerar si dicho principio es
falsable puesto que este es uno de los requerimientos fundamentales del
falsaconismo popperiano. Indudablemente lo es. Pero... ¿Está falsado? Popper
nos sugiere que es “potencialmente” falsable pero no “abandonable”. La solución
que plantea es meramente retórica. Popper tiene que aceptar la existencia de
principios falsables y falsados dentro de su propuesta. Este es el problema en
el que cae el normativismo extremo – del que Sir Karl hace casi un dogma- y la
falsabilidad como criterio de demarcación para definir qué es ciencia y qué
pseudociencia. El desastre del normativismo, lo que no ve, es que no se
abandona una teoría porque resulta una refutación. El hecho de que exista una
refutación puede ser condición necesaria para abandonar dicha teoría pero no es
una condición suficiente. Popper sabe esto y es por este motivo que toma un
criterio cualitativo que consiste en la apelación a los “test severos”. Pero
este tipo de pruebas que se definen como aquellas que son las que se pueden
repetir representa un caso de inductivismo muy claro. El mismo inductivismo que
Popper echó por la puerta, ahora se le cuela por la ventana.
El científico social recomienda determinadas acciones como
reglas para actuar: tecnologías sociales aplicadas. Son técnicas puntuales para
la resolución de problemas sociales. Popper tiene el problema de no creer que
haya leyes transhistóricas. Pero si no hay tales leyes, entonces, en qué
deberíamos basarnos, como científicos, para resolver problemas sociales. Popper
apela a la siguiente consideración: dice que la decisión para aplicar la
tecnología social se basa en ciertas cosas asentadas empíricamente o en
tendencias empíricas. Y nuevamente, a Popper se le cuela el empirismo por la
ventana.
Popper no puede aceptar que la metodología de las ciencias
sociales sea diferente de la de las ciencias naturales. Sin embargo, su
pretensión de transpolar el método de las segundas a las primeras lo lleva a
desvirtuar el original e inventar un segundo método muy alejado del propuesto
en Conjeturas y refutaciones y más cercano al inductivismo. En
definitiva, el método propuesto para la investigación social ya no es el mismo.
Popper pretende legitimar la objetividad de su método apelando al principio de
racionalidad y el proceder racional de las ciencias. Pero la propuesta que nos
trae está muy cercana al individualismo metodológico, no viendo a la sociedad
como una totalidad con sentido propio. Popper no puede ver que el sentido de
las acciones se enmarca en un conjunto de relaciones sociales específicas que
condicionan todo aquello que los agentes pueden expresar como motivo de sus
acciones individuales y que en otros tiempos los intelectuales no teníamos
miedo por llamar ideología. Popper borra de un plumazo categorías tales como
clase y conflicto de clase y pretende ver en todos los individuos, agentes o
como quiera que se les llame las mismas motivaciones y los mismos problemas.
Popper dice que si el método científico es definidor de
racionalidad y si el método en las ciencias sociales es gradual en el sentido
que recorre una camino hacia la verdad toda alteración de dicho método va en
contra de la razón científica. Por ejemplo: pretender pasar a otro modo de
producción es ir en contra del gradualismo y proceder irracionalmente puesto
que desde el punto de vista de Popper la democracia liberal capitalista
representa el punto culminante de una evolución social y todo intento por
superar dicho sistema es un acto supremo de irracionalidad. Este punto de vista
expresando en varias oportunidades por el filósofo no es más que una
manifestación de la falacia del falso dilema.
Como quiera que sea, lo que tenemos es un intento
por reducir la racionalidad al método científico y una muestra clara de
cientificismo en la propuesta popperiana. Marcuse tiene razón cuando dice que
hoy la ciencia y la tecnología son la ideología o representan en la densidad de
sus propuestas la ideología dominante. Esto se dio de esta manera porque operó
una clara reducción de la razón humana a una razón instrumental.
Si todo se reduce a la comprensión de las acciones
orientadas a objetivos concretos entonces, una vez postulados los objetivos de
los agentes son los ingenieros sociales quienes deben diseñar las técnicas que
permiten resolver los problemas sociales que impiden la consecución de los
objetivos y provocan los conflictos en la sociedad. Todo problema social, desde
el punto de vista de Popper, se resuelve con una buena matemática e ingeniería.
De este modo, en su concepción de la política, los problemas sociales se
solucionan gracias a la intervención de un especialista y no ya de un político.
Cualquier parecido con lo que nos pasó en la Argentina de los 90, cuando cargos
como el de ministro de educación o salud eran ocupados por técnicos de la
economía es mera coincidencia.
Apelando a la tesis 11 sobre Feuerbach escrita por Marx en
1945, no se trata de describir ni comprender ni interpretar sino de
transformar. El método cero no permite ni siquiera una comprensión de los
motivos de las acciones puesto que pierde de vista los condicionamientos
estructurales propios del modo de producción y de esta manera parece tender a
legitimar las condiciones dadas. En realidad, el método pretende fundamentar
más una práctica política que un discurso científico objetivo.