Últimamente ando leyendo muchos escritos del filósofo
contemporáneo Alain Badiou. En la actualidad, es uno de los grandes referentes
filosóficos. A mí me llama mucho la atención la tarea que se propone realizar:
Refundar los conceptos de ser, sujeto y verdad. En la contemporaneidad, ya no
es posible hablar de verdad, sino de lenguaje, todo es intersubjetivo y no es
posible un acceso al ser de las cosas, sino a solo como las percibimos a partir
de nuestro pensamiento. Contra ello, Badiou se revela. Cree que es posible
acceder a un verdad eterna, que no todo es lenguaje y que puede haber una
ciencia del ser en tanto ser, una ontología de lo múltiple. No pienso entrar en
detalle sobre él, no es el objetivo de este escrito. Aquí pienso presentar solo
algunas citas, que sirven para la reflexión.
Antes, quisiera hacer una breve reflexión acerca de pensar en torno a lo planteado por un filosofo. Si entendemos a la filosofía, por esa búsqueda incansable del fundamento, de una "verdad" o principio que permita dar sentido a nuestro existir, la confrontación con un filosofo, es la confrontación con lo universal. Incluso, reconociendo que es una verdad situada en un tiempo-contexto, es la manifestación de este universal por medio del espíritu de un tiempo; es como esa verdad cobra sentido en un tiempo determinado. Por lo tanto, la reflexión de hoy será acerca de la proposición de un fundamento para nuestro tiempo, la Contemporaneidad.
Pasemos a las citas:
1.
"Por supuesto, el sujeto fiel es todo aquello que oriente al amor hacia la potencia efectiva del Dos que él instituye. Es la incorporación misma, el hecho de que fragmentos incesantemente más numeroso y más intensos del mundo comparezcan ante el Dos en lugar de quedarse replegados en la satisfacción o descontento narcisistas. Observemos, de paso, que el amor es como un átomo de universalidad: no la universalidad transcultural (el internacionalismo político, la comunida de los científicos, etc.), sino la universalidad transindividual. Al pasar de uno a dos, y al experimentar el Dos hasta el infinito (puesto que todo elemento del mundo es susceptible de ser tratado por un cuerpo de amor), el amor es el primer grado del pasaje del individuo a un inmediato más allá de sí mismo. Es la forma elemental de sublimación de la singularidad en la universalidad. Por eso, como es sabido, el amor, las historias de amor, apasionan a la humanidad desde siempre. En él se enuncia de modo elemental que vivir, lo que se llama vivir, no es reductible a los intereses individuales, sino a la manera en que el mundo se expone a "nosotros", por más limitado que sea ese "nosotros" y por más arriesgada que sea su construcción aleatoria a partir no de lo que es, sino de lo que "nos" ocurre." (Segundo manifiesto por la filosofía, 2010)
Me parece increíble la forma como se captura la esencia del
amor en esta reflexión. Lo interesante es que Badiou plantea que el amor es una
de las fuentes que producen verdades universales y eternas. Las relaciones
humanas, cuando son una salida de uno mismo hacia el otro, son capaces de
romper con las estructuras dadas y establecer un nuevo sentido unificador de lo
existente, que no solamente sea válido para los amantes sino para todas las
personas en general (eso es el concepto de Badiou de Verdad). Y este concepto
de Amor, parece contraponerse al tipo de relaciones que suceden en nuestro
tiempo: Liquidaz, sin estructura, fugaces, superfluos. ¿Será posible que este
tipo de relaciones logren constituirse como Verdades? Hay que tener en cuenta
que cuando surge una Verdad, hay una lucha por el reconocimiento de esta como
tal, entonces la pregunta sería: ¿Es posible luchar para que alguna relaciones
"líquidas" (en el concepto de Bauman) sea Verdad y reoriente nuestro
tiempo o solo es posible desde la profundidad de la entrega de lo que
tradicionalmente se entiende como Amor? Incluso, el concepto de amor no queda
claro, pero sera fuente de fundamento cuando llegue a replantear un nuevo
sentido en la vida de los hombres (en todos los tiempos), independientemente de
la forma en que se presente.
2.
"Nuestro mundo, ustedes lo saben, está marcado por su velocidad: la velocidad del cambio histórico, la velocidad del cambio técnico, la velocidad de las comunicaciones, de la transmisiones e, incluso, la velocidad con la cual los seres humanos establecemos conexiones entre nosotros. Esta velocidad se expone al peligro de una enorme incoherencia. Las cosas, imágenes y relaciones circulan muy rápido, de manera que no tenemos tiempo si quiera para calibrar la extensión de todo aquello que es incoherente. La velocidad es la máscara de la inconsistencia. La filosofía debe proponer un proceso de ralentización. Debe construir un tiempo para el pensamiento que, frente al mando de velocidad que enmascara la inconsistencia, constituya un tiempo de lo propio, y sólo este tiempo aminorará la aceleración.... Este pensamiento, lento y en consecuencia rebelde, es el único capaz de establecer el punto fijo, cualquiera que sea, sin importar cuál sea su nombre, que necesitamos para sostener el deseo de filosofía" (La filosofía, otra vez; 2010)
El filósofo se alza contra aquello que no es afin a la
Verdad, a lo real. La extremada velocidad de nuestro tiempo es contra lo que se
revela. La velocidad que no permite distinguir la información del conocimiento,
la velocidad que nos desarraiga de la latencia del sentir de nuestro propio
cuerpo. La velocidad del mundo no nos da tiempo para poder reflexionar, pues la
reflexión es un "volver-sobre-sí" y ello significaría un detenerse, y
no se puede detener ante el constante cambio y la feroz competencia. Sucede,
pues, una desconexión con nuestro propio ser. Para combatirlo, Badiou propone
un tiempo propio, marcado por la filosofía. La base para dicho tiempo será ese
punto fijo, que llamamos Verdad. El sería nuestro guía, del cual nos podemos
anclar para poder procesar y pensar mejor nuestro tiempo.
Ahora me parece interesante pensar el hecho de que nuestro
cerebro es maleable, cambiendo para adaptarse a la nueva situación. De repente,
podemos desarrollar una mayor velocidad en la procesamiento de la información,
que nos permita adecuarnos. Por eso, la reflexión filosófica sobre este punto,
debe ser acompañado con los estudios del cerebro y su cambio ante las nuevas
tecnologías y como se adapta nuestro propio cuerpo. Junto a ello, debe
reflexionarse sobre ese proceso de adaptación que se podría dar desde la
manipulación genética.
3.
"En el fondo, todas estas historias sobre la opinión, su libertad, su sondeo y su autoridad equivalen a decir, que, en materia de política (pero finalmente, como veremos, en todo lugar donde un pensamiento parece requerirse), no hay que alegar principios, salvo el principio de que no hay principios. El demócrata agregará de buena gana que sostener principios como si fueran absolutos es lo propio del totalitarismo. Sonriendo con amabilidad, visto nuestro retraso mental, evocará el proverbio: "solo los imbéciles no cambian de parecer"...
¡Diablos, diablos!, dice el filósofo abrumado por el discurso de su tiempo. ¡Es muy fuerte! Veámoslo más de cerca. Y entonces le pregunta al demócrata: si no hay principios, ¿qué hay, qué es lo que hace que la diversidad de opiniones se aferre a algo real? O bien, ¿qué es lo que hace que la decisión sea algo diferente de seguir la corriente como perro exhausto?" (Segundo manifiesto por la filosofía, 2010)
Es interesante como Badiou crítica la democracia en tanto la
expresión de opiniones, de la afirmación de que solo existen cuerpos y
lenguajes que interactúan entre sí. Ahí no hay lugar para los
"principios". Todo puede ser opinión y no hay lugar para un arraiga
hacia algo real, porque el enunciado que busque eso, tendrá el mismo peso que
la opinión, sería igual de válida. Se
debe plantear entonces vivir bajo principios-verdades universales. Estas son
excepciones a los cuerpos y lenguajes. Pero deben reorganizar nuestro vida
social-política: Generar un nuevo sentido a nuestro ser-social, un sentido
compartido por toda la comunidad humana, cuyas particularidades las apropian
según su propio horizonte. Recordemos que las verdades producen rupturas de
estructuras que perdían su sentido unificador, pero es una lucha constante para
que ese acontecimiento producido, genere un nuevo sentido. La idea es que
mediante mecanismos de diálogo y consenso busquemos que el acontecimiento se
arraigue, cumpla con producir sentido para el existir de la humanidad. Es pues
una búsqueda, un desafió, pero parte por el reconocimiento de que es posible la
excepción, el principio en el campo de lo político.