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Máscaras ✆ Scabeater |
El premio Nobel Obama aprueba los objetivos humanos
seleccionados cuyas biografías le son enviadas. En ese nivel se sitúa hoy su
concepto de la ética
Repetir evidencias pasó a ser una necesidad en el combate a
la alienación de las grandes mayorías confundidas y manipuladas por los
responsables de la crisis de civilización que afecta a la humanidad. Tal vez
nunca antes la insistencia en iluminar lo obvio oculto haya sido tan importante
y urgente porque la falsificación de la Historia y la manipulación de las masas
empujan a la humanidad para el abismo.
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Esta tarea asume un carácter revolucionario porque las
fuerzas que controlan el capitalismo utilizan los engranajes del sistema
mediático para crear una realidad virtual que actúa como arma decisiva para la
formación de una consciencia social pasiva, para la robotización del hombre.
La comprensión por los pueblos de la estrategia
exterminadora del imperialismo que los amenaza es extremadamente dificultada
por la ignorancia sobre el funcionamiento del sistema de poder de los EEUU y la
imagen falsa que prevalece respecto de la sociedad norteamericana no sólo en
Europa sino en muchos países subdesarrollados.
Un mito romántico
No obstante que son inocultables los crímenes cometidos por
los EEUU en las últimas décadas en guerras de agresión contra los diferentes
pueblos, una gran parte de la humanidad continúa viendo en la patria de
Jefferson y Lincoln una tierra de libertad y progreso. El mito romántico de los
pioneros del Mayflower es difundido por una propaganda perversa que insiste en
presentar al pueblo y al gobierno de los EEUU como vocacionados para defender y
liderar a la humanidad. Los males del capitalismo serían circunstanciales y la
gran república, presidida ahora por un humanista, estaría presta a superar la
crisis que partiendo de ella se extendió por el mundo.
No basta afirmar que estamos frente a una peligrosa mentira.
Desmontar el mito estadounidense es, repito, una tarea prioritaria en la lucha
contra la alienación de las mayorías. El político negro cuya elección
desencadeno una ola de esperanza entre los oprimidos de la Tierra archivo sus
compromisos asumidos con el pueblo y a lo largo de su mandato dio continuidad a
una estrategia de dominación mundial, ampliándola peligrosamente.
Diferente de George W.Bush , Obama supo construir una
máscara de estadista sereno y progresista. Su reelección, no tenemos dudas,
será facilitada porque el candidato republicano que enfrentará,Mitt Romney, es
un político ultra reaccionario, sin carisma.
Las guerras
imperiales
En Iraq la violencia se tornó endémica, millares de
mercenarios han substituido a las tropas de combate y un gobierno fantoche
actúa como instrumento de trasnacionales del petróleo.
En Afganistán la guerra está perdida. Después de once años de
ocupación, las fuerzas de la OTAN y de los EEUU solamente controlan Kabul y
algunas capitales de provincia. Todas las ofensivas contra la resistencia (que
va mucho más allá de los Talibanes) fracasaron y en los cuarteles y en los
Ministerios los reclutas asesinan con frecuencia a los instructores
extranjeros, norteamericanos o europeos.
La retirada anticipada de las tropas francesas del país
colocó un problema inesperado al Pentágono. En Washington pocos creen que el
presidente cumpla el acuerdo sobre la evacuación del ejército de ocupación
antes del final del 2014. En declaraciones recientes, Obama, ya en campaña
electoral, retomo el tema de la defensa de los “intereses de los EEUU en el
mundo”. Esa política implica la existencia de centenas de bases militares en
más de una decena de países. En Colombia, por ejemplo, fueron instaladas otras
ocho.
En una inflexión estratégica, el presidente informó que está
en curso una dislocación para Oriente del poder militar norteamericano.
Esclareció que el Pacifico será el destino de dos tercios de la US Navy. Es
evidente que el objetivo inconfesado es cercar por tierra y mar a China y
Rusia. Vladimir Putin interpretó correctamente el mensaje. Consciente de que en
su escalada agresiva los EEUU habrían de reforzar su hegemonía en el Medio
Oriente, abatiendo a Irán, antes de definir a esos países como “enemigos” potenciales,
el presidente ruso en un discurso firme advirtió a Washington que no puede
sobrepasar la línea roja.
Contrariamente a lo que afirman algunos analistas que
cultivan el sensacionalismo, la inminencia de una tercera guerra mundial, es
una improbabilidad. Pero eso gracias a la firmeza de Rusia. Putin no olvidó
Múnich. Usó palabras duras, recordando la agresión al pueblo libio, para
recordar a Obama que ya fue demasiado lejos y que no tolerará una intervención
militar EEUU-Unión Europea en Siria, cualquiera que sea el pretexto invocado.
Asesinar a distancia
El belicismo de Obama es tan ostentoso que hasta un
periódico del establishment, el New York Times (que lo ha apoyado), sintió la
necesidad de revelar que la lista de “terroristas” y dirigentes políticos a
aniquilar por los aviones sin pilotos (los famosos drone) es sometida a la
aprobación del jefe de la Casa Blanca. Matar a larga distancia, en una guerra
electrónica de nuevo tipo, se volvió una rutina gracias a los progresos de la
ciencia. Leo Panetta, el actual secretario de Defensa, no solamente la aprueba
sino que la elogia; igualmente el general Petraeus, el director de la CIA.
El premio Nobel Obama aprueba los objetivos humanos
seleccionados cuyas biografías le son enviadas. En ese nivel se sitúa hoy su
concepto de la ética. Los hombres del presidente llegaron a la conclusión de
que esa modalidad del asesinato no ha provocado grandes protestas
internacionales y evita la perdida de pilotos.
El principal inconveniente es la imprecisión de esos
ataques. En Paquistán, decenas de aldeanos fueron asesinados en bombardeos de
drones en las áreas tribales de la frontera afgana. El error (así le llamaron
en el Pentágono) generó una crisis en las relaciones con Paquistán cuando 26
soldados de aquel país fueron abatidos por un avión asesino. El gobierno de
Islamabad prohibió a partir de entonces la travesía de la frontera para los
camiones que cargan los alimentos y armas para las tropas de los EEUU y de la
OTAN.
No obstante los “inevitables daños colaterales”, los
generales del Pentágono definen como revolucionaria la guerra barata en la cual
basta apretar un botón, en ocasiones a cientos de kilómetros de distancia, para
alcanzar objetivos humanos seleccionados en escritorios en los EEUU y aprobados
por el Presidente. La aplastante mayoría de los estadounidenses tiene un
conocimiento muy superficial de lo que pasa en las guerras asiáticas de su
país. Más en el ejército se amplía un difuso malestar. En el año en curso se
registro un record de suicidios de militares.
El fantasma de Al Qaeda
Son calificados de especialmente satisfactorios los
bombardeos frecuentes a tribus “terroristas” de Yemen y de Somalia. Si la CIA
informa que una tribu perdida en las montañas de la otrora llamada Arabia Feliz
es acusada de ligas sospechosas con Al Qaeda, se envía un drone de la base de
Djibuti para liquidar a su jefe. Obama da su aval a la operación.
El New York Times, en el editorial citado, reconoce con
pesar que el actual poder de decisión presidencial de asesinar “terroristas” en
regiones remotas “no tiene precedentes en la historia presidencial”. Monstruoso
pero real: Obama se comporta como un ciber-guerrero. En esa estrategia
criminal, la invocación de Al Qaeda como la gran y mayor amenaza a la seguridad
de los EEUU es permanente, obsesiva. Solamente en Marzo, pasado Google registró
183 millones de entradas en busca de las informaciones sobre esa organización.
Los EEUU planearon y ejecutaron la muerte de Ben Laden en
una operación obscura de las fuerzas especiales violadora de la soberanía de
Paquistán. Mataron ya o afirman haber asesinado a los principales dirigentes de
Al Qaeda. Pero el fantasma de Al Qaeda sobrevivió y es ese dragón, invisible,
horroroso, el que motiva los bombardeos de los drones y la guerra electrónica
asesina. El mito de Al Qaeda, el enemigo número 1, se volvió un pilar de la
estrategia “antiterrorismo” de los EEUU.
¿Cuántas personas, mundo afuera, saben que Ben Laden fue una
aliado íntimo de los EEUU durante la guerra contra la Revolución afgana? Pocas.
Y pocas son también las que tienen conocimiento de las relaciones estrechas que
la CIA y la inteligencia militar de los EEUU mantuvieron y mantienen con
organizaciones fundamentalistas islámicas.
La necesidad de aniquilar a Al Qaeda fue el argumento básico
que Bush hijo desplegó para justificar la Patriot Act y la invasión y ocupación
de Afganistán, en una cruzada “antiterrorista” en defensa de la libertad, de la
democracia, de la paz... Obama usando un discurso diferente, mucho más hábil,
profundizó la estrategia del poder de los EEUU.
Al firmar la ley de la Autorización de la Seguridad
Nacional, el presidente de los EEUU torpedeo sobre la Constitución,
transformando el país en un Estado militarizado que exhibe una fachada
democrática. Internamente persisten algunas libertades y derechos, pero la
política exterior es la de un estado terrorista.
Rusia y China
amenazadas
El engranaje imperial está en movimiento. Primero fue Iraq,
después Afganistán, después Libia. Ahora el objetivo es Siria.
La maquina mediática trituradora de consciencias repite el
metodo utilizado en la campaña que precedió el ataque armado a Libia. La CIA y
el Pentágono prepararon y financiaron grupos de mercenarios que instalaron el
caos en las grandes ciudades sirias. El presidente Bachar al Asad fue
demonizado e, inventada una realidad virtual –una Siria imaginaria-, una
campaña machacante intenta persuadir a centenas de millones de personas de que
intervenir militarmente en aquel país sería “una intervención humanitaria”
exigida por aquello que llaman “la comunidad internacional”. Más el proyecto de
repetir la tragedia libia eta chocando con la oposición, hasta hoy impasable,
de Rusia.
Insisto: comprender el funcionamiento del monstruoso
engranaje montado por el imperialismo para anestesiar la consciencia social y
crear un tipo de hombre robotizado es una exigencia en el combate de los
pueblos en defensa de la libertad, de la propia continuidad de la vida.
No exagero al definir como tarea revolucionaria esa lucha.
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Traducción: Jazmín Padilla |