«Crisis y teoría de la
crisis» fue publicado originalmente en 1974. El grueso de la versión aquí presentada
ha sido tomado de la edición en castellano de Ediciones Península (Barcelona,
1977, Trad. de Gustau Muñoz), pero ha sido completada de acuerdo con la edición
inglesa, que contiene un prefacio y añade a la obra como capítulo adicional la
crítica del autor a «El capitalismo
tardío» (1972) de Ernest Mandel, fechada asimismo en 1972. La traducción de
este último texto se ha tomado de la versión también publicada por Península,
incluida en la compilación «Crítica de
los neomarxistas» (1977, Trad. de Gustau Muñoz). Todas las traducciones
publicadas por Península fueron realizadas a partir de las versiones originales
en alemán, Krisen und Krisentheorien y
Ernest Mandels «Spätkapitalismus».
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El prefacio que el autor preparó, --y que transcribimos más
abajo-- presumiblemente para la edición británica, ha sido traducido a partir
de la versión digital,
publicada por Class Against Class. Se ha insertado como capítulo final el
artículo «Valor y precio en Marx»,
que está bastante relacionado con los temas tratados. Éste texto fue publicado
en Negaciones (Revista Crítica de Teoría,
Historia y Economía), N° 6, otoño de 1978 (Trad. de Justo G. Beramendi).
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Paul Mattick |
Prefacio
No hace tanto que la economía keynesiana parecía ofrecer
instrumentos no sólo para superar las depresiones, sino también para evitarlas.
Esto ya no es verdad, por cuanto nos encontramos en un mundo post-keynesiano en
el que ni las tendencias al equilibrio de la oferta y la demanda, ni las
intervenciones keynesianas en los procesos económicos, son capaces de impedir
el continuo deterioro de la economía a través de la inflación en aumento y del
creciente desempleo. Debido a la larga prosperidad de posguerra en las naciones
capitalistas dirigentes, a mucha gente esto se le ha presentado como una
desagradable sorpresa, y ha provocado una nueva preocupación acerca del
problema de la crisis capitalista. Aunque ampliamente ignoradas por los
economistas burgueses hasta 1929, las crisis acompañaron todo el desarrollo
capitalista como un «regulador» decisivo del proceso de acumulación del
capital. Vale la pena, así, echarle un vistazo global al ciclo de crisis, a
cómo se ha manifestado históricamente tanto como a respecto de las respuestas
que ha evocado en la teoría económica.
En lo concerniente a la economía burguesa hay, sin embargo,
poco que decir, en tanto su teoría general del equilibrio no deja sitio a la
dinámica procesual de desequilibramiento de la expansión del capital. La
acumulación aparece aquí como una cuestión de «ahorro», o como un fenómeno del
«crecimiento», para los cuales ha de encontrarse una senda de equilibrio con
objeto de escapar del persistente «ciclo comercial». Que el problema no sea en
absoluto tomado en consideración, refleja el ineludible reconocimiento de que
muchas, sino todas las categorías de la teoría económica burguesa, no tienen
mayor repercusión en el desarrollo capitalista a largo plazo de la que tienen
en las relaciones cotidianas de producción e intercambio del mercado
capitalista. Hay una fuerte tendencia a volver la vista a la economía política
clásica, o incluso a Marx, en busca de una aproximación teórica más útil para
solucionar los problemas de la producción de capital. En relación a esto, es
interesante notar que las cuestiones propuestas por los economistas actuales
meramente repiten, pero de una forma más superficial, las discusiones alrededor
del problema de la crisis mantenidas dentro del campo marxista en torno al
cambio del siglo [XIX-XX]. Estas controversias también concernían a la
posibilidad de una «senda de equilibrio», que condujese a un desarrollo
armonioso, libre de crisis.
