
En Grecia, las viejas estructuras políticas, representadas
por los partidos de siempre, y por las familias de siempre, las prebendas y
clientelismos con la clase dominante, las estafas millonarias a la Hacienda
Pública de estamentos como los grandes empresarios armadores navales o la
iglesia ortodoxa, la austeridad asesina dictada desde las grandes capitales
financieras de Europa: Bruselas y Frankfurt, se resiste a morir, utiliza los
elementos de represión del Estado y las estrategias de difamación que le
proporcionan los medios que manejan con ese mismo clientelismo.
Eso 'viejo' que no termina de morir está creando monstruos
en la sociedad griega, hambre como nunca se había visto desde la II Guerra
Mundial, exclusión social, suicidios de personas desclasadas y desesperadas,
exacerbación del nacionalismo a través del racismo, la xenofobia y el fascismo,
registrando incluso nostalgias de barbaries pasadas como el régimen nazi.
Y ante esta realidad, está lo nuevo que no termina de nacer,
pero que puede ver la luz a partir del próximo domingo. La solidaridad, la
lucha de los pueblos por su dignidad, la justicia social, la recuperación de
los bienes del Estado para los ciudadanos, la Plaza Syntagma, el respeto a las
diferencias y la ruptura con el sistema capitalista y con el neoliberalismo
homicida.
El domingo 17 de junio se realizarán nuevamente unas
elecciones generales en razón que las anteriores no dieron un claro ganador.
Syriza, la coalición de izquierda que puede comenzar a señalar el camino del
nacimiento de 'lo nuevo', cuenta con una estimación de voto muy favorable y
esperanzadora. Es el momento de la verdad para los griegos que se debaten entre
dignidad o sometimiento, entre libertad o esclavitud, en definitiva, entre 'lo
viejo' y 'lo nuevo'.