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Friedrich Engels & Karl Marx en Londres |
“Estos
marxistas ‘profundos’ se han olvidado del ABC del Socialismo”: Rosa
Luxemburgo, 1918
“Corremos el
riesgo de conocer a Luxemburgo o Lenin de la A a la Z, e ignorar los escritos
del propio Marx.” David Riazanov, 1924
“Marx y
Engels hablan tanto, y tan bien, que uno termina por creerse uno de sus
íntimos.”
Louis Althusser, 1965
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Marx le confesará a
Annenkov a fines de 1846 que el Manuskripte de La ideología alemana estuvo de
alguna manera vetado: “no puede usted imaginarse las dificultades que una
publicación de este tipo (es decir: Die deutsche Ideologie, NGV) encuentra en
Alemania, tanto por parte de la policía como por parte de los editores, que son
representantes interesados de todas las tendencias que yo ataco.”[2]
Y todavía más: Marx le reconoce a Annenkov que tanto La sagrada Familia de 1844
como La ideología alemana de 1845-1846 han sido obras polémicas que incluso han
llegado a irritar a los propios miembros y amigos de su círculo comunista por
su ataque sin medias tintas a las “utopías y declamaciones” de los ideólogos
alemanes.
Hemos señalado con anterioridad que tanto Engels como Marx siguieron intentando, incluso hasta el año 1847, no sólo ampliar el manuscrito original con nuevas aportaciones, sino esforzándose en encontrar un editor confiable en Alemania. Tenemos además pruebas indirectas que corroboran la importancia de DI con respecto a la Kritik de la economía política en evolución y maduración, y viceversa. En febrero de 1845, poco antes de ser expulsado por exigencia del gobierno prusiano de París, Marx firma un contrato con el editor republicano Carl Friedrich Julius Leske de Darmstadt para la publicación de una obra extensa in-octavo titulada Kritik der Politik und Nationalökonomie, pensada en dos volúmenes.[3] El plan para esta obra aparece esbozada por Marx en agosto de 1844 en el “Vorrede” de los así llamados manuscritos filosóficos-económicos de París; allí explica que “me propongo abordar en sucesivos estudios, por ejemplo, la crítica del Derecho, de la Moral, de la Política, etc., y, por último, en un trabajo especial, trataré de exponer la conexión de la totalidad (Zusammenhang des Ganzen), la relación entre las diversas partes y, finalmente, de criticar la elaboración especulativa de aquel material.”[4] Como señalaba Cesare Luporini,[5] un programa impresionante de crítica a todo lo existente, una auténtica theoretische Revolution en el cual se propone separar las diversas materias en orden lexicográfico-ideológico de importancia (primero: el Derecho; segundo; la Moral; tercero: la Política), luego reconstruir científico-críticamente la concatenación-conexión necesaria de la totalidad (aunque negada en la apariencia ideológica burguesa, en su reproducción “natural”), camino que se opondría a la elaboración meramente especulativa, el spekulativen Bearbeitung que practicaba la izquierda de la época (y Marx cita al pasar a algunas de sus figuras en especial Bruno Bauer con su crítica-crítica pura, etc.). Marx reclama que el nuevo método del Comunismo crítico (que denomina todavía positive Kritik, Crítica positiva o kritische Auseinandersetzung, análisis crítico) se basa en dos presupuestos: 1) resultados sin presupuestos derivados de datos empíricos contrastables (daß meine Resultate durch eine ganz empirische), que a su vez están guiados por 2) un concienzudo análisis y estudio crítico de la materia (auf ein gewissenhaftes kritisches Studium… gegründete Analyse gewonnen worden sind). Como señalaba a Oppenheim en una carta de 1842 “la verdadera Teoría (wahre Theorie) debe esclarecerse y desarrollarse dentro de condiciones concretas (konkreter Züstande) y a la luz de realidades dadas (bestehenden Verhältnissen).”[6] El rol central en Marx lo juega la Kritik, que entiende como un ambicioso método que supera la forma limitada de crítica de la izquierda existente (anclada en la razón teológica, “prisioneros de la Filosofía”) y con sus prejuicios en torno al sujeto revolucionario, la Masa. Para Marx, siguiendo el ritual de lectura jovenhegeliano, la Kritik tenía una multidimensión y su tarea era la de analizar y detectar lo irracional de toda positividad, de toda figura de la Historia, la no coincidencia entre lo real y lo racional, la precipitación en la inactualidad de toda institucionalidad creada. Esto como primer momento, pero en una segunda instancia, la Kritik tenía que precisar la pre-eminencia del futuro y elaborar (al menos plantear la problemática de manera correcta) de la intervención (teórico-práctica) en la dirección correcta. Tras lo real y lo racional, se abre en todo momento de la época burguesa una división marcada y actual en la cual puede fungir la crítica de lo existente; y el paso siguiente era que el fundamento de esta Kritik ya no era como en Hegel lo racional y la Idea que descubre y soporta exclusivamente la figura demiúrgica del filósofo, sino que para ser productiva necesita un corazón: “La cabeza de esta emancipación es la Filosofía; el corazón, el Proletariado” y en el candoroso suelo popular un nuevo sujeto denominado proletario: “la Filosofía encuentra sus armas materiales (ihre materiallen Waffen), el Proletariado encuentra en la Filosofía sus armas espirituales (seine geistigen Waffen).”[7] La nueva Kritik, comunista crítica, exige, como toda revolución, un elemento material pasivo (passiven Elementes), una base material (materiellen Grundlage), ya que “en un Pueblo la Teoría sólo se realiza en la medida en que es la realización de sus necesidades (Bedürfnisse)”, y precisamente la izquierda de la época carece de todos los elementos necesarios para convertir su teoría en crítica radical.
Hemos señalado con anterioridad que tanto Engels como Marx siguieron intentando, incluso hasta el año 1847, no sólo ampliar el manuscrito original con nuevas aportaciones, sino esforzándose en encontrar un editor confiable en Alemania. Tenemos además pruebas indirectas que corroboran la importancia de DI con respecto a la Kritik de la economía política en evolución y maduración, y viceversa. En febrero de 1845, poco antes de ser expulsado por exigencia del gobierno prusiano de París, Marx firma un contrato con el editor republicano Carl Friedrich Julius Leske de Darmstadt para la publicación de una obra extensa in-octavo titulada Kritik der Politik und Nationalökonomie, pensada en dos volúmenes.[3] El plan para esta obra aparece esbozada por Marx en agosto de 1844 en el “Vorrede” de los así llamados manuscritos filosóficos-económicos de París; allí explica que “me propongo abordar en sucesivos estudios, por ejemplo, la crítica del Derecho, de la Moral, de la Política, etc., y, por último, en un trabajo especial, trataré de exponer la conexión de la totalidad (Zusammenhang des Ganzen), la relación entre las diversas partes y, finalmente, de criticar la elaboración especulativa de aquel material.”[4] Como señalaba Cesare Luporini,[5] un programa impresionante de crítica a todo lo existente, una auténtica theoretische Revolution en el cual se propone separar las diversas materias en orden lexicográfico-ideológico de importancia (primero: el Derecho; segundo; la Moral; tercero: la Política), luego reconstruir científico-críticamente la concatenación-conexión necesaria de la totalidad (aunque negada en la apariencia ideológica burguesa, en su reproducción “natural”), camino que se opondría a la elaboración meramente especulativa, el spekulativen Bearbeitung que practicaba la izquierda de la época (y Marx cita al pasar a algunas de sus figuras en especial Bruno Bauer con su crítica-crítica pura, etc.). Marx reclama que el nuevo método del Comunismo crítico (que denomina todavía positive Kritik, Crítica positiva o kritische Auseinandersetzung, análisis crítico) se basa en dos presupuestos: 1) resultados sin presupuestos derivados de datos empíricos contrastables (daß meine Resultate durch eine ganz empirische), que a su vez están guiados por 2) un concienzudo análisis y estudio crítico de la materia (auf ein gewissenhaftes kritisches Studium… gegründete Analyse gewonnen worden sind). Como señalaba a Oppenheim en una carta de 1842 “la verdadera Teoría (wahre Theorie) debe esclarecerse y desarrollarse dentro de condiciones concretas (konkreter Züstande) y a la luz de realidades dadas (bestehenden Verhältnissen).”[6] El rol central en Marx lo juega la Kritik, que entiende como un ambicioso método que supera la forma limitada de crítica de la izquierda existente (anclada en la razón teológica, “prisioneros de la Filosofía”) y con sus prejuicios en torno al sujeto revolucionario, la Masa. Para Marx, siguiendo el ritual de lectura jovenhegeliano, la Kritik tenía una multidimensión y su tarea era la de analizar y detectar lo irracional de toda positividad, de toda figura de la Historia, la no coincidencia entre lo real y lo racional, la precipitación en la inactualidad de toda institucionalidad creada. Esto como primer momento, pero en una segunda instancia, la Kritik tenía que precisar la pre-eminencia del futuro y elaborar (al menos plantear la problemática de manera correcta) de la intervención (teórico-práctica) en la dirección correcta. Tras lo real y lo racional, se abre en todo momento de la época burguesa una división marcada y actual en la cual puede fungir la crítica de lo existente; y el paso siguiente era que el fundamento de esta Kritik ya no era como en Hegel lo racional y la Idea que descubre y soporta exclusivamente la figura demiúrgica del filósofo, sino que para ser productiva necesita un corazón: “La cabeza de esta emancipación es la Filosofía; el corazón, el Proletariado” y en el candoroso suelo popular un nuevo sujeto denominado proletario: “la Filosofía encuentra sus armas materiales (ihre materiallen Waffen), el Proletariado encuentra en la Filosofía sus armas espirituales (seine geistigen Waffen).”[7] La nueva Kritik, comunista crítica, exige, como toda revolución, un elemento material pasivo (passiven Elementes), una base material (materiellen Grundlage), ya que “en un Pueblo la Teoría sólo se realiza en la medida en que es la realización de sus necesidades (Bedürfnisse)”, y precisamente la izquierda de la época carece de todos los elementos necesarios para convertir su teoría en crítica radical.
Aunque
esta ambiciosa obra finalmente nunca fue terminada, ya veremos las razones
complejas de la interrupción, podemos conjeturar que el primer libro, que
trataría sobre la Kritik a la Política, ¿acaso una etiología de la alienación
política de inspiración spinoziana?,[8]
consistiría en su trabajo crítico sobre la Filosofía del Derecho de Hegel, o
sea el trabajo incompleto escrito en 1843: Zur Kritik der Hegelschen
Rechtsphilosophie. Kritik des Hegelschen Staatsrechts; además de este trabajo
Marx considerará pertinente incluir la crítica a la izquierda realmente
existente, cuyos fundamentos son todavía la crítica teológica (theologische
Kritik), el campo de la izquierda jovenhegeliana que, aunque “al iniciarse el
movimiento representara un factor real de progreso”, ahora no es otra cosa que
“la culminación y la consecuencia, teológicamente caricaturizada del viejo
Trascendentalismo filosófico, especialmente del hegeliano. Esta interesante
justicia de la Historia, que condena a la Teología, desde siempre el lado
putrefacto de la Filosofía, a representar de por sí, además, la disolución
negativa (negative Auflösung) de la Filosofía, –es decir: su proceso de
putrefacción–, esta Némesis histórica, será extensamente demostrada por mí en
otra ocasión.”
El
primer aporte de esta “extensa demostración” será la Die heilige Familie, oder
Kritik der kritischen Kritik. Gegen Bruno Bauer & Konsorten de 1844, a la
que completará como pars destruens, que cancelará la tarea de exponer el
proceso de putrefacción de la izquierda alemana y francesa, Die deutsche
Ideologie de 1845-1846. Resulta claro para Marx que la Kritik de la Política no
sólo abarca la deconstrucción de la teoría más sofisticada de la burguesía
europea de la época (su punctum saliens era sin duda la Filosofía política de
Hegel), y la reacción contraliberal, sino los fundamentos equívocos de la
propia izquierda en sus desvaríos teóricos, en sus “utopías y declamaciones”
(simbolizados en la figura de Bruno Bauer pero también por Ludwig Feuerbach o
en el francés Proudhon) y en sus exponentes prácticos y militantes (Grün, Kriege,
Weitling). No es casualidad que Marx señalará que el nuevo Comunismo debía
tener como primera tarea la de deshacerse de estos “hermanos falsos”.[9]
El manuscrito de esta obra binaria de crítica político-económica parece o bien
haberse perdido más tarde, ya que por su correspondencia todavía existía
físicamente en 1847,[10]
o bien haberse destruido después de haberse reciclado en los textos económicos
de Marx de 1857, los manuscritos de 1857-1858 y la Kritik de 1859. Pero lo
importante es que Marx “detiene” su formación y exégesis de Economía Política
que había comenzado en París, Bruselas y en el viaje político-intelectual con
Engels a Manchester, para liquidar críticamente y por segunda vez a la “nueva”
izquierda alemana, la vanguardia teórico-práctica en esos momentos en Alemania.
Y aquí hay que señalar otro grueso error de marxólogos del Dia Mat, ya que era
un dogma indiscutible que Engels y Marx en esa época criticaban a los jóvenes
hegelianos (considerados un mero “grupo intelectual”, lo que no es cierto) por
su distanciamiento y posterior hostilidad frente a las masas, cuando en
realidad el Socialismo verdadero (whare Sozialismus) había crecido, se había desarrollado
e incluso había extendido su influencia precisamente en las masas! Por ello era
un problema actual, práctico real y por ello Engels y Marx le dedican no una,
sino dos extensas y detalladas críticas demoledoras en tan corto tiempo.[11]
El cambio del plan de redacción y publicación de la obra económica perdida,
Kritik der Politik und Nationalökonomie, indica la estrecha relación en Marx
entre problemática y metodología, ya que la forma de existencia más inmediata
(Daseinform) de la sociedad burguesa es la ideología y la política, y es a
través de este desenvolvimiento dialéctico que puede accederse a la Kritik de
las categorías de la Economía política. Es significativo ya que indica que Die
deutsche Ideologie alumbra un importante aspecto: que Marx no desarrolló la idea
comunista a partir de una parcial recuperación del corpus pre-existente o
deducida de una negación del objeto filosófico, sino que el neue Kommunismus (el
mismo Engels denomina a la nueva idea comunista de Marx en esta época como
“Comunismo crítico”, kritischen Kommunismus)[12] se configuró a
través de una discusión crítica (despiadada) con las formas teórico-prácticas
de comunismo y socialismo existentes; y que el valor de esta Kritik a la propia
izquierda es para Marx servir de insustituible propedeútica y acceso real al
problema de la plusvalía. Es decir: contra Althusser, el origen del Comunismo
crítico entre 1845-1846 revela que es inseparable el Marx político del Marx
filósofo, que no puede entenderse su crítica y su método sino desde un análisis
unificado de las dos dimensiones. Política y Teoría son en Marx se encuentran
en plena correspondencia y en recíproco: el trabajo político, y los problemas
que genera, contribuyen y alimentan la evolución teórica. No existe una
esquemática (e inexistente) subordinación absoluta y unidireccional en Marx de
lo teórico a lo político (como parecería subrayar cierta tradición
interpretativa engelsiano-stalinista). Es imposible de comprender (salvo
deformando en una reconstrucción abstracta, escolástica o vulgar) si se establece
una “lectura separada” y se anula y oblitera el nexo vital en Marx entre lo
político y el logos. El mismo Marx maduro reconocía en 1859 este toma y daca en
su evolución intelectual, su inseparable síntesis de teoría y política y
viceversa, cuando señalaba que “durante los años 1842-1843… me vi por primera
vez en el compromiso de tener que opinar acerca de lo que han dado en llamarse
‘intereses materiales’ (materielle Interessen)… me brindaron una primera
ocasión para ocuparme de problemas económicos (ökonomischen Fragen)”, para
señalar que ya en esos años liberales, le parecía que el Comunismo y Socialismo
realmente existente en la izquierda de la época, tanto en Alemania como en
Francia, una Stümperei, un dilentantismo sofisticado, chapucería teórico-práctica.
A partir de este momento Marx se esforzará por permanecer fiel a este programa
de investigación científica qua política.
Lo
cierto es que Marx hizo saber explícitamente a su editor Leske, en el verano de
1845, que se veía obligado a interrumpir su trabajo sobre la NationalÖkonomie
porque era indispensable para el lector, como acceso a la crítica de la
Economía Política, como una suerte de propedeútica al nuevo Standpunkt
comunista, la polémica ideológico-política-filosófica plasmada en Die deutsche
Ideologie. Entonces para Marx es muy claro que la crítica de la Política (y a
sus fundamentos filosóficos últimos) es la propedeútica indispensable para el
acceso y comprensión de la nueva idea comunista: Marx tiene en cuenta la
dimensión de la reproducción ampliada del capitalismo, ya que es el propio
System de cambio desarrollado (la sociedad burguesa) el que provoca necesariamente
la abstracción-ilusión política, proceso independiente y falsamente natural que
disuelve las relaciones de dependencia y dominio materiales, que en la
reproducción se presentan de tal manera que los individuos son ahora dominados
por “abstracciones”. Dirá Marx en los Grundrisse de 1857-1858 haciéndose eco de
la valencia política de la crítica a la Política de una década atrás: “La
‘Abstracción’ (Abstraktion) o la Idea (Idee) no es, sin embargo, nada más que
la expresión teórica (theoretische Ausdruck) de las relaciones materiales
(materiellen Verhältnisse) que los dominan. Como es natural, las relaciones
pueden ser expresadas sólo bajo la forma de ideas, y entonces los filósofos han
concebido como característica de la Modernidad la del dominio de las ideas,
identificando la creación de la libre individualidad con la ‘ruptura’ de este
dominio de las ideas. Desde el punto de vista ideológico (ideologischen
Standpunkt), el error era tanto más fácil de cometer por cuanto ese dominio de
las relaciones (esta dependencia material que, por otra parte, se transforma de
nuevo en relaciones de dependencia personales determinadas, pero despojadas de
toda ilusión) se presenta como dominio de ideas en la misma conciencia de los
individuos, y la fe en la eternidad de tales ideas, es decir: de aquellas
relaciones materiales de dependencia, es, of course, consolidada, nutrida,
inculcada de todas las formas posibles por las clases dominantes.”[13]
Si la Abstraktion política (cuya figura es el citoyen abstracto, formal,
constitucional, falsamente universal e igualitario), es el resultado necesario,
natural y objetivo de las relaciones materiales bajo el capitalismo, es más: un
resultado reforzado y reproducido por las instituciones dominantes, para Marx
resulta claro que la Kritik de la política, anular el signo igual entre la
existencia política y la existencia real (no escindida entre economía y política)
es el primer paso en el modo de exposición de su nuevo método, de su kritische
Kommunismus. Este cambio fundamental del plan de publicación por defectos en el
modo de representación de la crítica, en su Darstellung dialéctico, es quizá
tan o más importante para la comprensión de Marx que la sobredebatida
modificación de los libros del plan original de Das Kapital que tanto obsesionó
a políticos socialistas como Rosa Luxemburg, marxólogos de la talla de
Grossmann y especialistas burgueses en la primera mitad del siglo XX.[14]
Y el Marx maduro mantuvo esta tensión metodológica (de enorme consecuencias
científicas y políticas) que jamás abandonó.
Esto
quiere decir de manera fundamental que Die deutsche Ideologie (junto a Die
heilige Familie, el artículo “Die juden Frage” contra Bruno Bauer y la Kritik a
la filosofía del derecho de Hegel) eran autointerpretados por Marx como
antesalas a la disección de la anatomía de la sociedad burguesa, como
Vorbildung, Vorbereitungsunterricht… Es la crítica a la Política, la auténtica
Darstellung (presentación) de la idea comunista, lo que permite la
clarificación de la Kritik a la economía política, y no al revés; es ella la
que permite comprender en su totalidad lo que el Marx maduro llamará el System
der bürgerlichen Ökonomie, el sistema de la Economía burguesa (cuyos
componentes son Kapital, Grundeigenthum, Lohnarbeit, Staat, auswärtiger Handel,
Weltmark).[15]
Sin la Kritik de la política bourgeois y de la ideología de la izquierda
realmente existente, la secuencia dialéctica (Marx la denomina Reihenfolge, es decir: orden de sucesión) que
lleva de la forma mercancía a la forma estado y al mercado mundial del
capitalismo resulta incomprensible o incompleta. Se cae en lo que el Marx
llamará en los Grundrisse de 1857-1858 “manera idealista de exposición”, cuya
valencia política y científica es negativa.
Queda
sin sentido entonces el falso problema del punto ciego en la teoría de Marx que
supuestamente se habría “paralizado” por la “representación burguesa del
estado, de la política” que plantearon muchos marxistas confundidos (como
Althusser)[16],
que llegó a afirmar que “tampoco a propósito de la sociedad capitalista y el
movimiento obrero la teoría de Marx dice casi nada acerca del estado, ni sobre
la Ideología y las ideologías, ni sobre la Política”, o la crítica poco
fundamentada desde el ala izquierda del Liberalismo (del que una muestra es el
extenso debate circular generado por el filósofo liberal Norberto Bobbio)[17]
no solo de la discontinuidad absoluta entre un Marx juvenil y uno maduro, sino
además de la eventual disimetría en la obra de Marx entre el desarrollo de la
crítica de lo político (entendida como análisis histórico-estratégico de las
formas del estado, a la ideología y la conciencia) y el de la economía
política. Dos críticas, dos objetos, ya que para Marx el capitalismo es la
escisión en economía y política, la famosa “lógica específica del objeto
específico”. La crítica de la alienación política (como “abstracción
realizada”) y de la ideología no es una mera via regia a Das Kapital, no
significa su reducción lineal ni una sucesión genealógica, ni siquiera la
dimensión obsoleta de un “Marx premarxista” (Althusser) sino su vital
complemento y necesaria propedéutica. Puede decirse que desde 1844 Marx
consideró la unidad indisoluble de las dos críticas pero con un rol diferente
de cada uno de ellas dentro del nuevo método materialista, dentro del marco del
“nuevo Comunismo” o del “Comunismo crítico” (Engels).
Coincidimos
en la idea que si existe algo como un “programa de investigación científica” en
Marx, es imposible considerarlo como tal sin establecer un nexo necesario con
el programa de los clásicos (Spinoza-Leibniz-Kant-Hegel-Fichte). Si, siguiendo
el juicio del Engels tardío, de la “descomposición de la escuela hegeliana”
brotó una nueva corriente, y el concepto de Auflösung, des-composición, puede
entenderse como ruptura y actividad de “desordenar” y “corromper” el System de
Hegel, y por qué no, de “discontinuarlo” desde una inversión materialista. En
pocas palabras: si de éste materialistischen Standpunkt crítico sobre el
(joven) Hegelianismo es de donde surgió la idea comunista moderna (“asociada
primordialmente al nombre de Marx” como no se cansaba de subrayar Engels), es
evidente que entonces como pars destruens terminal, el manuscrito de la Die
deutsche Ideologie tiene una importancia crucial, tanto, igual o mayor que la
tan remarcada crítica de la ökonomische Politik de 1857-1859, para entender el
núcleo científico del programa de exposición e investigación marxiano.
[1] Marx, Karl; Zur Kritik der politischen Ökonomie; Franz Duncker, Berlin, 1859;
ahora en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke,
Band 13, (Karl) Dietz Verlag, Berlin-DDR, 1971, p. 10 y ss.; en español: Marx,
Karl; Contribución a la Crítica de la
Economía Política, Siglo XXI, México, 1980, p. 6 y ss.
[2] En una carta a Annenkov del 28
de diciembre de 1846; en español: Karl Marx; Miseria de la Filosofía. Respuesta
a la ‘Filosofía de la Miseria’ del señor Proudhon; Siglo XXI, Buenos Aires,
1974, p. 183.
[3] El contrato original en: MEGA (2), III/1, pp. 851/852; véase la
introducción de Maximilien Rubel a: Marx, Karl; Ouvres. Tome II. Economie, Bibliothéque de la Pléiade, Paris, 1968,
p. LIV y ss.; especialmente sobre este proyecto, las páginas LXIII-LXVII.
[4] Marx,
Karl; “Ökonomisch-philosophische Manuskripte. Vorrede”; en: Marx, Karl/ Engels,
Friedrich; Werke, Ergänzungsband, 1. Teil, Dietz Verlag, Berlin (DDR),
1968, pp. 467-468; en español: Marx, Karl; “Manuscritos económico-filosóficos
de 1844. Prólogo”, en: Escritos de
Juventud, FCE, México, 1982, p. 557-559.
[5] Luporini, Cesare; “Critica della
politica e critica dell'economia politica”; en: Critica Marxista, XVI, 1978, p. 22; aunque creemos que Luporini se
equivoca al plantear la existencia invariante en Marx de dos críticas
separadas: una de carácter específico a la materia tratada y otra crítica a la
filosofía especulativa en sí.
[6] Carta al gerente del diario
liberal Rheinische Zeitung, Dagobert
Oppenheim, 25 de agosto, 1842.
[7] Marx,
Karl; “Zur Kritik der Hegelschen Rechtsphilosophie. Einleitung”; en: Karl Marx/ Friedrich
Engels; Werke, Band 1, (Karl) Dietz Verlag, Berlin (DDR). 1976, p. 391; en
español: Marx, Karl; “Manuscritos económico-filosóficos de 1844. Prólogo”, en: Escritos de Juventud, FCE, México, 1982,
p. 502.
[8] Véase el trabajo poco conocido
del joven Marx sobre el Spinoza político: Marx, Karl; “Exzerpte aus Benedictus
de Spinoza”; en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich;Gesamtausgabe, Teil 1, Band 10, Text und Apparat, Dietz Verlag,
Berlin (DDR), 1976 pp. 233-276; en español: Marx, Karl; Cuaderno Spinoza; estudio preliminar, notas y traducción de Nicolás
González Varela; Montesinos, Mataró, 2012.
[9] Carta de Marx a Weydemeyer, del 1 de
febrero de 1859.
[10] En una carta a Annenkov del 28 de
diciembre de 1846, Marx le comunica, discutiendo el libro de Proudhon Philosophie de la Misére, que “hubiera
querido envíarle con esta carta mi libro acerca de Economía Política, pero,
hasta ahora, no me ha sido posible imprimirlo y tampoco el de las críticas a
filósofos y socialistas alemanes del cual le hablé en Bruselas.”, o sea: Die deutsche Ideologie; en español: Karl
Marx; Miseria de la Filosofía. Respuesta a la ‘Filosofía de la Miseria’ del
señor Proudhon; Siglo XXI, Buenos Aires, 1974, p. 183. El gran marxólogo
Maximilien Rubel se pregunta ¿qué libros, qué críticas? Y especula que incluso
puede ser una exageración de Marx, ya que el trabajo original pensado para
Leske estaba interrumpido sine die, y
concluye que en Marx aparecía una urgente necesidad de polemizar contra los
ideólogos y filósofos de la izquierda alemana por su creciente hegemonía en los
círculos obreros y en la Intelligentsia
progresista y liberal.
[11] Sin contar los artículos, panfletos y
circulares polémicos contra la misma tendencia.
[12] Engels, Friedrich:
“Zur Geschichte des Bundes der Kommunisten”; en: Sozialdemokrat, Nr. 46, 47 und 48 vom 12. 19. und 29. November
1885, luego como parte del Broschüre:
Karl Marx, Enthüllungen über den
Kommunisten-Prozeß zu Köln, Neuer Abdruck mit Einleitung von Friedrich
Engels und Dokumenten, Hottingen-Zürich 1885; ahora en: Karl Marx/Friedrich
Engels; Werke. Band 21, (Karl) Dietz
Verlag, Berlin (DDR), 1975, p. 215.
[13] Marx, Karl; “Grundrisse der Kritik der
politischen Ökonomie”, en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich; Werke, Band 42, Dietz Verlag, Berlin (DDR), 1983, pp. 98-99; en
español: Marx, Karl; Elementos
fundamentales para la crítica de la Economía política (Grundrisse 1857-1858);
Siglo XXI, México, 1986, pp. 93-94.
[14] O sea: entre el plan primitivo de 1857
(quizá generado de la obra inconclusa propuesta a Leske ya que contenía el
esquema de materias aunque no el de seis niveles de abstracción o “libros”) y
el de 1865-1866 de cuatro partes o procesos; véase el trabajo clásico de Román
Rosdolsky: Génesis y estructura de ‘El
Capital’ de Marx. Estudio sobre los ‘Grundrisse’; Siglo XXI, México, 1983,
capítulo “La estructura de la obra de Marx”, p. 36 y ss.; sobre los cambios de
plan de Marx sobre el sistema económico-político burgués y la historia genética
de Das Kapital el trabajo del agudo
colaborador de la Escuela de Frankfurt, Henryk Grossmann: “Die Änderung des
ursprunglichen Aufbauplans des marxschen ‘Kapital’ und ihren Ursachen”, en: Archiv für die Geschichte des Sozialismus
und der Arbeiterbewegung, Leipzig, XIV, 1929, pp. 305-338; en español:
“Modificación del plan originario de la estructura de ‘El Capital’ de Marx y
sus causas”; en: Ensayos sobre la teoría
de las crisis. Dialéctica y metodología en ‘El Capital’; Pasado y Presente,
México, 1979, pp. 41-70.
[15] Es decir y en orden lexicográfico:
Capital, gran Propiedad, Trabajo asalariado, Estado, Comercio exterior, Mercado Mundial; en: Marx,
Karl; Zur Kritik der politische Ökonomie;
original de 1859, ahora en: Marx, Karl/ Engels, Friedrich - Werke, (Karl) Dietz
Verlag, Berlin. Band 13, 7. Auflage 1971, Berlin (DDR), 1971, p. 7; en español:
Contribución a la crítica de la Economía Política, Siglo XXI Editores,
México, 1980, p. 3.
[16]
Althusser,
Louis; “El Marxismo como teoría ‘finita’”; en: AA.VV.; Discutir el Estado. Posiciones frente a una tesis de Louis Althusser;
Folios Ediciones, México, 1982, p.13.
[17] Un debate que tuvo como foro la revista
del PSI, Mondo Operario: Bobbio,
Norberto; “¿Esiste una dottrina marxista dello Stato?”, en:AA.VV., Il Marxismo e lo Stato, Roma, Quaderni
di Mondo Operaio, Roma, 1976; en español: Qué
socialismo: Discusión de una alternativa; Plaza&Janés, Barcelona, 1978.
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