
A contracorriente de la actual moda anti-teórica en las
ciencias sociales, así como a contracorriente de la supuesta tendencia en el
ámbito partidista hacia el “centro” –que sólo son dos expresiones de la misma
pereza mental, llamada ostentosamente “fin
de los grandes relatos”– queremos retomar aquí uno de los grandes temas de
los debates del siglo XX, que es la lectura crítica, no dogmática del gigante
decimonónico de la crítica a la actual forma económica y social. Uno de los
puntos centrales de su obra magna, El capital, es su crítica a la actual
irracionalidad, no solamente en términos económicos, sino también en términos
intrasubjetivos. Las grandes paralelas que podemos ver en los conceptos
Marxianos de fetichismo, cosificación y apariencia objetiva con
la crítica Freudiana (e incluso Nietzscheana) a la supuesta racionalidad
omnipresente de nuestra actual subjetividad, es uno de los puntos claves
por qué el posterior marxismo occidental, sobre todo la Teoría Crítica,
pudieron confrontar de manera tan productiva a tales pensadores y sus
aportaciones centrales.
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Stefan Gandler |
Lamentablemente, la actual crítica a las ingenuidades de la
teoría y realidad moderna se subordinó de tal manera al actual dogma
antimarxista –salvo algunas contadas excepciones–, que la nueva teoría crítica
tímidamente se formula en el incipiente siglo xxi en relación a la existente
irracionalidad dentro de la sociedad altamente racionalizada,
cortando una de sus raíces más fuertes y más nutridas, ya no se atreve a
releer con la debida calma y libertad los escritos de Karl Marx. A pesar de las
consecuencias que ello pueda tener para el futuro profesional de cada uno, y a
pesar de las omnipresentes suspicacias de muy probablemente ser apologista del
viejo dogmatismo tipo soviético, no está demás tomarnos la libertad de
releer aun en el siglo XXI a uno de los autores centrales que han hecho posible
la mayor parte del debate socio teórico del siglo XX.
Trataremos en lo siguiente de presentar los conceptos de fetichismo, cosificación
y apariencia objetiva en su relación con el doble concepto de ideología de
Marx, con especial énfasis en sus textos de la crítica de la economía política.
Consideramos para ello una de las ideas básicas que tenían los autores de la
Teoría Crítica de la Escuela de Frankfurt al leer a Marx, que es: Marx no es
necesariamente más “filósofo” en sus textos en los cuales usa más una
terminología típica de la filosofía académica, que en sus escritos considerados
por lo general “económicos”, donde se encuentran a menudo reflexiones filosóficas
de gran importancia.
Ahora bien, se toman aquí como punto de partida dos textos
fundamentales: el prólogo de 1859 a la Contribución a la crítica de la
economía política1 y el párrafo sobre “El carácter fetichista de la mercancía y
su secreto”, en la segunda edición del tomo primero de El capital. En
dichos textos, no se formula un concepto académico de ideología y el concepto
de “apariencia objetiva” aparece en El Capital apenas en el tercer tomo.
En el segundo texto, sobre el fetichismo, tampoco aparece la palabra
“ideología”. Hasta qué punto, empero, está contenido ahí un concepto de
ideología –vinculado con el de cosificación, fetichismo y apariencia
objetiva– de gran importancia para la teoría del conocimiento, es algo que
vamos a tratar de describir en esta relectura de Marx al y para el inicio del
siglo XXI.