
Eugenia Rodríguez
Vivimos una realidad paradójica. Un cúmulo de estímulos
acompañan nuestra existencia día y noche, las 24 horas del día, los 365 días
del año. Parece que hoy no hay tiempo para darle la bienvenida al aburrimiento,
sin embargo lo recibimos con frecuencia y facilidad.
Hacemos del aburrimiento la antesala a la próxima búsqueda
de gratificación inmediata. Apatía, indiferencia y pérdida de interés en
nuestras relaciones con terceros -rápida, por no decir súbita- y en lo que
hasta el momento formaba parte de nuestro estilo de vida, son algunos síntomas
que llegan sin avisar para instalarse de lleno en nuestro estado anímico.
Lo que hoy atrapa nuestra atención, mañana nos es invisible.
Y así vamos afinando cada vez más nuestro expertise en el manejo del
"úsese y tírese", a la vez que hacemos de la distracción permanente
nuestro modus operandi en sociedad. Una sociedad de consumo que describe lo que
el sociólogo Zygmunt Bauman llama modernidad "líquida", término que
acuñó desde hace más de 10 años para retratar la condición humana y la
moralidad en la era posmoderna del siglo 21, en contraste con la
"solidez" que caracterizó a la sociedad de un siglo anterior. En su
libro "Modernidad Líquida", el sociólogo polaco de origen judío,
señala que "la modernidad 'sólida' era una época de compromiso
mutuo", mientras que "la modernidad 'fluida' es una época de
descompromiso, elusividad, huida fácil y persecución sin esperanzas". En
la modernidad "líquida", dice, "dominan los más elusivos, los que
tienen libertad para moverse a su antojo".
Es en esta época de incertidumbre, saturada de oportunidades
que difícilmente pueden ser ignoradas, donde también destacan los más hábiles
para el desapego emocional, son los trotamundos, explica Bauman, que
"harán lo imposible para imitar a los felices 'globales' que viajan
livianos; y no derramarán demasiadas lágrimas al deshacerse de todo aquello que
obstaculiza sus movimientos".
El cuadro clínico del
malestar
[…] el filósofo lituano Leonidas Donskis argumenta que hoy
en día vivimos de prisa y es en esta carrera de vida donde vamos dejando atrás
los vínculos humanos.
Por lo mismo, enfatiza que las relaciones humanas no pueden
darse por sentado y que gran parte de nuestro tiempo debe invertirse en su
desarrollo, en trabajar en su estabilidad.
Pero al vivir inmersos en esta “liquidez” que se traduce en
un estilo de vida acelerado, estamos lejos de permitir “distraernos” en los
asuntos del otro. Y a falta de tiempo para intimar con otros seres humanos que
demandan nuestra atención, nos valemos de respuestas que Donskis describe como
“readymade” –automáticas o prefabricadas, por asi decirlo-, como salvavidas que
nos libera de comprometernos con los demás. El concepto de “pérdida de tiempo”
recibe un significado aún más exigente: ya no solo es sinónimo de mera vagancia
o de disfrutar por un momento del placer de hacer “nada”. También se “pierde
tiempo” si hacemos un corte en la filmación de nuestra película de vida, para
alimentar nuestras relaciones interpersonales y cederles un espacio de
protagonismo.
Para Donskis esto es un problema, “porque si no tenemos
tiempo para otros seres humanos, no podemos desarrollar nuestro potencial
(...); lo que Bauman está describiendo (entonces) es la pérdida de la
sensibilidad humana, de la capacidad de respuesta humana”.
Un problema en video
"The trouble with being human these days" es un
documental dirigido por el polaco Bartek Dziadosz, que parte del compendio de
conceptos sociológicos de Zygmunt Bauman para retratar el lado oscuro de
nuestra sociedad contemporánea: http://bit.ly/IQ7xuM
Entrevista con Leonidas Donskis, Miembro del Parlamento
Europeo, filósofo, teórico político, historiador y analista social, autor de
más de 30 libros, entre ellos “Modernity in Crisis: A Dialogue on the Culture
of Belonging” y “Troubled Modernity and the Modern World”, ambos dedicados a
Zygmunt Bauman
![]() |
Leonidas Donskis @ Daukantas |
Somos un commodity
El filósofo Leonidas Donskis dice que el problema del
padecimiento actual de la modernidad reside en el modelo económico de vida que
la globalización ha impuesto. Ya lo dijo Zygmunt Bauman en su libro “Amor
Líquido”: “el éxito principal y más trascendente de la ofensiva del mercado
hasta el momento ha sido la gradual (...) aunque sistemática erosión de las
habilidades de sociabilidad”.
Un deterioro que se acentúa, según Bauman, “(...) por la tendencia, inspirada por el
modelo de vida consumista dominante, a tratar a los otros seres humanos como
objetos de consumo según la cantidad de placer que puedan llegar a ofrecer y en
términos de ‘costo- beneficio’”.
Somos, entonces, un commodity
más. Y es que la ambición de una sociedad de consumo es tal, que la compra
(desmedida) de productos no es suficiente: también se le da la bienvenida al
consumo de seres humanos. Donskis argumenta que así como consumimos otros
individuos, también hacemos de nosotros mismos un instrumento de valor de
cambio a la hora de presentarnos ante los demás.
A este proceso de venta se suma como valor agregado nuestra
educación y currículum, dice, así como “la
manera en la que hacemos una descripción de nosotros mismos, de nuestras
habilidades y nuestras competencias. Todo esto delata nuestra capacidad de
tratar con nosotros mismos como mercancías”. Y es bajo este caos de modelo
de vida consumista que opera la sociedad “líquida moderna”, renuente al orden,
a lo perdurable, a lo estático, al apego y a todo aquello que pueda representar
una amenaza para limitar o detener su ritmo de flujo, a “solidificarse”.
Para Donskis, el consumismo es “el malestar de nuestros
tiempos” y lo que hay detrás de este malestar es “nuestra incapacidad para
desarrollar el arte de vivir”.
Para todo mal, existe
una cura
El inventario de oportunidades que tenemos a nuestro alcance
día a día agrava nuestro padecimiento, pues ser inmune a la tentación de lo que
se presenta como nuevo –y más atractivo que lo de ayer-, es un reto que el
hombre de la modernidad “líquida” no está dispuesto a enfrentar.
De hecho, en la sociedad de consumo la clave está en cazar
cada una de las opciones, de manera que la estimulación sea constante, pero
queda prohibida su explotación total; hay que estar alerta y evitar distraernos
en la satisfacción absoluta de un deseo, para no dejar escapar nuevas y
“mejores” oportunidades.
O como lo explica Bauman, “para que las posibilidades sigan
siendo infinitas, no hay que permitir que ninguna de ellas se petrifique
cobrando realidad eternamente. Es mejor que sigan siendo líquidas y fluidas,
con ‘fecha de vencimiento’, para evitar que despojen de accesibilidad a las
otras oportunidades, matando de ese modo la incipiente aventura”, como sucede
con las relaciones humanas, por ejemplo.
Pero para todo mal existe una cura. Todo retrato –visual o
sociológico- provoca una reacción, o debería de. El primer paso está en buscar
la forma de paliar los síntomas del malestar de un tejido social fragmentado en
el que opera nuestra actual modernidad “líquida”, desde un campo de acción
personal –aunque no individual-, con mirada al bien común.
Lecciones de la
crisis global, según Donskis
1. “Tenemos que ser
más sensibles con otros países, con otras sociedades, con otros individuos.
Como Bauman dice, ‘tenemos que redescubrir la capacidad de los humanos para
responder, la sensibilidad humana’ ”
2. “Un ser humano
necesita de otro ser humano. No creo que podamos restablecer nuestra esperanza
sin reconstruir nuestras asociaciones de poder. Algo tiene que realizarse con
nuestros modelos de educación, algo tiene que realizarse con nuestra educación,
y con nuestra cultura intelectual”
3. “Tenemos que pensar
sobre algunas cosas que son más duraderas y más confiables (...) lo que
verdaderamente permanece son las conexiones humanas (...) tenemos que ser más
modestos, menos arrogantes, pensar menos en nuestro éxito, en nuestro poder en
términos de nuestro éxito económico o poder político. Es mejor pensar en
términos de solidaridad humana, estabilidad, diálogo, entendimiento mutuo”.
Leonidas Donskis
Correo electrónico: leonidas.donskis@europarl.europa.eu
Web: http://www.donskis.l
Correo electrónico: leonidas.donskis@europarl.europa.eu
Web: http://www.donskis.l