
Sin cuartel: pedimos
que se repudie el racismo y el antisemitismo de Gilad Atzmon
Sin que nadie se lo haya pedido, hace ya muchos años que Gilad Atzmon, un músico nacido en Israel que vive actualmente en el Reino Unido, se dedica a definir el movimiento palestino, la naturaleza de nuestra lucha y la filosofía que la sustenta. Lo hace a través de sus diversos blogs y sitio web, en discursos y en artículos. En la actualidad está de gira en USA para promocionar su libro más reciente, titulado The Wandering Who?
Sin que nadie se lo haya pedido, hace ya muchos años que Gilad Atzmon, un músico nacido en Israel que vive actualmente en el Reino Unido, se dedica a definir el movimiento palestino, la naturaleza de nuestra lucha y la filosofía que la sustenta. Lo hace a través de sus diversos blogs y sitio web, en discursos y en artículos. En la actualidad está de gira en USA para promocionar su libro más reciente, titulado The Wandering Who?
En esta carta pedimos a los compañeros organizadores
palestinos, así como a los activistas de solidaridad con Palestina y a los
aliados del pueblo palestino, que repudien a Atzmon y tengan en cuenta el
peligro que corren al apoyar el trabajo político y los escritos de Atzmon y al
proporcionarle plataformas para su difusión. Lo hacemos como organizadores y
activistas palestinos de todos los continentes, campañas y posiciones ideológicas.

Los palestinos se han enfrentado a dos siglos de dominación
orientalista, colonialista e imperialista de nuestros países de origen. Y, como
palestinos, consideramos ese lenguaje inmoral y totalmente ajeno al humanismo,
la igualdad y la justicia en los que se basa la lucha por Palestina y su
movimiento nacional. Tal como un sinnúmero de activistas y organizadores
palestinos, de sus grupos, asociaciones y campañas atestiguaron a lo largo del
siglo pasado, nuestra lucha nunca fue y nunca será contra los judíos o el
judaísmo, por mucho que el sionismo insista en que nuestros enemigos son los
judíos. Muy al contrario, nuestra lucha es contra el sionismo, un movimiento
moderno de asentamiento colonial europeo similar a los de otras muchas partes
del mundo que tratan de desplazar a los pueblos nativos para construir nuevas
sociedades europeas en sus territorios.
Reafirmamos que en este análisis histórico y fundacional de
nuestra lucha no hay lugar para los ataques contra nuestros aliados judíos,
contra los judíos o contra el judaísmo; tampoco para la negación del Holocausto
o para ningún tipo de alianza con teorías conspiracionistas, de extrema derecha
o argumentos, asociaciones y entidades orientalistas o racistas. La lucha
contra el sionismo y el poder ilegítimo de las instituciones que apoyan la
opresión de los palestinos, así como contra el uso ilegítimo de la identidad
judía para proteger y legitimar la opresión, nunca debe convertirse en un
ataque contra la identidad judía ni menospreciar y negar las historias de
judíos en toda su diversidad.
De hecho, consideramos que cualquier intento de vincular y
adoptar un lenguaje antisemita o racista, aunque sea dentro de una política
autodenominada antimperialista y antisionista, tiene como resultado la
reafirmación y la legitimación del sionismo. Además de ser inmoral, este
lenguaje oculta el papel fundamental del imperialismo y el colonialismo en la
destrucción de nuestro territorio, en la expulsión de sus habitantes y en el
mantenimiento de los sistemas e ideologías de opresión, apartheid y ocupación.
Este lenguaje es ajeno a la verdadera solidaridad con Palestina y su pueblo.
El objetivo del pueblo palestino siempre ha estado claro: la
autodeterminación. Y sólo podremos ejercer ese derecho inalienable a través de
la liberación, el retorno de nuestros refugiados (la mayoría absoluta de
nuestro pueblo) y la igualdad de derechos para todos mediante la
descolonización. En ese sentido, estamos al lado de todos los movimientos que
exigen justicia, dignidad humana, igualdad y derechos sociales, económicos,
culturales y políticos. Nunca pondremos en peligro los principios y el espíritu
de nuestra lucha de liberación. No vamos a permitir que un falso sentido de la
oportunidad nos lleve a una alianza con los que atacan, calumnian o tratan de
dirigir nuestra fraternidad política con todas las luchas de liberación y los
movimientos a favor de la justicia.
Como palestinos, ya estemos en Palestina o en el exilio,
tenemos la responsabilidad colectiva de orientar nuestra lucha de liberación
popular. Debemos proteger la integridad de nuestro movimiento y, para ello,
tenemos la obligación de asegurarnos de que aquellos a quienes proporcionamos
plataformas de expresión respeten estos principios.
Cuando el pueblo palestino llama a la autodeterminación y a
la descolonización de nuestra patria lo hace con la promesa y la esperanza de
una comunidad fundada en la justicia en la que todos sean libres, iguales y
bienvenidos.
Hasta la liberación y el retorno.
Firmado:
Firmado:
Ali Abunimah
Naseer Aruri, Professor Emeritus, University of Massachusetts, Dartmouth
Omar Barghouti, human rights activist
Hatem Bazian, Chair, American Muslims for Palestine
Andrew Dalack, National Coordinating Committee, US Palestinian Community Network
Haidar Eid, Gaza
Nada Elia, US Academic and Cultural Boycott of Israel
Toufic Haddad
Kathryn Hamoudah
Adam Hanieh, Lecturer, School of Oriental and African Studies (SOAS), London
Mostafa Henaway, Tadamon! Canada
Monadel Herzallah, National Coordinating Committee, US Palestinian Community Network
Nadia Hijab, author and human rights advocate
Andrew Kadi
Hanna Kawas, Chair person, Canada Palestine Association and Co-Host Voice of Palestine
Abir Kobty, Palestinian blogger and activist
Joseph Massad, Professor, Columbia University, NY
Danya Mustafa, Israeli Apartheid Week US National Co-Coordinator & Students for Justice in Palestine-University of New Mexico
Dina Omar, Columbia Students for Justice in Palestine
Haitham Salawdeh, National Coordinating Committee, US Palestinian Community Network
Sobhi Samour, School of Oriental and African Studies (SOAS), London
Khaled Ziada, SOAS Palestine Society, London
Rafeef Ziadah, poet and human rights advocate
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Respuesta a Ali
Abunimah & Cía.
Gilad Atzmon
El hecho de que Ali Abunimah y Cía. se presenten a sí mismos como los defensores de un “Estado democrático en Palestina” me deja perplejo: ¿Qué clase de democracia tienen en mente? La carta que han publicado pidiendo que se me “repudie” demuestra sin lugar a dudas que no son capaces de tolerar la crítica cultural más elemental, una crítica que ha sido avalada y apoyada por algunos de los pensadores más admirados de nuestro movimiento y de fuera de él.
Gilad Atzmon
El hecho de que Ali Abunimah y Cía. se presenten a sí mismos como los defensores de un “Estado democrático en Palestina” me deja perplejo: ¿Qué clase de democracia tienen en mente? La carta que han publicado pidiendo que se me “repudie” demuestra sin lugar a dudas que no son capaces de tolerar la crítica cultural más elemental, una crítica que ha sido avalada y apoyada por algunos de los pensadores más admirados de nuestro movimiento y de fuera de él.
De hecho, estoy encantado de las reacciones indignadas que
despiertan mis alegatos. Supongo que éstas nos permiten dibujar un mapa del
discurso y de sus fronteras, ahora que éstas son ya oficiales. Mi último libro,
The Wandering Who?, no solamente ha levantado ampollas, sino que también ha
logrado unir a Alan Dershowitz y Abe Foxman con Ali Abunimah y Max Blumenthal,
lo cual es muy alentador, ya que significa que la paz es posible.
Dicho lo cual, también tengo una mala noticia para quienes
pretenden que me calle, ya sean palestinos o judíos. No tengo la menor
intención de hacerlo. Soy un músico de jazz y un pensador independiente. Soy mi
propio patrón y eso significa que digo lo que pienso y pienso lo que digo. La
popularidad de mis escritos entre palestinos, activistas solidarios y
buscadores de la verdad es el resultado directo de mi sincera implicación en
esta causa.
Lo acepten o no mis detractores, la fuerza de mis argumentos
se basa en la transparencia y la veracidad de mis premisas. Hasta ahora,
ninguno de mis oponentes ha sido capaz de encontrar una sola contradicción en
mis argumentos o en los hechos que cito. Por ejemplo, afirmo lo siguiente: dado
que Israel se define como el Estado de los judíos, con sus tanques y sus
aviones decorados con símbolos judíos, nosotros tenemos el deber de preguntar:
¿Quiénes son los judíos? ¿Qué es el judaísmo? ¿Qué es la judeidad?
El hecho de que algunos activistas no se atrevan a plantear
tales preguntas no significa que el resto de nosotros deba comportarse con
igual cobardía.
En el caso supuesto de que mis detractores –sean estos
sionistas, sionistas antisionistas o palestinos– no lo sepan todavía, Palestina
ya no está sola y ha dejado de ser un discurso aislado y remoto. En el mismo
instante en que escribo estas líneas, el AIPAC está pública e implacablemente
empujando a USA a un nuevo conflicto global. En Gran Bretaña, el 80 por ciento
de los parlamentarios conservadores son miembros de los Amigos Conservadores de
Israel. Lo que estamos presenciando es un ostensible cambio sionista desde el
discurso de la “tierra prometida” al del “planeta prometido”. Estoy convencido
de que si llamamos a las cosas por su nombre podríamos salvar al mundo –lo cual
incluye a usamericanos, británicos, iraníes, palestinos y también a los judíos–
de los terribles desastres que pueden infligirle los grupos judíos de presión.
Lo triste es que Ali Abunimah haya tergiversado mi discurso.
Es evidente que en mis escritos no hay racismo, antisemitismo ni negación del
Holocausto. Por mucho que mis detractores traten de encontrarlos, nadie ha
logrado identificar un solo detalle de tales tendencias en mi obra. Ali
Abunimah dice que yo he dicho que “no es posible autodescribirse como judío y
ser solidario con Palestina, porque identificarse como judío es ser sionista”,
lo cual es una interpretación absurda de mi escritura, en la que siempre me
esfuerzo por definir la cuestión en términos categóricos. Es obvio que a lo que
me opongo es a la exclusividad racial judía. Lo que yo digo es que si Israel se
equivoca por ser un Estado sólo para judíos, lo mejor que pueden hacer sus
críticos judíos es hacerle frente desde una ideología y una práctica inclusivas
y universales.
Estoy en contra de la política de la identidad judía, de la
cultura judía y de la ideología judía. También lo estoy de la actitud cultural
judía con respecto a la historia. Estoy en contra de la judeidad y de cualquier
forma de activismo político judío exclusivista. Y me pregunto, ¿por qué razón
alguien que busca la justicia y la paz se opondría a mi enfoque? ¿Acaso la
cultura o la política de identidad judías deben estar al abrigo de la crítica?
¿Será que los judíos son el pueblo elegido?
Lamento decepcionar a mis oponentes palestinos y judíos,
pero parece que su léxico es erróneo y engañoso: el sionismo no es un
colonialismo, pues éste se define como un intercambio material entre una madre
patria y un Estado colonizado. El hecho de que no exista madre patria judía
sugiere que el sionismo no se ajusta al modelo colonial.
Israel tampoco es un Estado de apartheid, ya que éste se
define por la explotación de los residentes nativos. Pero el Estado judío
prefiere que los palestinos simplemente desaparezcan por completo. En otras
palabras, el sionismo es un proyecto racial expansionista no muy distinto del
Lebensraum de los nazis.
Israel no es el sionismo y el sionismo no es Israel. Israel
es el resultado del proyecto sionista. Si el sionismo es la promesa de
establecer un “hogar nacional judío en Palestina”, Israel es su producto
posrevolucionario. De hecho, los israelíes apenas conocen el pensamiento y la
ideología sionistas. Para ellos, la cantinela antisionista es un discurso
remoto de la diáspora.
Shalom no significa paz, reconciliación y armonía. Su
traducción exacta en español es “seguridad para los judíos”. La cultura israelí
carece de una clara noción de “paz” tal como nosotros la imaginamos, es decir,
armonía y reconciliación.
Sugiero a mis detractores que piensen en esto para que lleguen
a entender que las cuestiones relacionadas con este conflicto y su resolución
van más allá del mero discurso político.
Quiero aprovechar esta oportunidad para señalar a mis
rivales que su campaña es contraproducente. Quienes muestran interés por mis
ideas saben que vivimos en una era pospolítica y posideológica. Su objetivo,
como el mío, es ético. No son “miembros de un partido” ni obedecen “órdenes” de
ningún grupo sectario o ideología. Sólo escuchan a su corazón. Las
organizaciones propalestinas que patrocinan la actual gira promocional de mi
libro y mis conciertos en USA saben perfectamente que mi obra pretende
establecer una línea divisoria entre la verdad y los enemigos de la verdad.
A pesar de la implacable campaña de desprestigio en contra de
mis escritos, lo único que han logrado es sacar a la luz que existe una
rigurosa intolerancia intelectual entre nosotros. Si se oponen a mi
pensamiento, tendrán que aprender a debatir. Pero antes de hacerlo, mis
detractores deberán leer mi libro y decidir a qué se oponen exactamente.
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http://www.gilad.co.uk/writings/washington-report-to-disavow-or-debate-gilad-atzmon.html |
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Traducidos por Manuel Talens para Tlaxcala
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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=146659 |