
Para Gramsci todo el
mundo es intelectual pues incluso en cualquier trabajo físico: "Todos los hombres son intelectuales,
pero no todos tienen en las sociedad la función de intelectuales. Todos los
hombres, al margen de su profesión, llevan a cabo alguna actividad intelectual
"pues participan en una concepción del mundo [...]”.
Gramsci por ello quiere aportar un nuevo significado al
término intelectual: un intelectual ligado al desarrollo de la organización
política de la clase obrera. "...el
partido cumple esta misión subordinada [...] hasta convertirlos en
intelectuales políticamente calificados, en dirigentes y organizadores de toda
clase de actividades y funciones [...]”.
Gramsci considera necesario el contacto entre intelectuales
y "simples" para crear un bloque intelectual-moral que haga posible
un progreso intelectual de la masa y no únicamente a reducidos grupos
intelectuales.
También todos los hombres son filósofos, afirmaba Gramsci,
ya que en la creación de un grupo social también se crea una filosofía
particular. Partiendo de esa base, Gramsci aboga por una enseñanza basada a
formar al alumno para que elabore críticamente su propio pensamiento, y no
limitar a mostrar la filosofía pasada, evitando que caiga en el hombre-masa,
que es aquél que no formula su propia crítica y se vuelve conformista. Acepta
las cosas tal como le vienen sin preguntarse o cuestionarse, estando por ello,
lleno de prejuicios y mezquindad. "Cuando
la concepción del mundo no es crítica y coherente sino, ocasional y dispersa,
se pertenece, simultáneamente a una multiplicidad de hombres-masa y la
personalidad propia está compuesta de raro modo. [...] La elección y crítica de
una concepción del mundo es también un hecho político."
Gramsci critica la educación
"por atiborrarles la cabeza
de fórmulas y palabras que en su mayoría no le dicen nada y pronto las
olvida." "la escuela los formará con escrúpulos y conciencia
burocrática, y mecánica..."
Gramsci cita a un nuevo tipo de filósofos "el filósofo
democrático", esto es; "el filósofo
convencido de que su personalidad no se encierra en su propia
individualidad..."
Lo importante para
Gramsci es la acción política. Los partidos políticos, según él, ayudan a salir
a los individuos de la pasividad y a reemplazar al jefe individual (dictador)
por organismos colectivos.
Gramsci es un anti-determinista que valora la subjetividad
negando la separación entre lo objetivo y lo subjetivo, salvo a fines
analíticos o didácticos. Para comprender la sociedad en la que se vive se
necesita estudiar su historia, saberla y sentirla de forma que cada nueva
sociedad cree sus propios intelectuales, en lugar de continuar con la
intelectualidad anterior.
Antonio Gramsci nació en Ales el 23 de enero de 1891. En los
años en que estudió se acercó al movimiento obrero turinés. Se afilió a la
agrupación socialista local y fue encargado de organizar una sociedad obrera de
socorros mutuos. Fue redactor del Grido del Popolo y siempre abogó por la
revolución proletaria. Más tarde funda, como escisión del PSI, el Partido
Comunista Italiano en el seno de la Internacional Comunista dirigida por Lenin.
En las elecciones políticas de abril de 1924 Gramsci es elegido diputado. Crea
un frente único antifascista y participa activamente en las reuniones del
Aventino. Sostiene la necesidad de la huelga general política y de la
transformación del Aventino en el único Parlamento legal. El 3 de enero
Mussolini anunciará las leyes de excepción y el 28 de mayo de 1928 será
condenado a 20 años, 4 meses y 5 días. Muere el 27 de abril de 1937 en Roma.