
El pasado mes de octubre, poco después de despegar en el
aeropuerto de San Francisco, mi avión sobrevoló los puertos que el movimiento
Ocupemos Oakland ayudó a cerrar y me condujo a Alemania, donde los
manifestantes de Ocupemos Berlín habían paralizado el tráfico. Pero el movimiento
no sólo ha transformado el espacio público, también ha transformado el
discurso.
Ocupar
Hoy es casi imposible escuchar esta palabra y no pensar en
el Occupy
Movement . [1] Incluso un experto tan distinguido como el lexicógrafo
y columnista Ben Zimmer lo admitió esta semana: “Ocupar (occupy), dijo, es la
clara favorita en la elección de la “palabra del año” por parte de la American
Dialect Society (Sociedad dialectal usamericana ) .
Por el momento, ya ha logrado cambiar los términos del
debate al desplazar del centro de atención expresiones como “techo de la deuda”
y “crisis presupuestaria” para sustituirlas por “desigualdad” y “codicia”. Este
cambio discursivo ha puesto a Washington en aprietos a la hora de seguir
ofreciendo razones espurias para justificar la catástrofe financiera y las desigualdades
a las que se ha enfrentado y que ha mantenido.
Para la mayor parte de los ciudadanos ha quedado clara la
ironía de un movimiento social progresista que utiliza el verbo “ocupar” para
reformular el pensamiento usamericano en lo relativo a la democracia y la
igualdad. Al fin y al cabo, en general suelen ser las naciones, los ejércitos y
la policía quienes ocupan, habitualmente por la fuerza. Y, en esto, USA ha
sido el líder indiscutible. El gobierno usamericano está ahora dando por
finalizada su ocupación de Iraq nueve años después de haber invadido ese país,
mientras que todavía permanece en Afganistán y mantiene destacamentos de tropas
en docenas de países del mundo, todo lo cual no oscurece el hecho de que USA
surgió de una ocupación –gradual y devastadoramente feroz– que extinguió
poblaciones nativas enteras en miles de kilómetros cuadrados de su territorio .
Dread Scott y Kyle Goen
Y, sin embargo, en muy poco tiempo este movimiento ha
cambiado nuestra manera de pensar sobre la ocupación. A principios de
septiembre, “ocupar” aludía en este país a incursiones militares. Ahora
significa protesta política con carácter progresista. Ya no se refiere al
poderío militar, sino al hecho de enfrentarse a la injusticia, la desigualdad y
los abusos de poder. Es mucho más que simplemente ocupar un espacio: es transformar ese
espacio. En este sentido, Occupy Wall Street ha ocupado el lenguaje, se ha
apropiado del verbo “ocupar”. Y lo más importante es que personas de orígenes
étnicos, culturas y lenguas disímiles han participado en esta ocupación
lingüística, que se distingue de las ocupaciones anteriores en que ha nacido
para incluir a todos, no sólo a los más fuertes o violentos. Como bien lo han
explicado Geoff Nunberg –durante mucho tiempo director de uso lingüístico del
American Heritage Dictionary – y otros eruditos, el uso más antiguo en inglés
del verbo ocupar vinculado a la protesta se remonta a las descripciones que
hacían los medios anglófonos de las manifestaciones italianas que tuvieron
lugar en la década de 1920, cuando los trabajadores “ocupaban” fábricas hasta
que se atendían sus reivindicaciones. Se trata de un significado muy distante
de otros que tuvo el mismo verbo en tiempos más pretéritos. De hecho, el Oxford
English Dictionary definió en el pasado que “ocupar” significaba “tener
relaciones sexuales con alguien”. ¿Se imagina el lector las reacciones que
podría haber concitado en aquel entonces un enunciado como “Occupy Wall
Street”? El pasado octubre Ben Zimmer, que también dirige el Comité de
Neologismos de la American Dialect Society , señaló en el programa radiofónico
“On the Media” que el significado de ocupar y sus derivados han
cambiado de manera espectacular desde su llegada a la lengua inglesa en el
siglo XIV. “Ocupar se ha usado casi siempre como verbo transitivo”, dijo. “Se
trata de un verbo cuya acción recae sobre un objeto: se ocupa un lugar o un
espacio. Pero luego pasó a usarse como un llamamiento sin objeto, como una
incitación a tomar parte en lo que ahora llamamos Occupy Protests (protestas
ocupadoras). Hoy se usa como un morfema modificador de sustantivos tales como
‘protesta o ‘movimiento’. Es un uso muy flexible que está llenando muchos
huecos gramaticales en el lenguaje.”
¿Qué pasaría si transformásemos de nuevo el significado del
verbo ocupar? En concreto, ¿qué pasaría si nos tomásemos la ocupación del
lenguaje como algo más que el lenguaje del movimiento okupa y empezásemos a
considerarla como un movimiento en sí mismo, el Occupy Language Movement (movimiento
ocupador del lenguaje)? ¿Qué clase de asuntos abordaría la ocupación del lenguaje?
¿Cómo sería el lenguaje una vez arrebatado de las manos de sus autoproclamados
“amos” actuales? Podríamos empezar planteando estas preguntas desde la
perspectiva de la raza y la discriminación para tratar de promover la
imparcialidad y la igualdad en esos ámbito .
Orlando Arenas, Ernesto Yerena, Ricardo Lopez, Sandra Castro

Melanie Cervantes
Pero la ocupación del lenguaje no sólo ha de preocuparse por las palabras que utilizamos; también debe trabajar para eliminar el racismo y la discriminación en el habla diaria. En el ámbito jurídico, la cadena CNN informó recientemente que, según el Departamento de Justicia de USA, el tristemente célebre sheriff de Arizona Joe Arpaio, entre otros delitos, ha discriminado a “presos latinoamericanos con insuficiente conocimiento del inglés castigándolos y negándoles servicios esenciales”. En la educación, como bien ha señalado la antropóloga lingüística Ana Celia Zentella, la hostilidad hacia quienes hablan “inglés con un acento” (asiáticos, latinos y usamericanos de origen africano) sigue siendo un problema. En la vivienda, hace mucho tiempo que la National Fair Housing Alliance (Alianza nacional para una vivienda justa) ha reconocido que los “acentos” tienen un papel importante en la discriminación en la vivienda . En el mercado laboral, la discriminación debida a la lengua se mezcla con cuestiones de raza, identidad étnica, clase y origen nacional y dificulta que los aspirantes bien calificados a un trabajo que hablan con un “acento” reciban un trato igualitario. Ante una discriminación tan extendida de origen lingüístico, la ocupación del lenguaje puede ser un movimiento crítico y progresista que denuncie la manera en que el lenguaje se utiliza como medida de control social, político y económico. Si ocupamos el lenguaje podremos arrojar luz sobre cómo se utilizan las instituciones educativas, políticas y sociales para marginar todavía más a los grupos oprimidos; podremos oponernos a las prácticas colonizadoras del lenguaje, que elevan la categoría de unas lenguas sobre otras; podremos oponernos a los intentos por definir a personas con términos arraigados en estereotipos negativos y podremos empezar a reformular el discurso público, tanto sobre nuestras comunidades como sobre el papel central del lenguaje en el racismo y la discriminación. Tal como ha demostrado el movimiento de los indignados de todo el planeta (entre ellos el Occupy), las palabras pueden poner en marcha a naciones enteras, incluso al mundo. La ocupación del lenguaje, concebida como movimiento, debería apelar al poder de las palabras para transformar nuestra manera de concebir el pasado, de actuar en el presente y de prever el futuro.
Notas
[1] Se trata del equivalente en América del Norte del
movimiento de los indignados europeos, a su vez inspirados en las revoluciones
árabes norteafricanas, todo ello a lo largo de 2011. (NdelT)
[2] Eufemismo políticamente correcto muy en boga en las sociedades británica y usamericana, que siguen discriminando a los seres humanos de acuerdo con sus características raciales. Fernando Navarro, en su Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (McGraw-Hill-Interamericana, Madrid 2005), dice lo siguiente: “Las expresiones colored people y the Colored (o coloured y the Coloured) son eufemismos frecuentes que están entrando también en nuestro idioma con la forma ‘personas de color’. Dado que no existen personas incoloras ni conozco ninguna persona que no tenga color, considero preferible evitar este eufemismo siempre que sea posible. Para terminar de complicar la cosa, algunos anglohablantes usan colored para referirse a cualquier persona que no sea de raza blanca (sobre todo en el inglés británico), otros lo usan en sentido más restringido para referirse exclusivamente a las de raza negra (sobre todo en el inglés norteamericano) y otros lo usan para referirse a la población mestiza o mulata (sobre todo en el inglés surafricano).” (NdelT)
[2] Eufemismo políticamente correcto muy en boga en las sociedades británica y usamericana, que siguen discriminando a los seres humanos de acuerdo con sus características raciales. Fernando Navarro, en su Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina (McGraw-Hill-Interamericana, Madrid 2005), dice lo siguiente: “Las expresiones colored people y the Colored (o coloured y the Coloured) son eufemismos frecuentes que están entrando también en nuestro idioma con la forma ‘personas de color’. Dado que no existen personas incoloras ni conozco ninguna persona que no tenga color, considero preferible evitar este eufemismo siempre que sea posible. Para terminar de complicar la cosa, algunos anglohablantes usan colored para referirse a cualquier persona que no sea de raza blanca (sobre todo en el inglés británico), otros lo usan en sentido más restringido para referirse exclusivamente a las de raza negra (sobre todo en el inglés norteamericano) y otros lo usan para referirse a la población mestiza o mulata (sobre todo en el inglés surafricano).” (NdelT)
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http://opinionator.blogs.nytimes.com/2011/12/21/what-if-we-occupied-language/#h%5B%5D |
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Traducido por Manuel Talens http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=6539 |