
Si eres ciudadano estadounidense o europeo, es probable que
nunca hayas oído hablar de shengren,
minzhu y wenming. Si algún día los promueves, incluso te podrían acusar de
traición cultural. Porque son conceptos chinos. A menudo se
traducen convenientemente como “filósofos”, “democracia” y “civilización”. De
hecho, no son nada de eso. Son algo diferente. Algo de lo que Occidente carece.
Pero eso es irritante para la mayoría de los occidentales, por lo tanto, en el pasado, los conceptos extranjeros se eliminaron rápidamente de los libros y los archivos y, cuando era posible, de la historia del mundo, que es un mundo dominado por Occidente. Como señaló una vez el filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel, Oriente no contribuye a la formación de la historia del pensamiento.
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Calculo que hay más de 35.000 palabras o frases chinas que
no pueden traducirse adecuadamente al inglés. Palabras como yin y yang, kung fu y fengshui. A esto hay que sumar otros
35.000 términos sánscritos, sobre todo de India y del budismo. Palabras como Buda, bodhisattva y gurú.
En una reciente conferencia en la Universidad Pekín, el
renombrado lingüista Gu Zhengkun explicó que wenming describe un alto nivel de ética y gentileza de un pueblo,
mientras la palabra inglesa “civilización” deriva de la maestría de la gente de
una ciudad sobre materiales y tecnología.
La traducción correcta al chino de civilización debería ser chengshijishu-zhuyi. Wenming es mejor,
pero intraducible. También ha existido algunos miles de años, mientras la
noción europea de “civilización” es una “invención” de fines del Siglo XVIII.
Turistas e imperialistas no llegan a aprender. Llaman a las
cosas como las llaman en casa. Después se dan cuenta de que los nombres no son
correctos.
En muchos países, la adopción de la terminología china es un
tabú. Incluso los más nobles pensadores, como el Premio Nobel Hermann Hesse,
advirtieron a los alemanes de que “no
debemos convertirnos en chinos […] de otra manera nos adherimos a un fetiche”.
Luego viene “democracia”, un concepto de origen griego. La
“civilización” helénica, por supuesto, fracasó hace mucho tiempo. Se acabó,
mientras el wenming de China sigue
existiendo, ininterrumpidamente, desde hace 5.000 años. “Democracia” tuvo
originalmente poco que ver con dejar que el populacho vote, menos todavía con
que el populacho gobierne el país; al contrario, significaba que diversos
grupos de intereses poderosos luchaban por los recursos, cada uno movilizando a
sus partidarios entre los habitantes influyentes de las ciudades.
Mientras en China todavía vemos un orden social basado en
valores familiares, en Occidente tenemos un orden social basado en los
intereses de grupos. En tu familia no aplicas leyes estrictas o haces
contratos, sino que induces un código moral. Cuando estás entre extraños que
luchan contra otros intereses de grupos, simplemente no puedes confiar en ellos
como en tu propia familia, por lo tanto necesitas leyes.
Hasta el Siglo XX, los europeos creían que China no era una
“civilización” propiamente, porque no tenía policía, mientras China acusaba a
Europa de carecer de "wenming" porque carecía de piedad filial,
tolerancia, gentileza humana, etc.
Finalmente, shengren
es la personalidad ideal y el máximo miembro en esa tradición de valores chinos
basados en la familia, un sabio que tiene los estándares morales más elevados,
llamado de, quien aplica los principios de ren,
li, yi, zhi y xin (y 10 más), y
conecta a toda la gente como si fuera, hablando metafóricamente, su familia.
La palabra moderna china para filósofo, zhexuejia, no se encuentra en ninguno de los clásicos chinos. De
hecho, zhexuejia llegó a China a
través de Japón, donde se pronuncia tetsugakusha,
después que Nishi Amane acuñó por primera vez la palabra en 1874. Sin embargo,
al público occidental se le dice constantemente, a través de nuestra erudición
altamente subvencionada sobre China, que Confucio es un “filósofo” y que el
pensamiento confuciano es “filosofía”.
Como dijo una vez el filósofo y teórico crítico esloveno
Slavoj Zizek: “la verdadera victoria (la verdadera ‘negación de la negación’)
ocurre cuando el enemigo habla tu lenguaje”, Occidente sería irracional si
adoptara conceptos asiáticos. Sería como no llegarle a los talones a China.
Además, el Reino del Medio es tristemente célebre por haber asimilado todas las
culturas invasoras en el pasado. ¿Por qué ponerse en la fila?
“Los bárbaros” siempre tuvieron armas y tecnología
superiores, pero, como señaló Gu Hongming en 1920, carecían de verdadera
inteligencia humana. ¿Cómo es posible? Bueno, es algo como sabiduría de Star
Trek: Si la humanidad prehistórica se desarrolló de las bestias, las sociedades
humanas más avanzadas deberían ser las menos físicamente agresivas, ¿verdad?
En 1697, el filósofo alemán Gottfried Leibniz argumentó de
manera famosa que los chinos estaban mucho más avanzados en las humanidades que
“nosotros”. Nunca lo especificamos, pero pienso que todo se reveló cuando instó
a todos los alemanes a que no utilizaran palabras extranjeras, sino su propio
lenguaje (el alemán es un lenguaje compuesto, de modo que es una fuente
infinita), para construir y ampliar el mundo de habla alemana.
Y es lo que hicieron. Y así los alemanes llegaron a la cima.
Como era de esperar, los alemanes, descendientes del Sacro Imperio Romano
Germánico, llamaron a Confucio “Santo”. Ahora bien, es conveniente. ¿Pero es
erudición correcta?
Dado que los lenguajes europeos tienen sus propias historias
y tradiciones, no pueden representar suficientemente los conceptos chinos. La
solución, pienso, sería no traducir en absoluto los conceptos extranjeros más
importantes, sino adoptarlos.
Por lo tanto la próxima vez en las relaciones internacionales
podríamos discutir cómo mejorar minzhu en Europa, y cómo contribuir a la
transición de EE.UU. hacia un wenming decente.
Tal vez, después de todo. Occidente simplemente carezca de
shengren.
Thorsten
Pattberg es un experto alemán en el Instituto de Literatura Mundial de la
Universidad Pekín y autor de The East-West Dichotomy (2009) y Shengren (2011).
Su correo electrónico es: pattberg@pku.edu.cn. Versiones de este artículo
aparecieron en Japan Times el 17 de noviembre, y en China Daily el 25 de noviembre
de 2011.
© 2011 Thorsten Pattberg
© 2011 Thorsten Pattberg
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Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens http://www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=28940 |