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Especial para Gramscimanía |
Gustavo Márquez Marín
Las redes criminales se sustenta en un mercado ilícito en el
cual pueda realizase económicamente el
producto del delito. Más allá de las motivaciones psicológicas, sociales o
éticas que inducen a trasgredir las normas y valores de la convivencia humana,
incluyendo las condiciones de pobreza y exclusión social, la dinámica de reproducción del crimen
deviene de la existencia de ese mercado. Sin consumo masivo de drogas ilícitas en EEUU
y Europa, el narcotráfico no tendría las dimensiones que hoy tiene como el “próspero” negocio que es, para las organizaciones criminales
transnacionales que operan en el circuito de
producción, distribución y lavado.

Este criterio es aplicable a otros delitos como el robo, el
contrabando y la piratería, los cuales tienen su base en el comercio informal.
Este da pié al surgimiento de una economía sumergida ilegal paralela, la
cual para sostenerse y crecer, necesita de la tolerancia social y un consumo
permanente. También necesita del apoyo
de funcionarios enquistados en instituciones públicas que faciliten evasión de
la ley. Ante la ausencia y debilidad del Estado, el espacio de protección y control tiende a
ser ocupado por bandas criminales especializadas en el negocio de la extorsión,
generalmente conectadas con el microtráfico de drogas, las cuales buscan
“captar” los establecimientos de la economía informal como puntos de
distribución. El avance de ésta tiende a promover una cultura de
aceptación de la ilegalidad y a estimular la diversificación de los delitos: narcotráfico, tráfico de
armas, bienes robados, lavado de activos, contrabando y falsificación de
productos, todos coadyuvantes de la violencia y la inseguridad.

Si bien la inseguridad es un fenómeno complejo, causado por
múltiples factores subjetivos y objetivos, a los cuales debe responder una
estrategia de seguridad asertiva, ella debe contemplar como uno de sus
componentes fundamentales, la reducción
de economía informal. Su erradicación sobrevendrá si impulsamos el desarrollo
productivo diversificado, hacia la superación del modelo rentista petrolero al
cual aún permanecemos atados. La
inseguridad es también un asunto de economía.