Ricardo
Beyer
Antonio Gramsci había llegado a la conclusión de
que la burguesía había logrado fortalecer progresivamente su hegemonía, es
decir, su capacidad de ejercer efectivamente su dominación sobre el conjunto de
la sociedad sin encontrar demasiada resistencia, mediante el desarrollo de
diferentes mecanismos de control social, entre ellos la interiorización de su
punto de vista sobre las cosas por parte de los explotados (a través de
aparatos ideológicos como la escuela, los medios de comunicación masivos,
etc.).
Estas cosas, sumadas a varias otras (el
desarrollo del sufragio universal, la formación de una clase media, la
liberalización política, el reconocimiento legal de los sindicatos y partidos
obreros, la mediación estatal en los conflictos entre capital y trabajo, la
disminución de la intervención de la Iglesia sobre la vida, la mejora de los
salarios, el establecimiento de los Estados de Bienestar, etc.) llevaron en su
conjunto al desarrollo de una subjetividad colonizada de los explotados, es
decir, a la disminución de su capacidad subversiva.