Claudio Katz / Especial para Gramscimanía
Resumen
En tres terrenos se verifican las singularidades y contradicciones del imperialismo del siglo XXI. La ideológica tiene mayor gravitación y el mantenimiento del orden global requiere adhesiones. Por esta razón, el americanismo sustituye el racismo anacrónico del colonialismo. Los mensajes imperiales buscan suscitar la aceptación del status quo, pero su credibilidad está afectada por el uso de la violencia y su influencia depende del contexto político.
El americanismo está sujeto a los mismos contratiempos que el neoliberalismo. Logra consentimiento en las coyunturas de estabilidad y se disloca en las crisis. Cumple un papel indispensable para la reproducción del capitalismo, pero está corroído por numerosas inconsistencias.
En la nueva gestión imperial la organización militar ya no es un atributo exclusivo de cada estado. La delegación de atribuciones a organismos supra-nacionales modifica una función tradicional del estado moderno. Hasta ahora predomina un contexto intermedio de mayor mundialización y estados más internacionalizados.
Los aparatos estatales perduran como dispositivos de las clases dominantes. Pero la gestión económica colectiva y la protección militarizada internacional exigen conformar organismos para-estatales más flexibles y autónomos.
El modelo asociativo esclarece los vínculos entre las burguesías y las burocracias imperiales y la visión estructural clarifica el papel de los organismos internacionalizados. Ambos enfoques permiten superar las limitaciones del enfoque instrumentalista y evita la exageración transnacionalista.
La asociación mundial de capitales modifica el escenario de clases dominantes estrictamente nacionales y competitivas. Pero no hay clases trasnacionales despegadas de sus viejos estados. El análisis de estas transformaciones requiere notar cómo la burguesía perpetúa linajes y absorbe nuevos contingentes. Es importante contemplar todas las dimensiones de la dominación clasista, considerando la subordinación económica, el sometimiento político y el control ideológico.
El término imperialismo está muy asociado con disputas entre potencias y la denominación imperio alude a intervenciones coordinadas de los dominadores. Conviene clarificar el sentido asignado en cada caso al concepto.
El imperialismo contemporáneo difiere significativamente de su antecedente clásico en el terreno bélico, económico y político. La ausencia de guerras imperialistas, la creciente mundialización y la gestión geopolítica conjunta transforman por completo las características de la dominación capitalista global.
Nuestra caracterización resalta estos cambios, destacando la singularidad y las contradicciones que presenta la opresión imperial en el inicio del siglo XXI. Expusimos esta interpretación en debate con las teorías que postulan la continuidad del esquema leninista y en polémica con las visiones que consideran obsoleto cualquier análisis del imperialismo.
Las miradas ortodoxas y globalistas reflejan los errores de ambos enfoques. No registran en el primer caso y exageran en el segundo, las mutaciones cualitativas del período en curso. Estos desaciertos impiden percibir las peculiaridades del imperialismo actual en tres campos de novedosa reflexión teórica: el perfil de las clases dominantes, el funcionamiento del estado y las características de la ideología.