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Paul Klee / Angelus Novus |
Gonzalo Gamio Gehri
Cuando Walter Benjamín se refería a la imagen del Ángel de la historia, evocaba el célebre cuadro de Paul Klee, Angelus Novus. Se trata de un ángel que vuela inexorablemente hacia delante – hacia el futuro -, pero que tiene la mirada fija en el pasado, y contempla horrorizado las ruinas y los cadáveres que va acumulando la obsesión humana por el “progreso” que no atiende a la situación de las víctimas de la violencia de las “realizaciones políticas” o “económicas” que imponen ciertas visiones de la sociedad y de la historia. Benjamín enmarca su concepción de la memoria en la tradición judía.
Mientras las filosofías de la historia que la moderna tradición occidental tiene a veces por “canónicas” identifican la fuente de sentido de la historia en el Estado (Hegel), la sociedad civil (Marx), los héroes (Carlyle), los conflictos de poder (Foucault), el pensamiento judeo-cristiano se ocupa de aquellos que las “historias oficiales” consideran insignificantes (las víctimas, los pobres, los extranjeros, etc.). Esta perspectiva a veces ha sido descrita como “contra-histórica” o “antihistórica”.