
Michael R. Krätke
El Banco Central chino y los directores de los fondos estatales del gigante asiático comienzan a perder la paciencia: no hay ya, en su opinión, absolutamente nada que ganar con la declinante liquidez de los EE.UU., y sí mucho que perder.
Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, ha mantenido heroicamente su presidencia. Desde comienzos de año la Fed compró en masa bonos del tesoro estadounidense para, con más de 1'5 billones de dólares en bonos del tesoro en la cartera, convertirse en el principal acreedor del propio estado. Aún muy poco como para mantener a raya el descontento de China, Japón, Reino Unido y los estados del Golfo, sus acreedores extranjeros.